El Ministerio de Hacienda ha comenzado a llamar a los partidos minoritarios con cuyos representantes en el Congreso tiene previsto reunirse entre esta semana y la que viene para sondear su predisposición para apoyar los Presupuestos Generales del Estado de 2021.
Se trata de una primera toma de contacto con el director de Gabinete del Ministerio a la que previsiblemente seguirá después un encuentro con la propia ministra, María Jesús Montero, según avanzaron a Europa Press fuentes parlamentarias.
En concreto, este miércoles, será el turno de Más País y de Compromís, cuyo diputado, Joan Baldoví, ya adelantó que aprovecharía esta cita para insistir a Hacienda en la necesidad de que las próximas cuentas públicas plasmaran el contenido del acuerdo firmado con el Gobierno el pasado enero y que propició el apoyo de su partido a la investidura de Pedro Sánchez.
También se prevé que este miércoles acuda al Ministerio que dirige Montero el único representante del Partido Regionalista Cántabro (PRC), José María Mazón, partido con el que el PSOE comparte Gobierno en Cantabria.
Y lo propio harán estos días el PNV y los diputados del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Néstor Rego, de Teruel Existe, Tomás Guitarte, y de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que ya tiene cita para el próximo lunes, precisaron las fuentes consultadas.
Otros partidos, a la espera
De momento, tanto Junts como la CUP, Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Foro Asturias --estos dos socios electorales del PP-- y Coalición Canaria (CC) no han recibido aún llamada alguna de Hacienda.
A finales de septiembre la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ya realizó una ronda de contactos con todos los grupos parlamentarios --a excepción de Vox-- para detallarles la agenda legislativa del Ejecutivo, pero también para tantear posibles respaldos al proyecto presupuestario.
En el caso del Mixto, Calvo se reunió con todos los partidos a la vez, en lugar de hacerlo con cada uno de ellos por separado, como venía siendo habitual. Una decisión que causó sorpresa y que llevó a algunas fuerzas políticas a interpretar que quizá el Gobierno ya contaba con los votos necesarios para sacar adelante las cuentas públicas.
