Cataluña ha celebrado este lunes 11 de septiembre la Diada. El evento de este año ha llegado en medio de las negociaciones de los separatistas catalanes para facilitar la investidura de Sánchez a cambio de la amnistía de los sentenciados ante un juez por el 1-0. El Gobierno de Sánchez está en manos de Puigdemont y los suyos que han aprovechado la ocasión para sacar pecho frente a sus 'rivales' independentistas.
En medio de reproches cruzados entre ERC y Junts, donde los primeros han hecho un llamamiento a "rehacer la unidad del independentismo", tras las críticas que recibieron los republicanos por parte Junts y otras organizaciones, el independentismo sufre otro revés. Este año los asistentes a la manifestación convocada por ANC apenas alcanzan las 115.000, una cifra bastante inferior a la que se han registrado en años anteriores. Según los publicados por la Guardia Urbana de Barcelona este lunes han asistido 22.000 personas menos que en 2022.
El 'pinchazo' de la Diada parece no haber gustado mucho a sus organizadores que han inflado el número de asistentes a la manifestación en Barcelona hasta los 800.000 manifestantes, una cifra muy superior a la que ha facilitado por las fuentes municipales.
Y es que las relaciones entre los independentistas no se encuentran en su mejor momento. ERC y Junts se hallan en una lucha interna, ya no solo por copar la celebración de la Diada de este lunes, sino también por hacerse con el estandarte oficial del representante del independentismo en las negociaciones con el Ejecutivo por la amnistía y la autodeterminación. Sin ir más lejos, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha reivindicado este lunes que ERC ha "abierto camino" hacia la amnistía y la autodeterminación gracias a sus labores de negociación con el Gobierno central. "Quien marca paso para que mucha gente se pueda añadir normalmente es el que más heridas recibe", ha comentado el presidente de la Generalitat en un acto con militantes de ERC por la Diada en Barcelona.
Aragonès y Collboni entre silbidos y la quema de imágenes suyas
Como preludio de la manifestación en Barcelona, la delegación de ERC ha realizado una ofrenda al monumento de Rafael Casanova este lunes por la mañana, donde tuvo lugar el momento de mayor tensión. A su llegada han sido recibidos entre silbidos y gritos de 'Botiflers' y 'Fuera', a los que se han sumado algunos aplausos. La ofrenda de los republicanos, que han hecho junto a Jovent Republicà, ha estado encabezada por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta; las conselleras del Govern Meritxell Serret, Anna Simó y Ester Capella, y también estaba el exconseller de Territorio Juli Fernández.
Horas más tarde, un grupo de encapuchados han prendido fuego a una gran imagen bocabajo del presidente de catalán y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. Los sujetos que iban con la cara cubierta han rociado la imagen con alcohol y han quemado la imagen de ambos entre el paseo Lluís Companys y la calle Comerç.
Piden la dimisión de Aragonés
Ya por la tarde, algunos manifestantes han gritado 'Govern dimisión' al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en la manifestación de la ANC por la Diada en Barcelona, mientras que otros les han respondido con gritos de 'Independencia'. El presidente catalán ha participado en una de las cuatro columnas de la manifestación, la de 'La llengua', que salía de la Escuela Proa y llegaba a plaza España por la calle Creu Coberta, junto con otros consellers de su Ejecutivo y representantes electos de los republicanos.
En esta columna también han participado manifestantes que llevaban carteles de 'Govern dimisión', 'Foc nou' y 'Amnistía, independencia'.
Homenajes a Puigdemont
En momentos puntuales se han oído gritos de 'Puigdemont, president', una persona ha gritado 'Aragonès, venut' -'Aragonès, vendido'- y otra 'No teniu vergonya' -'No tenéis vergüenza'-, a lo que los manifestantes han respondido pidiendo 'Independencia'.
En la columna de 'Soberania', que salía de delante del edificio de Hacienda en la plaza Letamendi, se han escuchado gritos de 'Puigdemont, el nostre president' durante toda la marcha, en especial en la cabeza al encarar el último tramo de la Gran Via hasta la plaza Espanya.
Algunos manifestantes también sostenían carteles con los mensajes 'Govern dimissió'; en otro se leía 'Aragonès, no fas res' -'Aragonès, no haces nada'- y en otro las palabras 'Prou submissió, Govern dimissió' -'Basta de sumisión, Govern dimisión'-, imitando el diseño del cartel de la Generalitat para la Diada de este año. Precisamente en esta columna marchaban los líderes de Junts, encabezados por su presidenta, Laura Borràs, a la que varios simpatizantes se han acercado a saludar antes de que arrancara la manifestación.
ArmVen1
Esto de muestra que España no tiene un problema con Cataluña, sino con políticos catalanes ambiciosos y desleales. Cortar el grifo a la financiación de todo lo que denigra a España y genera odio hacia los españoles (incluyendo el aparato de propaganda de TV3 y la educación) mientras da de comer, nada mal por cierto, a esos políticos enemigos de España es suficiente para desinflar el soufflé.
Perhaps
Y este ridículo grupito de gritones que traspasan la legalidad está consiguiendo por el apoyo del dictador cobarde imponer su gritos, sus odios y su vocerío al resto de la sociedad. ¿Esto es democracia?