Ganaba la confianza de mujeres a través de redes sociales y quedaba con ellas en lugares "totalmente oscuros" para “mantener un contacto sensorial donde incrementar los sentidos y dejarse llevar”. Después, las agredía física y sexualmente oculto con una capucha. Así era el 'modus operandi' del violador de Tinder en Móstoles. La Policía Nacional ha conseguido detenerle y por el momento hay diez víctimas. Una cifra que podría aumentar.
La investigación de este 'depredador sexual' tiene el nombre de 'Operación Escamas'. Este apodo va relacionado con la enfermedad cutánea que padecía este hombre. Esta dolencia había marcado toda su vida y acudía totalmente encapuchado a las citas, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Tenía en sus dos teléfonos móvil 400 contactos sacados de Tinder. No tiene trabajo ni domicilio conocido. El detenido es de nacionalidad española del año 1979. Tiene un antecedentes del año 2018 por delitos similares.
Más de 10 perfiles y vidas falsos
Además llegó a crearse más de una decena de perfiles falsos en Tinder. En cada uno de ellos se había inventado una vida diferente con la que buscaba engatusar a sus víctimas. También utilizaba fotos falsas que robaba de usuarios de otras redes sociales. Con todas sus víctimas quedaba en hoteles, según estas mismas fuentes.
La investigación se inició el pasado mes de febrero. Una mujer denunció que un hombre contactó con ella a través de Tinder y tras entablar conversación le ofreció concertar una cita imponiendo unas condiciones. Una vez en el domicilio, y ocultando en todo momento su rostro, le agredió sexualmente en dos ocasiones.
"Mantener un contacto sensorial"
Los agentes pusieron especial atención en las condiciones que imponía a la hora de quedar con la víctima. Estas condiciones se basaban en mantener un contacto en un sitio de confianza totalmente a oscuras, para según manifestaba: “mantener un contacto sensorial, donde incrementar los sentidos y dejarse llevar” y finalmente verse las caras, hecho que nunca ocurría"
Los agentes sopesaron que podría no tratarse de un hecho aislado por lo que tras una minuciosa investigación consiguieron localizar a otras dos víctimas las cuales no habían denunciado los hechos. En estos casos, el arrestado mantenía las mismas exigencias y les comunicaba frases idénticas para ganarse su confianza.
Una vez que llevaba a cabo sus hechos delictivos bloqueaba sus números de teléfono para que no pudieran contactar con él ni identificarle. La identificación del presunto autor de los hechos presentaba una gran dificultad ya que los domicilios que había aportado en diversas circunstancias eran falsos, además, ninguna de las víctimas llegó a ver el rostro del agresor y en algunas ocasiones les fueron sustraídos efectos y dinero.
400 contactos de mujeres
Los agentes establecieron un dispositivo policial hasta conseguir su localización y detención en el municipio madrileño de Móstoles. Al arrestado se le intervinieron dos terminales de telefonía móvil que portaba cuyos datos fueron analizados, averiguando que tenía más de 400 perfiles de mujeres bloqueados.
Los agentes se pusieron en contacto con todos y cada uno de ellos localizando a siete mujeres cuya intención era interponer denuncia por haber sido víctimas de diversos delitos contra la libertad sexual por parte del investigado. La investigación continúa abierta ya que los investigadores no descartan que pudieran existir más víctimas que hasta el momento no han presentado denuncia.