Dolores Cospedal sufre un nuevo revés en su pulso por controlar el PP en Andalucía. Las primarias por la dirección de Sevilla las ganó, contra todo pronóstico, Virginia Pérez, respaldada por Javier Arenas, quien fuera durante años el hombre fuerte de la formación en Andalucía.
Juan Bueno aspiraba a renovar la presidencia sevillana. Contaba con el respaldo de Juan Ignacio Zoido, actual ministro del Interior y antiguo alcalde de la ciudad, así como de la propia Cospedal, 'número dos' de la formación. Virginia Pérez, actual portavoz de la Diputación, logró imponerse por un puñado de votos a la considerada candidatura oficial.
No ha sido fácil ya que incluso hasta el último momento estuvo en cuestión el escrutinio de estas primarias. Bueno amagó con recurrir el resultado. Una rápida maniobra del presidente regional del PP, Juan Manuel Moreno, respaldado desde Madrid por Fernando Maíllo, coordinador general, atajaron cualquier posibilidad de reabrir el recuento.
Andalucía se ha convertido en el escenario de una sorda batalla entre dos de los principales dirigentes del PP. Cospedal y Arenas pugnan desde hace tiempo por situar a sus candidatos al frente de las demarcaciones provinciales de cara a los congresos que se celebrarán en las próximas semanas. Cospedal cuenta con el ministro Zoido como su peón de brega en la zona. No le están saliendo bien ninguna de sus apuestas. Arenas es un rival correoso y difícil. El vicesecretario general, ahora con su despacho en Madrid, controla los resortes de poder del partido en Andalucía, la región más importante en cuanto a número de afiliados.
Perdió Cospedal, en primer lugar, los fortines de Córdoba y Jaén. Una disposición de Maillo le impidió a los actuales presidentes, Nieto y Moya, intentar siquiera presentar sus candidaturas. Dada la condición secretarios de Estado de ambos, el primero de Interior y el segundo de Hacienda, Maíllo les cerró el paso a toda posibilidad de presentarse. Se esgrimió el problema de las compatibilidades. Una decisión que sorprendió enormemente ya que Antonio Sanz, hombre de Arenas, sí pudo optar a su continuidad en Huelva. Zoido y, por extensión, Cospedal, empezaba perdiendo por dos a cero.
Contra pronóstico y por pelos
El mayor bofetón lo ha recibido la secretaria general en la plaza clave de Sevilla, donde Juan Bueno, su favorito, ha sido derrotado contra pronóstico por Virginia Pérez, de 39 años, quien se coloca al frente de la plaza más importante del PP en la región. Pérez no sólo cuenta con el respaldo absoluto de Arenas sino que también ha sido apoyada, en forma sutil, por el presidente del partido en esa comunidad, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien ha optado por una aparente neutralidad en estas primarias aunque, en el momento decisivo, ha hilvanado una estrategia con Maíllo que han desbaratado los planes de Cospedal.
No es Andalucía territorio favorable para la 'número dos' de Génova. La actual ministra de Defensa ya intentó colocar a su candidato al frente de la organización regional. Conoció una derrota estruendosa y fue Moreno Bonilla, el favorito de Sáenz de Santamaría y quizás del propio Arenas, quien se alzó con el triunfo. Desde entonces, Cospedal, vía Zoido, no ha ganado ni una partida. Córdoba y Jaén, primero, mediante jugadas de despacho controladas por Maílo en Génova. Ahora, Sevilla, en unas elecciones muy disputadas y con alguna sombra en su resultado final.
Arenas sigue siendo el gran dominador del territorio andaluz. Ha logrado el sutil respaldo de Maíllo para imponerse en estos tres frentes frente a los planes de Cospedal, cuya influencia en el seno de la formación algunos califican de declinante.