Los agentes forestales, un colectivo de seis mil profesionales en toda España, están indignados con el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que hace meses se comprometió a reforzar las medidas de seguridad en favor de este colectivo.
Hace un año un cazador furtivo disparó y mató a David Iglesias y Xavier Ribes, dos agentes que patrullaban en una zona rural en Lleida.
Poco después representantes de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (Aeafma) se entrevistaron con el titular de Interior que les prometió estudiar sus reivindicaciones y darles una respuesta en “dos o tres meses”.
El ministro nombró como interlocutor a un teniente coronel de la Guardia Civil, cuerpo que se opone a que los forestales puedan llevar armas. Y ahí se quedó todo.
Este cuerpo de policía medioambiental tiene registrados desde noviembre de 2015 a enero de 2018 un total de 24 agresiones graves, además de la muerte de sus dos compañeros en Cataluña.
Desde entonces, Interior no ha puesto en marcha ni una sola medida para para reducir o proteger a este colectivo de las agresiones.
Esta asociación, que también denuncia la falta de coordinación con el resto de fuerzas policiales, señala que Interior les prometió que en la próxima modificación del reglamento de armas introduciría alguna medida y tampoco lo han cumplido.
Las armas pueden actuar como elemento disuasivo"
Los forestales afirman que los dos compañeros muertos en Lleida podrían haberse defendido en caso de llevar armas. El asesino disparó con su escopeta dos veces, por lo que tuvo tiempo de recargarla. Si el segundo funcionario hubiera ido armado seguro que podría haberse defendido. “Además, las armas –señala un portavoz de Aeafma- podrían haber actuado como elemento disuasivo".
Los forestales no quieren llevar arma constantemente, pero sí en determinados servicios y ocasiones especiales. Trabajan muy lejos de lugares en los que pueden recibir ayuda de la Guardia Civil o Policía. Se quejan de que los agentes de aduanas van armados y a ellos les impiden defenderse.
Tampoco se ha modificado el Reglamento General de Vehículos para que puedan hacer uso de los dispositivos luminosos y sonoros de color azul que identifica a los servicios de policía.
Consideran que con estos distintivos también mejoraría la seguridad activa y pasiva en las carreteras durante los desplazamientos a una emergencia.
Pidieron a Zoido que se respete y refuerce el papel de los Agentes Forestales como Policía Judicial genérica en el ámbito medioambiental, pero tampoco han obtenido respuesta.
La agentes forestales reclaman la misma protección que el resto de policías del Estado
Igualmente solicitaron la Modificación de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que contemple “a los agentes forestales como una policía específica en materia medioambiental, con la misma protección y al mismo nivel que el resto de policías del Estado”. No han logrado respuesta.
“Después de meses de la entrevista –explicó un portavoz- continuamos combatiendo la infracción y el delito medioambiental con una libreta y un bolígrafo”.
Los Agentes Forestales y Medioambientales, más de 6.000 en la actualidad, dependen la mayor parte de las comunidades autónomas sin que sus peticiones sobre seguridad sean escuchadas tampoco por los gobiernos autónomos. Pero en el caso de las armas, tiene que ser Interior el que facilite su posible uso.
En 2017, además del asesinato de Lérida, tres agentes fueron encañonados con armas de fuego, cuatro han sufrido intentos de apuñalamiento y otros cuatro tuvieron lesiones tras ser agredidos físicamente. Además, se han producido decenas de insultos, pintadas, intentos de agresión y daños en vehículos oficiales.
El caso de Madrid
El jueves 18 de enero un agente forestal que patrullaba en solitario por la zona de Robledo de Chavela fue amenazado y hubo intento de agresión cuando intentaba identificar a unas personas que realizaban una quema.
El portavoz de Madrid del sindicato CSIF, José María Bermúdez denunció que el Gobierno regional “no tiene interés en nuestra profesión, ni en la protección del medio ambiente, ni en el Cuerpo”.
A finales del pasado mes de diciembre aparecieron varias pintadas insultantes y amenazantes contra los agentes en La Pedriza.
El texto de estas amenazas decía: “FORESTALES NO GRACIAS”, “HIJOS DE PUTA”, “IROS A OTRO LADO”, ”FASCISTAS HIJOS DE PUTA” o “HIJOS DE PUTA, GORA PODEMOS MUERTE AL FUNCIONARIO”.
CSIF viene denunciando estas amenazas y pidiendo reiteradamente, en todos los foros y ámbitos, que el Ejecutivo autonómico garantice la seguridad y salud de los agentes, “pero tampoco hemos obtenido respuesta”, aseguran.