España

Mas pretendió colarse en el encuentro político entre Rajoy y Valls previo al almuerzo de Perelada

Los requiebros políticos de Mas sorprenden a propios y extraños: primero dijo que no asistía a los actos de Perelada, luego maniobró para colarse en la reunión bilateral Rajoy-Valls, y por último no esperó a recibir a Rajoy, sino que se fue directamente al almuerzo.

  • Artur Mas, Mariano Rajoy y Manuel Valls en el almuerzo tras la inauguración de la interconexión eléctrica.

La intrahistoria de lo ocurrido con Artur Mas y los actos de inauguración de la línea de interconexión eléctrica entre España y Francia han vuelto a dejar en entredicho al presidente de la Generalitat de Cataluña. En síntesis, según ha sabido Vozpópuli de fuentes bien informadas, Mas dijo primero que no iba a asistir a los actos de inauguración en Perelada (Gerona); luego maniobró entre Madrid y París para colarse en el encuentro político bilateral que iban a mantener el presidente español, Mariano Rajoy, y el primer ministro francés, Manuel Valls, y cuando desde ambas capitales se le informó de que eso no era posible, no esperó a recibir a Rajoy en Perelada, sino que se fue directamente al almuerzo. Aun así, fue el propio Rajoy el que insistió en que Mas se sentara en la mesa presidencial junto a él y al primer ministro francés.

Como se sabe, la línea de interconexión eléctrica entre España y Francia, que han inaugurado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro francés, Manuel Valls, es importantísima porque duplicará la capacidad actual de intercambio entre ambos países y ayudará a España a dejar de ser una isla energética en Europa. Pero, esta interconexión ha pillado con el pie cambiado a los secesionistas catalanes, que mantienen abierto un debate para una constitución propia y una capacidad energética propia.

Pero, ¿con quién? Esta línea ahora inaugurada ha dejado al independentismo, simplemente, con el pie cambiado. Porque la inauguración de la interconexión eléctrica hispano-francesa es un hecho histórico después de décadas de debate y discusiones, beneficia a todos y España ha peleado la financiación ante la UE y el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Los requiebros políticos de Mas

Así las cosas, desde Moncloa se tuvo mucho cuidado en invitar al presidente de la Generalitat desde el primer momento a asistir a los actos oficiales de la inauguración. Desde el Palau de la Generalitat se declinó por escrito la invitación, señalando que a los actos de Peralada (Girona) Mas delegaba en los consellers de Empresa y Ocupación, Felip Puig, y el de Territorio y Sostenibilidad, Santi Vila.

Sin embargo, y pese a haberlo rechazado por escrito, Mas cambió luego de opinión y pidió asistir a los actos en Francia. Le respondieron que no procedía. Mas no cejó en su empeño y pidió entonces a Madrid y París participar en la reunión bilateral entre Rajoy y Valls, previa al almuerzo.

Desde Madrid y París se le contestó que no podía ser, ya que era una reunión sobre temas bilaterales y europeos. Se le hizo saber que allí se iba a hablar de la situación creada en Grecia y el Eurogrupo, sobre yihadismo y, sobre todo, sobre las interconexiones pendientes para el País Vasco y Aragón y sobre la cumbre del próximo 4 de marzo en Moncloa con el presidente francés, François Hollande; el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho; el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente del BEI, Werner Hoyer. En definitiva, quedaba fuera de toda lógica y sentido que Mas estuviera en esa reunión.

La respuesta no satisfizo al presidente autonómico, que se negó en los actos del viernes a esperar en Perelada para recibir al presidente del Gobierno español y al primer ministro francés y optó por unirse después al almuerzo.

Aun así, según ha sabido Vozpópuli de fuentes bien informadas, fue el propio Rajoy quien, a pesar de todos los desaires del presidente autonómico, quiso que Artur Mas estuviera en la mesa presidencial junto a él y a Manuel Valls.

Como es sabido, la nueva línea con Francia une las localidades de Santa Llogaia, en Girona, y Baixàs, en Francia, y entrará en funcionamiento a finales de este semestre con una capacidad de interconexión entre los dos países que pasará del 3% actual al 6% (de 1.400 a 2.800 megavatios), si bien se trata de un porcentaje muy por debajo del 10% que recomienda la Unión Europea.

Rajoy y Valls estuvieron acompañados de Miguel Arias Cañete, comisario europeo de Cambio Climático y Energía, y de José Folgado y Dominique Maillard, presidentes de Red Eléctrica de España (REE) y de Réseau de Transport d’Électricité (RTE), respectivamente.

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