Un reducido grupo de diputados del PP contrarios a la ley del aborto de Zapatero ha mostrado su rechazo a la actitud de su partido de no modificar el texto ahora vigente. Rajoy dio marcha atrás en sus postulados y, en aras de una supuesta tranquilidad social, decidió tumbar la reforma que promovía Ruiz-Gallardón y reducirla a un leve retoque del texto en lo referido a la autorización paterna para interrumpir el embarazo en caso de menores.
Sin unanimidad
Al menos tres diputados han mostrado abiertamente su desacuerdo con la actitud de su Gobierno y su grupo parlamentario. El lunes ignoraban si abandonarán el Hemiciclo al votar la toma en consideración del proyecto o permanecerán para explicar su postura. Finalmente fueron cuatro los que han permanecido en el Congreso aunque no han emitido ningún voto. En cualquier caso, el grupo parlamentario no ha logrado la unanimidad absoluta que deseaba, en un asunto que figuraba en el programa electoral del partido y que por ese motivo había recurrido ante el Constitucional cuando estaba en la oposición.
"Al final, pierde el partido y perdemos todos. Se queda la ley de Zapatero porque así no se crean enfrentamientos" declaraba uno de los diputados del PP
"Es la victoria de Villalobos", declaraba uno de los diputados opuestos al leve retoque de la 'ley Aído'. "Al final, pierde el partido y perdemos todos. Se queda la ley de Zapatero porque así no se crean enfrentamientos, cuando fue Zapatero el que se cargó una norma que venía de los tiempos de González y que tampoco Aznar reformó", sentenciaba.
Rafael Hernando, portavoz del grupo del PP, insistirá este martes en su argumentario sobre que la ley no recoge el aborto como 'derecho' y posiblemente anunciará medidas en favor de la familia, que ya ha avanzado el presidente del Gobierno en otras actuaciones. Un titular para calmar los espíritus más tradicionales del votante del PP, escandalizado con la actitud de la dirección de su partido en un asunto tan delicado.
La sensibilidad con este asunto es elevada entre buena parte de la militancia más conservadora. Mirar hacia otro lado con la excusa de que se buscará un consenso con el resto de las fuerzas políticas, como declaró este lunes el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, es marear la perdiz, porque es evidente que el PSOE ha encontrado en este debate una munición de primera con la que no contaba.
Rajoy giró en redondo y pasó de impulsar la ley a meterla en un cajón, atendiendo a los consejos de su 'gurú demoscópico', Pedro Arriola, quien considera que la reforma del aborto produce demasiado ruido y no logra respaldos electorales. "Han ganado Villalobos y su marido", insisten los disidentes, convencidos de que ha sido la diputada por Málaga y vicepresidenta del Congreso quien se ha salido con la suya. Celia Villalobos siempre votó en contra de retoque de la ley abortista. También la vicepresidenta del Gobierno y la secretaria general del partido, Sáenz de Santamaría y Dolores Cospedal, respectivamente, aunaron las fuerzas, en este caso, para frenar el proyecto de Gallardón. El ministro, finalmente, optó por marcharse a casa. Este martes, el grupo parlamentario del PP ofrecerá una imagen fragmentada en un asunto de estricto calado moral. No ha dado libertad de voto y ya ha anunciado que sancionará a quienes no se sumen a las instrucciones del partido.