En los últimos días circula en el Ministerio de Asuntos Exteriores una carta del cónsul cesado en Edimburgo el pasado mes de junio, Miguel Ángel Vecino, a sus representantes en la Junta de la Carrera, en la que este último acusa al ministro, Josep Borrell, de darle "órdenes anticonstitucionales" durante el medio año que estuvo destinado en la capital escocesa.
Vecino cita varios ejemplos. En primer lugar, "impedir la visita de una delegación de todos los partidos del Parlamento catalán al Parlamento escocés", con el fin de evitar toda presencia catalana en Escocia antes de las elecciones generales del 28-A ya que esa actividad podía "perjudicar electoralmente al Gobierno" de Pedro Sánchez, "lo cual es como mínimo juego sucio".
"Más injustificado y perjudicial fue impedir una visita de la Cámara de Comercio de Edimburgo a Barcelona", prosigue el diplomático en su misiva, "y otra de una delegación de empresarios catalanes a Escocia, con el fin de que los empresarios catalanes no contactasen con los escoceses". En tercer lugar, menciona entre los encargos transmitidos desde Madrid el "vigilar al PNV", aunque no aporta datos concretos.
Un cese "a los cuatro vientos"
El excónsul critica que se le cesase por extralimitarse en su trabajo, con el pretexto de que "un cónsul no tiene funciones políticas" y que dicha decisión se hiciese pública "a los cuatro vientos" desde el propio departamento de Borrell.
"Decir que yo me extralimité sobrepasa el cinismo: en un correo del propio Gabinete del Ministro se me ordena hacer un informe de mis actividades políticas con lista de mi contactos y entrevistas", señala Vecino en la carta, en la que advierte que tiene correos electrónicos "sobre el Reino Unido, la primera ministra de Escocia, la independencia, etc.. informaciones de origen sorprendente y documentación que a los escoceses no les agradaría su publicidad".
El diplomático insiste en que creó una "excelente" relación con el Gobierno de Nicola Sturgeon y el Partido Nacionalista Escocés que se tradujo "en la desaparición del apoyo escocés al independentismo catalán" en el primer semestre de este año.
"Me encomendaron hacer un trabajo político que correspondía al embajador (Carlos) Bastarreche y que éste no había hecho en los más de tres años que lleva en el Reino Unido, pues nunca había visitado oficialmente ni Escocia, ni Gales ni Irlanda del Norte ya que, según me dijo él mismo, no hace falta y él sólo habla con amigos", relata en la carta.
Vecino subraya que logró "neutralizar completamente la influencia y propaganda del separatismo catalán" en Escocia y que su cese ordenado por Borrell dio al traste todo lo conseguido: "Los lazos amarillos han vuelto a las solapas de los diputados escoceses y dudo que el Gobierno de Edimburgo vuelva a confiar nunca en un representante español". En su opinión, "Borrell ha hecho un gran daño a las relaciones de España con el Reino Unido y Escocia, y a la imagen del Gobierno".
El excónsul concluye su misiva haciendo hincapié en que, "como mínimo", se le debería recompensar con otro puesto en el extranjero en reconocimiento a la "gran labor" que desempeñó en Edimburgo, "no sólo política sino también consular". Vozpópuli se puso en contacto con el diplomático, quien admitió la veracidad de la carta y añadió que se reserva cualquier comentario "a la admisión a trámite de su recurso con todos los documentos".
Una carta privada
Vecino presentó en septiembre un recurso contencioso-administrativo contra el cese que sufrió por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores y subrayó que tenía intención de añadir una serie de documentos en sede judicial para avalar el buen desempeño de su trabajo en Edimburgo.
En junio ya discrepó de los motivos de su destitución, al insistir en que la misiva que lo motivó era privada y que fue una excusa para un cese que considera "exclusivamente político". En último término, culpó al Ejecutivo de Nicola Sturgeon por haber actuado con mala fe en este asunto.
Además, en una carta enviada a The Diplomat in Spain aseguró que todas las actividades "políticas" que llevó a cabo en Escocia en relación con Cataluña respondieron a instrucciones del gabinete del ministro Josep Borrell, concretamente de su director, Camilo Villarino, y del encargado de asuntos de Cataluña, Jorge Romeu.