El Ayuntamiento de Madrid continuará trabajando para que el arquitecto Norman Foster reconsidere su decisión de llevarse su fundación fuera de Madrid, pero son pesimistas. En la Corporación creen que es muy difícil que el arquitecto reconsidere su postura después de que un cargo municipal corrigiera en la Comisión de Patrimonio, a lápiz, su propuesta de rehabilitación del palacio en la calle de Monte Esquinza. Foster había comprado el palacio por ocho millones de euros.
Pero fuentes municipales rechazan que el hombre del lápiz, Norberto Rodríguez, haya sido el único culpable de que Foster quiera llevarse su fundación a Nueva York. Y enumeran las razones de Foster para estar enfadado con Madrid. La Comunidad de Madrid tras un concurso le encargó dos de los edificios del llamado Campus de la Justicia. Foster iba a construir las sedes del Tribunal Superior de Justicia y la Audiencia Provincial. Eran dos edificios circulares de cinco y seis plantas, cuya inversión era de unos cien millones de euros.
La crisis se llevó los dos edificios y la Comunidad llegó a un acuerdo con el despacho del arquitecto británico. El último enfado vendría de la adjudicación de la reforma del Bernabéu en el que venció el estudio alemán GMP Architekten-L-35-Ribas&Ribas, frente a otros grupos entre el que también se encontraba Norman Foster.
Otras fuentes señalan que prueba de que no hay nada contra Foster es la postura que ha adoptado el Ayuntamiento en el proyecto del Banco de Santander con el Edificio España. Señalan que ha presentado un proyecto el estudio Lamela con Foster para la reforma del edificio. En este tema el Ayuntamiento está colaborando y ya ha aceptado rebajar un punto la protección del edificio.