La agenda electoral de Mariano Rajoy ya ha sido bendecida por la cúpula de Génova y por el propio protagonista. El líder de los populares se puso en manos de Jorge Moragas y de Fernando Maíllo. Solicitó, eso sí, una escala siquiera mínima en Santa Pola, localidad alicantina de la que es registrador.
Las regiones que más visitará Rajoy serán Andalucía y Castilla la Mancha
Andalucía y Castilla la Mancha serán las áreas más intensamente visitadas estas próximas semanas por el candidato del PP, con particular incidencia en las plazas donde se puede arañar algún escaño, como Almería, Sevilla o Málaga, enclave donde tendrá lugar uno de los mítines más poderosos del largo itinerario presidencial. Toledo y Ciudad Real también son puntos con posibilidades de arañar algún diputado.
Cataluña ha dado muchas vueltas en los borradores que se han manejado estos días en Génova. Hasta tres vueltas se le ha dado al programa del presidente. En principio, y contra todo pronóstico, aparecía como una región de segunda línea, como Castilla y León, Cantabria, País Vasco o la Rioja, comunidades que deberán contentarse con la presencia de algún ministro o de la propia vicepresidenta, porque "el presidente no llega a todo", expresaban en Génova. Tenía previsto el equipo de campaña tan sólo una breve escala en Lérida, donde el veterano Juan Ignacio Llorens, a quien han querido relacionar con algún episodio turbio que quedó en nada, lucha afanosamente por recuperar el escaño que siempre ha aportado el PP ilerdense al Congreso. Con un millar de votos más que los recolectados en diciembre, se lograría.
Un viaje improvisado
García Albiol, ante semejante incoherencia, dejó oír su voz. El líder del PP catalán (nominalmente sigue dirigiendo la organización regional Alicia Sánchez-Camacho) trasladó sus quejas a Jorge Moragas, catalán como Albert Rivera, según explicó él mismo este lunes en la presentación de la campaña del 'merengue'. Y Albiol fue escuchado. Cuentan que Jorge Fernández Díaz, titular de Interior en funciones y cabeza de lista por Barcelona, echó un capote. Rajoy, en un desplazamiento improvisado, acudió el sábado último a Barcelona, a presentar el programa elaborado por otra catalana, Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios de la formación. Una escala fallida, que no logró satisfacer ni a gran parte de los dirigentes ni a los militantes del lugar. El líder de los populares pronunció un discurso romo, chato y sin apenas referencias ideológicas a la unidad de España y al delirio separatista. Incluso le lanzó algunos guiños a Carles Puigdemont, el presidente de la Generalitat atrapado por los antisistema de la Cup.
El presidiente acudirá a Lerida el 19 y volverá a Barcelona el 21
"Mejor que no hubiera venido", comentó un experimentado militante barcelonés. En Génova se ha tomado nota y, por tercera vez se ha rectificado la agenda en el apartado referido a Cataluña. Además de Lérida, donde aterrizará el día 19, Rajoy repetirá actuación en Barcelona, el día 21. Este acto estaba inicialmente programado para Soraya Sáenz de Santamaría, que cubrirá algunos huecos a los que no alcance el presidente. La militancia catalana confía en que esta vez el mensaje de su candidato incluya un poco más de épica acompañada de intensas dosis de árnica y de ánimos para todos aquellos que padecen cotidianamente el entorno hostil y asfixiante de un gobierno nacionalista y excluyente.
Barcelona puede recuperar el quinto diputado, de acuerdo con algunos estudios demoscópicos que manejan los populares locales. Pero necesitarían más movilización y un poco más de entusiasmo desde Madrid. Aunque también la dirección regional recibe algunas críticas de su parroquia, como por ejemplo la tibieza y frialdad con la que reaccionario tras la agresión a las dos seguidoras de la selección española de fútbol que fueron atacadas con saña por un grupo de vándalos independentistas en una agresión apenas condenada por los políticos catalanes, apenas comentada en los medios locales y ni siquiera rechazada por los propios futbolistas de la selección. En definitiva, el equipo de Rajoy rectifica por tercera vez y habrá pasado por Cataluña tres veces una vez que haya concluido la campaña.