España

Nueva Economía de la Lengua: un chiringuito de Pedro Sánchez que se queda en la cuneta

Uno de los retos más vistosos lanzados por el presidente Sánchez con el Plan de Recuperación y Transformación Económica es el proyecto estratégico (Perte) Nueva Economía de la Lengua, con 1.100 millones de fondos europeos. Dos años después<

  • Cuatro de las cinco presentaciones del Observatorio del Español a cargo de P. Sánchez, F. Bolaños, J. M. Albares y la expresidenta riojana C. Andreu

Uno de los retos más vistosos lanzados por el presidente Sánchez con el Plan de Recuperación y Transformación Económica es el proyecto estratégico (Perte) Nueva Economía de la Lengua, con 1.100 millones de fondos europeos. Dos años después de su aprobación, solo se han adjudicado 7,5 millones para tecnologías del lenguaje en catalán, vascuence, gallego y valenciano y 2,5 millones para el español. Además, en ese periodo ha desaparecido el Comisionado Especial para la Alianza por la Nueva Economía de la Lengua, mientras el Observatorio Global del Español en La Rioja, presentado en cinco ocasiones, no dispone de sede ni cronograma.

El entramado de organismos con denominaciones reiterativas de este Perte dificulta su entendimiento. Hay que cuidar de perderse en un asunto al que se accede desde la  respuesta del Gobierno el pasado mes de mayo a una pregunta de los diputados del PP Merino y Gamarra sobre el Observatorio Global del Español creado a comienzos de 2022. Detalla el Ejecutivo que en marzo de 2024 se acordó “la creación de imagen y marca del Observatorio Global del Español (OGE)”, incluir su plan de actividades en un futuro convenio con el Gobierno de La Rioja y que este último ponga a su disposición una sede física.

Aquel convenio acordado en marzo lo ha publicado el BOE la semana pasada, con la singularidad de adjudicar al Observatorio Global del Español (OGE) una dotación cuatrienal de 5,14 millones, sin decir nada sobre el Valle de la Lengua en La Rioja prometido por Pedro Sánchez y que incluiría, además del observatorio, un Centro de Inteligencia de la Nueva Economía de la Lengua con presupuesto de 44,6 millones €. Tampoco alude ese convenio al total de 81 millones para todas las iniciativas en el Valle de la Lengua como “centro y motor de la inteligencia artificial en español”, según dijo la expresidenta riojana Concepción Andreu (PSOE) en marzo de 2023. A esas disparidades se añade que un año y medio antes de que el Boletín Oficial del Estado haya publicado el convenio sobre el OGE, el presidente del Gobierno ya presidió la firma de un acuerdo para el mismo fin y por los responsables de las mismas instituciones

Durante estos años de manoseo político del Observatorio Global del Español, sin sede ni programa de trabajo aunque sí con director instalado en Alcalá de Henares con sueldo anual de 71.550 € y diez investigadores procedentes del desempleo juvenil de La Rioja, ese organismo ha sido presentado oficialmente por: el ministro Félix Bolaños (09/09/2022), el ministro José M. Albares (30/09/2022), el presidente Pedro Sánchez (07/12/2022) y la anterior presidenta de La Rioja, Concepción Andreu (14/09/2022 y 07/03/2023).

En el baile de anuncios, presentaciones, dilaciones y desapariciones de todo lo que emana de la Nueva Economía de la Lengua (NEL) cuál chiringuito presuntuoso, se ve envuelto el Centro de Inteligencia como elemento nuclear del pregonado valle lingüístico en torno a la cuna riojana del español. Anunciado solemnemente por el presidente del Gobierno el 7 de diciembre de 2022 en San Millán de la Cogolla, no adquirió entidad jurídica hasta la firma de un convenio por los gobiernos de España y de La Rioja en mayo de 2023, pero llegado agosto de 2024 no se conoce actividad del mencionado Centro de Inteligencia de la Economía de la Lengua. 

Cristina Gallach, titular del Comisionado para la Economía de la lengua disuelto en dos años
Cristina Gallach, titular del Comisionado para la Economía de la lengua disuelto en dos años

El valle científico-lingüístico en La Rioja lo han vendido como escenario emblemático de este proyecto con fondos europeos el presidente Sánchez y la titular del Comisionado para la Alianza por la Nueva Economía de la Lengua, un ente encabezado por Cristina Gallach que apenas ha durado dos años hasta su disolución en febrero pasado. Con la desaparición del Comisionado y el cese de Gallach no hay modo de rastrear qué ha sido de dos apéndices colgados de aquel Comisionado: un Consejo Consultivo y un Foro.

La maraña de entes del Perte lingüístico presupuestado en 1.100 millones  cuyos nombres se confunden ha tenido corta vida y escasa historia. El Consejo Consultivo, constituido en 2022 para, según la vicepresidenta Calviño, “asegurar la excelencia gracias al acompañamiento y el asesoramiento de personalidades relevantes y de prestigio”, se reunió tres veces sin que se conocieran conclusiones. Desde julio de 2023 nunca más se supo sobre las aportaciones de sus 36 expertos, entre ellos Elvira Lindo, Rozalén, Cristina Garmendia, Juan Diego Botto, Santiago Muñoz Machado, Cayetana Guillén-Cuervo, Irene Vallejo, Jorge Luis Volpi, Katxa Agirre, María Blasco, Fernando Méndez-Leite, José Luis Gª Delgado,  Carme Artigas, David Ferrer i Canosa, Xabier Patxi Arrieta…

El  Foro de la Alianza por la Nueva Economía de la Lengua, integrado al parecer por más de cien empresas de tecnología y procesamiento del lenguaje, celebró su presentación con un encuentro en la Universidad de Alicante el 28 de septiembre de 2022. Desde entonces no hay noticias de dicho foro.

Lo acaecido en torno a este Proyecto para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) tiene dos versiones, la política y la de los fríos datos. De la primera, triunfalista, hay dos ejemplos recientes. En febrero último, tras ser cesada al frente del Comisionado para la Alianza…, Cristina Gallach se ufanó de lo conseguido con el Observatorio Global del Español, con el Centro de Inteligencia de la NEL y, en general, con el Valle de la Lengua, sumándole el programa Dialnet Global para literatura científica en español. Sobre todo ello, Gallach, condecorada con la Gran Cruz del Mérito Civil, hablaba como realidades en marcha cuando se trata de intenciones o diseños embrionarios, si no arrinconados.

Otra versión política sobre este ambicioso plan propagandístico de Pedro Sánchez es la contenida en la citada respuesta del Gobierno a dos diputados del PP hace tres meses, reduciendo su trayectoria a reuniones “interadministrativas” entre los ministerios de Asuntos Exteriores y de Transformación Digital. También entra en detalle económico: “(…) el PERTE de la Nueva Economía de la Lengua cuenta aproximadamente con 537 millones de euros de presupuesto autorizado de los cuales, en octubre del 2023, se habían comprometido ya 427 millones”, refiriéndose a las convocatorias “lanzadas” para una serie de ayudas y subvenciones.

En la profusa y confusa literatura sobre la gestión de los fondos europeos, la terminología se presta a frecuentes equívocos. En las convocatorias de subvenciones hay que distinguir entre anunciadas, autorizadas, lanzadas, formalizadas, adjudicadas y resueltas. De igual modo los fondos pueden estar aprobados, comprometidos, distribuidos, transferidos, invertidos, ejecutados…, de manera que el profano en la materia se puede llamar a engaño ante los boletines que publica el Gobierno sobre la marcha de los fondos europeos.

Frente a balances triunfalistas como los de Cristina Gallach o del propio Ejecutivo, los datos más recientes corroboran que el de la Nueva Economía de la Lengua es de los programas más caóticos en su gestión y más retrasados en su ejecución. En el último avance del Gobierno sobre el Plan de Recuperación, con fecha 28 de junio de 2024, ni siquiera aparece el de la Lengua, salvo un asterisco a pie de página que reza: “PERTE de Nueva Economía de la Lengua en construcción”.

La web del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia recoge sobre la Nueva Economía de la lengua únicamente su aprobación, la cifra de 725 millones “transferidos” y una larga explicación sobre la Inteligencia Artificial. Es también pobre impresión la que se extrae de los minuciosos seguimientos que hace la consultora LLYC, advirtiendo en un informe del pasado abril que el Perte de Economía de la Lengua, con adjudicaciones que no llegan al 10% de la dotación prevista, es uno de los tres proyectos estratégicos “con menor nivel de compromiso” en la gestión del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Para más descrédito de este producto propagandístico del presidente Sánchez, la llamada economía de la lengua en sus retos de procesamiento e incorporación de un corpus lingüístico a la Inteligencia Artificial, discurre por una vía paralela: el programa LEIA en el que la Real Academia está enfrascada desde hace cinco años con generosas subvenciones que superan los 20 millones de euros.

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