“El Feminismo es cada día + núcleo d la democracia q vivimos (…) Eso es la igualdad y no vale negar la realidad, afecta a + d la mitad d la población”, reza con esa forma estilística y con ese fondo uno de los múltiples asertos de la ex ministra Carmen Calvo sobre su tema preferido. No los difunde a título individual sino desde su cuenta en X (Twitter) como presidenta del Consejo de Estado. Bajo el paraguas del alto rango de quien ostenta “la representación institucional del Consejo”, el 80% de sus tuits son mensajes de corte feminista, del mismo modo que en su agenda oficial los actos sobre feminismo igualan o superan los relacionados con funciones propias del “supremo órgano consultivo del Gobierno”.
Desde el 30 de septiembre al día 11 del presente mes la programación de actividades oficiales de quien preside una institución creada en 1526 por Carlos V ha incluido, por ejemplo, una conferencia sobre ‘Derechos sexuales’ en Orense, la inauguración del evento ‘Pioneras’, la entrega de premios de la Fundación Mujeres Progresistas y del Club de las 25, intervenciones en el acto de Clásicas y Modernas, en el congreso ‘Marcadas por el silencio: escritoras y artistas para una futura historia’, en el Día Internacional de las Mujeres Rurales, en el Foro Mujer y liderazgo en Sanidad, etcétera. La agenda oficial de Calvo no recoge las presentaciones de su libro ‘Mujeres’ -publicado antes de que Sánchez la colocara en el Consejo de Estado- en el Club de Lectoras Feministas de Barcelona, con patrocinio del PSC, y en la Universidad de Murcia, anunciada y presentada la autora como presidenta del Consejo.
La simbiosis de la egabrense Calvo Poyato con el solemne cargo que ocupa, le lleva en ocasiones a una identificación de la persona con la institución, como ha ocurrido con una reciente reunión que mantuvo con la presidenta del Poder Judicial, Isabel Perelló, presentada desde el órgano consultivo como “encuentro institucional entre el Consejo de Estado y el Consejo General del Poder Judicial”.
La más reciente distinción con la que ha sido obsequiada es el Premio Nacional Joven Empresario en la modalidad ‘Reconocimiento público’. Ha merecido ese galardón de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios “por su implicación en la Comisión de Igualdad de la Confederación, llevando a la más alta consideración la presidencia de honor de ésta”, según ha reconocido la Comisión Ejecutiva de esa entidad, compuesta por 26 hombres y 5 mujeres.
Entre su limitada actividad pública propia de la institución que representa, destaca que el pasado día 4 formó parte de la excusa que utilizó el imputado Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, para no comparecer ante el Senado en la fecha que él mismo había indicado. La causa mayor esgrimida por el fiscal fue su asistencia a un acto en Toledo de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha. En realidad se trató de un coloquio a dúo sobre la Constitución entre Calvo y García Ortiz, convocado con muy poca antelación por la delegada gubernamental en esa comunidad, Milagros Tolón, del que, además el organismo oficial que lo organizó no ha dado ninguna cuenta ocho días después de su celebración.
Donde la cabeza visible del Consejo de Estado despliega su inquietud feminista con ahínco y perseverancia es en los tuits con el perfil exclusivo de presidenta de ese organismo. Muestra una vocación de pensadora feminista sin alcanzar el nivel de quienes, como las catedráticas y divulgadoras Celia Amorós y Amelia Valcárcel, han recorrido ese camino en el pasado reciente desde la credibilidad, el rigor académico y la solvencia intelectual.
Ejemplo de su tipo de mensajes está en las palabras, por ella misma destacadas, dirigidas a la asociación Clásicas y Modernas, subvencionada por el Instituto de las Mujeres, el 19 de noviembre: “Sois una brújula para andar x la vida individual y colectivamente. Os deseo 15 y 15 años más y todo lo q haga falta xq lo q hacemos, lo q hacéis, es defender la Democracia y ese combate lo da el feminismo”.
Aprovechando que un tuit no es marco fácil para la reflexión, además de tener limitación de caracteres, Carmen Calvo opta por mensajes cargados de eslóganes, con sesgo asambleario y se apunta al recurso destructor de la morfología lingüística consistente en abreviar palabras eliminando las vocales y dejando una o dos consonantes, como cuando deja escrito “Me preocupa el frente antifeminista q ha surgido en política, un retroceso q rompe la unanimidad en torno a la violencia d género. Niega q exista y hay q contestarles”.
La facilidad con la que incluye entre las actividades del cargo institucional las propias de su particular perfil político no es nueva en el Consejo de Estado. La que fue también vicepresidenta del Gobierno, en su caso con Rodríguez Zapatero, antes de presidir el máximo órgano consultivo hasta 2022, Teresa Fernández de la Vega, compartía en la agenda oficial de ese organismo las labores propias de su alta responsabilidad con las particulares como presidenta de la Fundación Mujeres por África que ella misma fundó y en cuyo patronato hay destacados miembros del Ibex.
Pese a la sensibilidad jurídica y política que se presume en quien está al frente de una institución de este carácter, Calvo Poyato mantiene una actitud silente y disciplinada ante el ninguneo al que el presidente del Gobierno somete al Consejo de Estado. Desde la ley de amnistía a la anunciada reforma fiscal, pasando por nuevas cesiones de competencias al País Vasco y Cataluña, Pedro Sánchez ha evitado la consulta a un Consejo de Estado cuya función principal es “dictaminar sobre las consultas que formula el Gobierno, velando por la observancia de la Constitución y del resto de ordenamiento jurídico y por el correcto funcionamiento de la Administración Pública”.
De Carmen Calvo, que fue nombrada para este cargo después de decir diego donde antes dijo digo sobre las leyes de libertad sexual y de amnistía, no se conoce que haya adoptado iniciativa alguna para que el Consejo de Estado, a través de los ilustres juristas que lo componen, fomente o participe en debates y reflexiones académicas sobre cuestiones de alto interés para el Estado, tanto nacionales como en el contexto europeo y mundial.