Las evidencias aportadas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ante la Audiencia Nacional también evidencia las tensiones entre los miembros de la presunta trama, que tiene como activos destacados al intermediario Víctor de Aldama y al exasesor de José Luis Ábalos, Koldo García. Ellos dos son precisamente los protagonistas de una serie de fricciones debido al interés del primero de gestionar el acceso de varias personalidades venezolanas a través del aeropuerto de Barajas. “Me tienes hasta los huevos”, le reprendió el segundo.
“Buenos días, ¿puedes?”, le preguntó Aldama a Koldo el 26 de marzo de 2021, al tiempo que le enviaba una foto del pasaporte de Samuel Sánchez Boada, empresario venezolano vinculado al sector de la construcción, a la postre detenido en abril de este año por varios delitos investigados en su país. “Se viene en principio el domingo con nosotros para Madrid, ¿puede ser?”, informó Aldama al entonces asesor de José Luis Ábalos.
“Lo intento, te digo luego”, apuntó Koldo García, para después añadir: “Turista. Desde Dominicana”. “Sí, va a estar 15 días”, especificó Aldama. “Ok, que coja de ida y vuelta”, le indicó Koldo. Pero Aldama estaba preocupado por la posibilidad de que el empresario venezolano no pudiera acceder a territorio español. Un año antes, en enero de 2020, había estallado el escándalo del Delcygate, con la polémica de si la vicepresidenta del régimen de Maduro había llegado a pisar suelo español.
“¿Y puede pasar”, le preguntó Aldama en relación con Sánchez Boada. “Algo haré -responde Koldo García-. Mañana por la mañana, ahora no que me mandan a la mierda. Pero seguro que lo arreglo”. “Vale, gracias”, contestó el intermediario. A renglón seguido Koldo le traslada su inquietud por la situación del empresario venezolano: “No tendrá orden de detención europea, ¿verdad?”. “Nooooo, nada”, le aseguró Aldama. “Seguro, ¿verdad? Jjjjjjj [sic]. Mañana lo arreglo”, concluyó el asesor de Ábalos. “Segurísimo”, aseveró Aldama.
Una nueva gestión
Una conversación similar tuvo lugar al día siguiente, 27 de marzo de 2021, aunque de madrugada; o lo que es lo mismo, horas después que la anterior. El diálogo se extendería a lo largo de toda la jornada. En esta ocasión, Víctor de Aldama le facilitó el pasaporte de Carlos Alfonso Guillén Salcedo, exjugador de béisbol profesional. “Este también”, le indicó el intermediario. “Lo intento -prometió Koldo-. Pero dos no lo sé. Necesito el vuelo, la hora y el día”.
“Jajajjajaja”, rio Aldama. Y después añadió: “Los otros los he distribuido. Samuel el día 8 de abril. Y Ceballos el martes desde Dubái”, enviándole además la captura del billete de Carlos Alfonso Guillén. El Ceballos al que hace referencia es Alejandro Jesús Ceballos Jiménez, magnate venezolano de la construcción.
“Lo último no se ve, ¿me lo puedes enviar? Que se vea por favor la foto”, instó Koldo. Aldama le hace esperar, porque el aludido “está volando”. Cuando por fin la envía, el asesor de Ábalos afirma: “Mándame su teléfono, por favor. Me tienes hasta los huevos”.
Es entonces cuando surgen algunos contratiempos, tal y como desvela el propio Koldo. “Están hablando con él y dice que no tiene ningún problema en demorar el viaje unos días y que viene. Lo dicen para la autorización de Policía, ya que se la denegaron. Él [Carlos Alfonso Guillén] es entrador de béisbol”. “¿Cómo? -interpeló entonces Aldama-. A ver, se la denegaron hace tiempo, por eso de entrar ahora como turista”. “Le están solucionando el tema y va a entrar”, aseguró el entonces asesor de José Luis Ábalos.
Pero a Víctor de Aldama le intranquilizaba que su llegada a Barajas se dilatase en exceso. “¿Pero cuándo? Es el que más me importa”. “Él [el exjugador de béisbol] dice que no tiene ningún problema en 15 días, ya que va ver a su familia en Venezuela y luego viene. Habló la Policía con él”. Aldama no tardó en llamarle hasta en dos ocasiones, sin lograr establecer contacto. “Llámame cuando puedas, gracias”, le instó Koldo unos minutos más tarde.
Una carta del Ministerio
Al cabo de un rato, el asesor de Ábalos le mandó una carta firmada por la jefa de la secretaría particular del ministro, invitando formalmente al exjugador de béisbol a una reunión en el gabinete del ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Koldo instruyó entonces a Aldama para que Carlos Alfonso Guillén llevase consigo este documento.
Un día más tarde Koldo y Aldama volvieron a hablar para nuevos trámites. En este caso, en relación con Alejandro Jesús Ceballos Jiménez, el citado magnate venezolano de la construcción. “Le conoces. Estuvo cenando con el jefe”, le anuncia Víctor de Aldama. De la conversación se infiere que Koldo García trata de contactar con el empresario venezolano, sin lograrlo. Y es aquí donde surgen las fricciones.
“Dile que me lo coja, por lo menos”, insta el asesor de Ábalos. Me van a mandar a tomar por culo en la Policía. Esto no puede ser así”. Y añade: “Viene el martes, ya le pedí todo para ver cómo lo hago para que entre y le dejen subir al avión”. Del transcurso del diálogo se concluye que finalmente lograron salvar los contratiempos.