España

Rajoy iba a ofrecerle a Sánchez una presidencia rotatoria

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, en uno de sus últimos encuentros.

Mariano Rajoy pretendía no acudir con las manos vacías a un posible encuentro con Pedro Sánchez de cara a alcanzar algún acuerdo de investidura. El equipo del presidente en funciones había elaborado una serie de propuestas, algunas de ellas muy concretas, sobre modificaciones o retoques a la Ley de Educación, la reforma fiscal, incluso la reforma laboral, considerada por el Gobierno del PP una de sus iniciativas 'estrella' de la legislatura.

Desde Génova comentaban que lo razonable sería que Rajoy ocupara la Moncloa los dos primeros años de mandato en tanto que el secretario general del PSOE ejerciera la presidencia el último bienio

Dentro de este paquete de posibilidades que manejaban los asesores del presidente, figuraban también algunas sugerencias a las que el Rajoy no había dado aún el visto bueno, como por ejemplo, la oferta de sendas vicepresidencias a Sánchez y Rivera, en el caso de que se lograra el acuerdo para la gran coalición. El presidente en funciones ha deslizado que nunca se ha llegado a concretar esa idea, aireada por Javier Maroto, vicesecretario del PP, en una rueda de prensa.

Lo que sí se había plasmado en uno de los borradores de la negociación era la posibilidad de plantear una presidencia rotatoria, es decir, con alternancia en el poder entre el líder del PP y el dirigente del PSOE. No se habían abordado estrictamente los detalles sobre los tiempos o las formas, pero un discreto asesor de Génova comentaba que lo razonable sería que Rajoy ocupara la Moncloa los dos primeros años de mandato en tanto que el secretario general del PSOE ejerciera la presidencia el último bienio de la legislatura.

Evitar las elecciones generales

Este ejecutivo rotatorio no es una fórmula que haya sugerido Rajoy, pero sí se había incluido en su momento en el abanico de reformas o medidas que el líder del PP podría colocar sobre la mesa del diálogo. El objetivo primordial de este gobierno compartido sería superar el actual bloqueo institucional que tiene paralizada la política nacional desde hace tres largos meses. Muy especialmente, se trataría también de escapar al escenario de una nueva celebración de elecciones generales, una alternativa que cada vez parece más concreta. 

El presidente es consciente de que la Ejecutiva Federal del PSOE le ha prohibido a Sánchez facilitar un Gobierno de Rajoy

El encuentro entre ambos dirigentes resultó imposible ya que el líder del PSOE se negó en redondo a cualquier tipo de acercamiento o de conversación con el jefe de filas del PP. "No, no y no, y dígame qué parte del no ha entendido". Sánchez acudió a la Moncloa, después del 20D, armado de este argumentario, esquemático pero firme. En los veinte minutos que duró la 'sentada' con Rajoy, apenas conversó dos minutos. Luego se charló someramente, durante unos instantes, sobre cuestiones anecdóticas y finalmente, se impuso el silencio. Se trataba de llegar al menos a los veinte minutos de reunión para no transmitir una imagen penosa a la opinión pública. Fue un encuentro ríspido, árido, imposible. "Nunca me ha pasado una cosa igual", comenta el inquilino de la Moncloa a sus visitantes.

Las encuestas no castigan

Rajoy es consciente de que la Ejecutiva Federal del PSOE le ha vetado a su secretario general llegar a cualquier tipo de acuerdo que implique facilitar un Gobierno de Rajoy y del PP. Eso lo tienen muy claro en Moncloa, y también lo ha comentado el presidente en funciones en varias oportunidades. Lo que nadie le ha prohibido a Sánchez es la posibilidad de mantener una conversación con el líder del PP. Es cosa suya, es Sánchez quien no quiere, dicen en presidencia cuando sale este asunto.

Rajoy no ha telefoneado aún a Sánchez, en vista de que el secretario general socialista, tras verse con Iglesias, ha vuelto a insistir en no hay que hablar con el PP

El líder del Ejecutivo en funciones anunció que telefonearía a Sánchez después de Semana Santa. Aún no lo ha hecho, en vista de que el secretario general socialista, tras verse con Pablo Iglesias, ha vuelto a insistir en su teoría de que nada hay que hablar con el PP. No descarta Rajoy intentarlo en adelante, pero no le preocupa demasiado. Las encuestas no le castigan por ser él quien bloquea el diálogo. En este punto, todos salen perjudicados, excepto Ciudadanos, que consigue siempre ser el más valorado en esta fase de dialogo en busca del Gobierno. El líder del PP tiene una oferta muy bien armada para conversar con el dirigente del PSOE. Algunas medidas son incluso sorprendentes, como la del Gobierno rotatorio. Y varias más. Quizás según se acerque la fecha límite para lograr un acuerdo en torno a una sesión de investidura se produzca algún avance. El PSOE se ha dado de tope para negociar el 23 de abril. El 2 de mayor concluye oficialmente esta fase previa a la convocatoria de elecciones. Todo está abierto, pero cada vez, menos.

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