El guión del secretario general del PSOE sigue instalado en crear la ilusión de que dentro de 11 días puede haberse convertido en presidente del Gobierno. Con este ánimo, informará este miércoles a su ejecutiva del acuerdo cerrado con Ciudadanos (40 diputados) y de los avances alcanzados con Compromís (4), IU (2), el Partido Nacionalista Vasco (6) y Coalición Canaria (1). Le servirán para cumplir con el trámite de consultar a la militancia si avala estos pactos y para que el comité federal previsto para el lunes, 29, no le dé ningún disgusto. Sin embargo, Pedro Sánchez es plenamente consciente de que la suma de estos apoyos a los 90 representantes que tiene el PSOE, 143 en total, será insuficiente para superar la investidura cuando el próximo 5 de marzo solo necesite para que prospere de la mayoría simple.
Sánchez espera que su tabla de salvación sea la continuidad del diálogo con Podemos después del 5-M
Sánchez ha confiado a algunos de los interlocutores políticos con los que se está entrevistando estos días que él y su equipo carecen de planes de contingencia para sobrevivir ante un fracaso en la investidura, pues todos en el PSOE convienen que desde el 5-M hasta que a primeros de mayo se convocaran nuevas elecciones, arreciarían las presiones de todo tipo para que los socialistas aceptaran un acuerdo de Gobierno con el PP y Ciudadanos. Lo lógico sería que para que este pacto saliera adelante, los barones del PSOE sacrificaran a Sánchez, penalizado por su derrota, y los del PP a Mariano Rajoy. La denominada ‘operación Susana dos’ ganaría aquí todo su valor y de ella están pendientes también los partidos que juegan a ser bisagras en esta legislatura.
Ante el riesgo de que, al final, los dirigentes territoriales del PSOE le corten la cabeza si la teatralización que está haciendo de los pactos acaba en nada, el equipo de Sánchez considera que su tabla de salvación después del 5-M puede llegarle de Podemos, sobre todo si consigue que Pablo Iglesias rebaje sus exigencias para formar Gobierno. “Este será el auténtico plan de contingencia”, refieren fuentes socialistas, convencidas de que Podemos acabará modulando su programa a partir del 5 de marzo movido por dos circunstancias: la prioridad de no romperse más por dentro como formación política y, en segundo lugar, probar la experiencia de Gobierno impidiendo la continuidad del PP. Este martes Pablo Iglesias dejó claro, además, que si fracasa la investidura de Sánchez no tendrá inconveniente alguno en seguir sentado en la mesa de negociación.
El pacto con Ciudadanos, un brindis al sol
Fuentes socialistas son escépticas ante la posibilidad de que, después del pacto de Sánchez con Albert Rivera, Iglesias ceda y se abstenga dentro de 11 días para aupar al líder socialista a la Presidencia. El problema no procede solo de la insistencia con la que Podemos defiende el derecho de autodeterminación en Cataluña, sino de la subida de impuestos que incorpora en su programa y, sobre todo, de las dudas que genera sobre el pago de la deuda. “Con estos planteamientos volveríamos a tener la prima de riesgo en los 600 puntos en la primera semana de Gobierno”, admite uno de los miembros del equipo económico del PSOE.
En el PSOE se opina que un Gobierno con Podemos dispararía la prima de riesgo hasta los 600 puntos en su primera semana
Por otra parte, en las filas socialistas se admite también que el acuerdo con Ciudadanos se sustenta sobre cimientos muy frágiles, pues las cinco reivindicaciones que ayer lanzó Albert Rivera al PSOE en forma de órdago y que Sánchez tardó solo cuatro horas en aceptar, dependen de una reforma de la Constitución que no está en sus manos, teniendo en cuenta que tiene solo 90 diputados en el Congreso y que el PP controla el Senado con mayoría absoluta. Un auténtico brindis al sol.