A estas alturas, Artur Mas se antoja un líder achicharrado por las consecuencias de una decisión, la de convocar elecciones adelantadas, que ha resultado nefasta para su partido, ahora títere de los independentistas de ERC que deciden las condiciones y el calendario de un referéndum ilegal de autodeterminación. Todo ha salido tan rematadamente mal, que el sector moderado de Convergencia además de Unió comienzan a acariciar la puesta en marcha de un “plan b” que convierta a Mas en historia, como ya lo es Juan José Ibarretxe para el PNV, esto es, la búsqueda de un sustituto y esa elección recae en el actual consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder.
Convencidos de que el horizonte de esa legislatura no va más allá del año 2014, tampoco queda demasiado tiempo para ir trabajando en una alternativa. De hecho, no sólo CiU, sino el resto de las fuerzas políticas catalanas creen que en dos años volverá a haber elecciones autonómicas y, esta vez, la cita ante las urnas vendrá forzada por la celebración de un ilegal y fallido referéndum por la independencia así como por un recurso del Gobierno central ante el TC que obligará a disolver el Parlament. Mucho, mucho tendrían que cambiar las cosas para que Artur Mas decidiera romper con ERC y aproximarse al PSC o al PP. Cosas más raras se han visto en política, pero en Cataluña nadie parece contemplar dicha posibilidad.
En el currículum político de Recoder cuenta el haber sido uno de los alcaldes más votados de España. Ganó las elecciones en su municipio, Sant Cugat del Vallés (Barcelona), en tres ocasiones, 1999, 2003 y 2007. De hecho, tras la salida de CiU del Gobierno de la Generalitat en 2003, fue el cargo electo más importante que tuvo CiU hasta que Mas ganó y gobernó en 2010. Desde entonces se convirtió en una figura emergente del nacionalismo catalán y Mas se lo llevó para el gobierno como consejero de Territorio y Sostenibilidad.
Queda por despejar la incógnita de si Artur Mas contará con Recoder para el nuevo gobierno autonómico una vez que se da por segura la salida de Mas-Colell y de Puig
Bien visto por los moderados de Convergencia así como por Unió, Recoder también recaba simpatías entre la clase económica y empresarial catalana, muy activa estos días en su intento de que Mas pacte con el PSC de Pere Navarro con tal de no lo haga con ERC, tal y como informó Vozpópuli. Tener el apoyo de banqueros y empresarios no es poca cosa para CiU, que vive ahora un proceso de distanciamiento cuando no divorcio dada la preocupación que ha generado la convocatoria de una consulta ilegal para la secesión.
Se ignora, por el momento, si Artur Mas piensa contar con Recoder para el nuevo gobierno autonómico. Se da por seguro que en el mismo no estarán el actual consejero en funciones de Economía, Andreu Mas-Colell, que ha pedido irse, ni el de Interior, Felip Puig por su desastrosa gestión del caso de una mujer que perdió un ojo en una carga de los Mossos en las manifestaciones que siguieron a la jornada de huelga general el pasado 14 de noviembre. No es menos cierto que presentó una dimisión que Mas no aceptó, aunque cabe recordar que ya está, como el resto del Gobierno autonómico, en funciones.
Sólo Moncloa y Génova creen que Recoder no está lo suficientemente maduro como para erigirse en el nuevo líder convergente. Destacan que Mas tuvo una mayor experiencia antes de ser el sustituto de Jordi Pujol, que fue quien le nombró “conceller en cap”, esto es, una especie de vicepresidente de la Generalitat. En una cosa sí coinciden con el resto, esto es, que Mas no aguantará toda la legislatura, aunque no dudan en calificar de “locura” ir a unas nuevas elecciones en el plazo de dos años.