La Comunidad de Madrid exigirá al propietario del Canto del Pico, el palacio que fue del General Franco en Torrelodones, que cumpla con su obligación de mantener en perfecto estado este Bien de Interés Cultural (B.I.C.).
En el año 1998 se produjo un incendio en el palacio y ardió toda la cubierta. La Comunidad de Madrid realizó entonces unas obras de urgencia en las que se gastó el equivalente a unos 60.000 euros para evitar el deterioro total del edificio.
Las obras las hizo Dragados y Construcciones, se rehabilitó también algunos forjados y se apuntalaron algunas de las plantas.
Isabel Pérez van Kappel, experta en la historia del edificio, presentó hace algunos meses una denuncia en la Guardia Civil y en el Ayuntamiento de Torrelodones en la que explicaba que el sarcófago, que debía estar en el Canto del Pico, estaba en un hotel de Sevilla.
El Ayuntamiento envió la denuncia a la dirección general de Patrimonio que le ha recordado al propietario por escrito las obligaciones que tiene el ser dueño de un edificio que está calificado como BIC.
La dirección general de Patrimonio ha enviado recientemente una carta al propietario de la finca y del palacio, José Antonio Oyamburu, para que explique cuáles son las razones por las que un sarcófago que estaba en la estancia permanece en la actualidad en el Hotel Alcázar de Sevilla.
El traslado de un BIC no puede hacerse sin previa autorización de la Dirección General de Patrimonio. También faltan algunos objetos de valor del edificio que parece que están en otra casa del propietario.
El sarcófago se construyó para que reposaran los restos morales del duque de Híjar. Ya hace algunos años la Generalitat valenciana compró a los propietarios el claustro del Monasterio de Santa María de Valladigna, que había sido trasladado en los años 30. El Canto del Pico domina Torrelodones y su figura es muy visible desde la carretera de la Coruña.
El Ayuntamiento creó hace algún tiempo un grupo de trabajo para estudiar qué se podría hacer con la finca y el palacio.
Historia del palacio
El complejo fue regalado por el Conde de las Almenas a Franco en agradecimiento por su victoria “contra el comunismo internacional” después de que uno de sus hijos muriera en la Guerra Civil.
Franco lo utilizaba como lugar de descanso. Una carretera privada le llevaba directamente hasta el Palacio de El Pardo, donde tenía su residencia oficial.
Tras su muerte la familia se lo vendió por algo más de trescientos millones de pesetas a Oyamburu. Este empresario intentó montar un hotel de lujo o venderlo, pero finalmente no encontró comprador. El precio en algunos portales de Internet es de 20 millones de euros e incluye la finca de 110 hectáreas.
En los últimos años el pillaje se ha cebado con el palacio que tiene un gran deterioro en el interior y que también sufre la falta de cuidado en su fachada.
