La izquierda abertzale vuelve a mirarse en el espejo Sudafricano. Documentos internos de la organización apuntan a que Sortu, su recién legalizada formación política, tiene previsto desembarcar en la Cámara de Vitoria tras las próximas elecciones autonómicas en Euskadi con una petición muy concreta: crear una Comisión de la Verdad a imagen y semejanza de la que se creó en el país del sur del continente negro tras el fin del 'apartheid'. Siempre según dichos documentos, el objetivo de dicha comisión, a la que invitarán a participar a todas las formación políticas vascas, incluido el PP de Antonio Basagoiti, es buscar una salida a la cuestión de los presos de ETA, considerada por ellos clave en el actual momento del proceso abierto tras el anuncio de la banda de abandonar las armas.
La izquierda abertzale quiere que la Comisión negocie la excarcelación de los presos de ETA enfermos y el acercamiento a Euskadi del resto
La intención, según dichos documentos, es conseguir atraer con dicha comisión el mayor respaldo internacional posible de modo que la misma pueda presionar a los Gobiernos de Madrid y París a que se sienten a negociar una salida a los centenares de etarras actualmente recluidos en cárceles de ambos países, así como facilitar el regreso al País Vasco de los miembros de la organización refugiados en terceros países. A corto plazo, quieren exigir la salida de prisión de los internos que sufren graves enfermedades y conseguir que el resto sea acercado a cárceles del País Vasco.
El modelo es la Comisión para la Verdad y la Reconciliación que surgió en Sudáfrica en 1995 con el objeto de investigar los crímenes del ‘apartheid’. Ésta tenía la facultad para conceder indultos y elevar recomendaciones sobre la cuestión de las indemnizaciones. El órgano se subdividió en tres comités: el de Violaciones de Derechos Humanos, el de Amnistía y el de Reparaciones y Rehabilitaciones. El trabajo de todos ellos desembocó en un informe final de siete volúmenes que ha servido de base para que otros países, principalmente de hispanoamericana, hayan copiado el modelo como ahora pretende hacer la izquierda abertzale.
Udalbiltza y la agrupación transfronteriza
Sin embargo, la creación de dicha Comisión de la Verdad no es el único objetivo a corto plazo de la izquierda abertzale, que, como la práctica totalidad de las fuerzas políticas vascas, creen que las elecciones autonómicas vascas se adelantarán al próximo otoño. Por ello, Sortu pretende que la coalición EH Bildu, en la que se integra junto a EA, Aralar y Alternatiba, lleve también a la Cámara de Vitoria la potenciación de otros dos órganos: Uldalbiltza y la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) existente actualmente entre Euskadi y la región francesa de Aquitania (a la que pertenece el País Vasco francés).
Para resucitar Uldalbiltza, la asamblea de electos municipales que surgió tras el Pacto de Lizarra y que tras el fin de la tregua de 1999 se desmoronó, ya han dado los primeros pasos. El último, el pasado sábado en Pamplona, donde decenas de alcaldes y concejales, en su mayoría pertenecientes a la coalición Bildu, celebraron una asamblea con el fin de reconstruir este órgano para “hacer país por encima de divisiones partidistas”. En la reunión, los participantes aludieron al espíritu de unidad abertzale que impulsó la constitución en 1999 de la primera Udalbiltza, que tras el fin de la tregua de ETA de entonces se dividió en Udalbiltza-Udalbide, formada por los electos de PNV y EA, y Udabiltza-Kursaal, con los cargos de la izquierda abertzale. En el encuentro de Pamplona participaron alcaldes y ediles de Bildu, NaBai, Aralar, EA, Alternatiba, la formación abertzale francesa Abertzaleen Batasuna y numerosos independientes.
Para la Agrupación Europea, los planes de la izquierda abertzale también pasan por potenciarla. Creada a mediados del pasado mes de diciembre tras 22 años de negociación, Sortu pretende que la Eurorregión Aquitania-Euskadi incorpore a Navarra y que amplíe sus competencias a la Sanidad, la Educación, la Justicia y la Seguridad. Actualmente, la AECT sólo tiene competencias en infraestructuras de transporte y comunicaciones, y en medio ambiente, insuficiente para los nuevos planes de la izquierda abertzale.