El plató de RTVE ha quedado esta noche dividido en dos bloques. Por un lado el de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, donde solo ha habido unos arañazos. Y por el otro el de Pablo Casado y Albert Rivera, en el que los ataques del líder líder de Ciudadanos al del PP han sido la gran sorpresa del primer debate de cara a las elecciones del próximo 28 de abril.
El candidato de Ciudadanos, Rivera, ha advertido de que votar al PSOE o a Podemos "son lo mismo", pero ha reprochado al líder del PP las políticas fiscales de los últimos gobiernos del PP. "¿Sabe dónde está el milagro económico del PP? En la cárcel", ha atacado Rivera sorprendiendo a Casado, quien en más de una ocasión le ha espetado que no considera a Ciudadanos como su rival. Al mismo tiempo, el dirigente de Ciudadanos le ha preguntado a Casado si pactará con el PNV en el País Vasco.
Los dos ataques de Rivera a Casado, el sobre política fiscal y sobre alianzas territoriales, han sido la gran sorpresa de la noche. Entre ambos dirigentes se suponía un pacto tácito para sumar fuerzas para atacar a Sánchez. Sobre todo en el ámbito de la política territorial. Pero también en la cuestión catalana, Rivera acusó a Casado de negarse a quitar los lazos amarillos.
La estrategia de Rivera puede revelar cierto nerviosismo en la casa del partido naranja. Posiblemente por la irrupción de Vox. De hecho, algunos partidos ya manejan en sus sondeos internos que el partido de Santiago Abascal acabe como tercera fuerzas, por detrás de PSOE y PP. Y la actuación esta noche de Rivera puede reflejar un intento a la desesperada de recuperar votos tanto a su izquierda como a su derecha.
Sin sangre entre Iglesias y Sánchez
Entre Sánchez e Iglesias, en cambio se ha cumplido la expectativa de una confrontación de guante blanco. Iglesias ha acusado a Sánchez de no haber limpiado las instituciones de lo que el líder de Podemos llama las “cloacas del Interior”. Y le recordó que en las negociaciones sobre el aumento del salario mínimo interprofesional, Podemos forzó al PSOE a alcanzar la cota de los 900 euros.
Aun así, Sánchez ha evitado la embestida de Iglesias, y ha llegado incluso a “agradecerle” su colaboración en la moción de censura y en la redacción de los presupuestos. Sin embargo, tres veces Iglesias ha preguntado a Sánchez si quiere llegar a pactos de gobierno con Sánchez. Y este último le ha evitado contestar.
Sánchez sobrevive
Entre Sánchez y Rivera, por otra parte, la contienda también ha sido dura. Sánchez ha reprochado duramente al presidente de Ciudadanos, Rivera, que haya puesto un "cordón sanitario" al PSOE y no a una "ultraderecha" que ha calificado de "temible", refiriéndose a Vox. Mientras, Rivera le ha acusado de ser “socio” de Quim Torra y de haber recogido los 21 puntos exigidos por Carles Puigdemont y sus referentes en Cataluña.
Aun así, Sánchez ha salido del debate de esta noche razonablemente bien. Ha evitado todo tipo de embestidas y no ha caído en las trampas que sus contrincantes intentaron, o deberían haber intentado tenderle. El ataque de Rivera a Casado quizás haya despistado y en ocasiones ha permitido al socialista respirar. Especialmente cuando se movía en el terreno que le resulta más incómodo: el desafío separatista catalán y sus alianzas futuras.