El canónigo celador del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, Juan Miguel Díaz Rodelas, falleció este pasado sábado a los 69 años durante la celebración de una boda que él había oficiado y a la que había asistido por la cercanía que le unía a la pareja y a sus familias.
Fuentes del Arzobispado han indicado que durante la celebración, Díaz Rodelas se sintió indispuesto y falleció en el lugar, aunque había varios médicos entre los invitados y recibió asistencia del SAMU desplazado hasta el lugar, que no pudieron hacer nada por él.
Según la Cadena SER, no se descarta que la situación fuera provocada por un fallo cardíaco. Está previsto que la autopsia se realice este lunes. También según la emisora, el sacerdote que le acompañaba, al ver la gravedad de la situación, pidió a un seminarista que fuese a la cocina de donde se celebraba el convite y trajese aceite, con el que pudo darle la extrema unción al canónigo.
El arzobispo cardenal de Valencia, Antonio Cañizares, preside este lunes por la tarde la misa exequial en la Catedral en memoria del sacerdote tinerfeño, cuyos restos mortales serán trasladados a continuación para recibir sepultura en su localidad natal, Arico Nuevo.
Rodelas recibió la ordenación sacerdotal en Ontinyent
Según un comunicado del Arzobispado, Juan Miguel Díaz Rodelas es uno de los canónigos de la catedral de Valencia desde 1999 y desde el año pasado, celador del Santo Cáliz.
Díaz Rodelas cursó Teología en Valencia y recibió la ordenación sacerdotal en 1976 en la localidad valenciana de Ontinyent, donde fue vicario parroquial, antes de ser párroco en las pedanías valencianas de El Palmar y El Perellonet.
Fue profesor de la Facultad de Teología y decano de la misma entre 2005 y 2007 y de 2010 a 2015, además de profesor del Pontificio Instituto Juan Pablo II y del Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas.
Ocupó el puesto de Secretario del Comité técnico para la Traducción y Edición de la Sagrada Biblia en la versión Oficial de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y actualmente era presidente del Patronato del Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer.
