España

Rajoy se siente solo ante el desafío de Mas: “Rubalcaba no controla a los suyos en Cataluña”

El Gobierno lamenta la soledad con la que tiene que pilotar el desafío independentista de Mas debido al divorcio entre el PSOE y los socialistas catalanes, cuyo líder, Pere Navarro, sigue apostando por una consulta desoyendo las instrucciones de Ferraz. Sánchez-Camacho pidió al jefe del Ejecutivo que intentara un nuevo acercamiento con Rubalcaba para intentar parar al PSC.

Entre las numerosas cuestiones candentes que tiene el presidente del Gobierno sobre la mesa de su despacho de Moncloa una es, sin duda, el desafío soberanista de Artur Mas, que va aplicando la técnica de la ducha escocesa conforme le convenga elevar la tensión con Madrid o rebajarla con Hacienda. En todo caso, desde el Ejecutivo siempre se confió en poder tejer una alianza común con el PSOE en este capítulo, pero todos los acontecimientos derivados de las tensas relaciones con el PSC han dado al traste con una estrategia común y un lamento de Rajoy: “Rubalcaba no controla a los suyos en Cataluña”.

El Ejecutivo se siente sólo a la hora de dar réplica a los nacionalistas catalanes en una cuestión en la que pensaban que irían de la mano con el PSOE. Porque ya no se trataba tanto de que Rubalcaba apelara a un desarrollo federal del modelo de España, propuesta que no es nueva, sino a que el PSC no entrara en el juego de Artur Mas. Es cierto que el líder de los socialistas catalanes ha denunciado el “sesgo independentista” de la consulta que propone el bipartito CiU-ERC, como si acabara de caerse del guindo, y parece dispuesto a alejarse del llamado Pacto Nacional del Derecho a Decidir, incluso pidiendo su disolución, pero los populares temen cualquier otro bandazo de un líder cuestionado por el sector soberanista de su partido que también ha conseguido enfadar  a los más “españolistas” –término denostado por todos—como la ex ministra Carme Chacón.

Lo último del líder del PSC ha sido convocar a los barones  del PSOE, antes de que celebren el consejo territorial del partido del próximo 6 de julio, para explicarles su modelo federal que va mucho más lejos que la propuesta de reforma constitucional que ha presentado Alfredo Pérez Rubalcaba. Y es que la base del plan de Navarro pasa por convocar antes una consulta de autodeterminación acordada entre todos y legal para rebajar la tensión soberanista, propuesta que Ferraz rechaza de plano.

El gran temor del PSC es verse identificado con el PP y con Ciutadans sin descartar, además, un escenario de adelanto electoral en Cataluña

La presidenta de los populares catalanes, Alicia Sánchez Camacho, reclamó a Rajoy durante la reunión del último comité ejecutivo nacional del PP, el pasado día 6, que hablara con Rubalcaba para intentar encauzar la posición del PSC. Pero el Gobierno viene admitiendo su impotencia ante la escasa, quizá nula, capacidad de intervención que tiene el PSOE sobre su partido “hermano”.  Porque al margen de modelos federales, el gran punto de confrontación es esa consulta o referéndum que Mas insiste en que celebrará saltándose, llegado el caso, una sentencia desfavorable del Tribunal Constitucional, si la hubiera.

En este sentido, Navarro ha dicho tanto en público como en privado que esa consulta es tan “urgente” como buscar una salida a la crisis económica, que en Cataluña es insondable por tratarse de la Comunidad más endeudada de España aunque en déficit le superen Valencia y Murcia. Y eso lo dijo, nada más ni nada menos, que en el “corazón” de Europa, esto es, en la capital comunitaria, Bruselas, a donde acudió el pasado martes para explicar al comisario de la Competencia, el español Joaquín Almunia, su plan federal. No es menos cierto que en ese escenario también defendió que los 900.000 parados que hay en Cataluña “no pueden esperar a que seamos un estado federal o Cataluña un estado independiente”.

El gran temor del PSC es tener de compañeros de viaje contra CiU y ERC al PP y a Ciutadans, aunque ya se haya demostrado cómo la deriva soberanista, amén del deterioro general del PSOE, provocó que sacara los peores resultados de su historia tanto en las autonómicas catalanas como en las generales. Además, de fondo subyace otro temor, que Mas decida tirar por la calle de en medio y convocar unas nuevas elecciones autonómicas.

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