Política

Podemos y los ‘comunes’ se rompen en decenas de municipios antes del 26-M

Los miembros del partido de Pablo Iglesias entregan a sus militantes en Cataluña la orden de diferenciarse de la gente “corriente” y no “común”

  • El secretario de Podemos, Pablo Iglesias, en Sevilla.

La bronca entre Podemos y los ‘comunes’ en Cataluña fluye como un río imparable por debajo del debate electoral del 26 de mayo. La fractura ha alcanzado decenas de municipios, en los que la formación morada se presentará con su lista y advierte a sus militantes de desmarcarse de los ‘comunes’. “En nuestra comarca no somos gente común, somos gente corriente”, lanzan los círculos de Podemos para diferenciarse de los afines a Ada Colau.

En Cornellá, Viladecans, Gavá, El Prat, Sant Joan Despí, Molins de Rei, Sant Andreu de la Barca, Cervelló, Martorell y otros municipios del Baix Llobregat, Podemos se presentará a las elecciones municipales con una lista propia. “Sin coaliciones ni marcas blancas”, subrayan en Podemos. Fuentes de la confluencia de izquierdas añaden que en otros municipios hay “hasta tres candidaturas” del espacio de lo que se entiende como En Comú Podem.   

La decisión de Pablo Iglesias de nombrar a Jaume Asens como cabeza de lista alimentó la fractura, según los sectores más críticos de En Comú Podem

La confluencia está virtualmente rota. Y el elemento que genera mayor tensión es el enfoque más o menos soberanista. Los círculos de Podemos suelen diferenciarse de lo de los comunes por rechazar abiertamente la apuesta secesionista. En posición parecida están los de Izquierda Unida, mientras que entre los comunes se afianza la corriente favorable a hablar de “presos políticos” y abogar por un referéndum separatista.

La decisión de Pablo Iglesias de nombrar a Jaume Asens como cabeza de lista alimentó la fractura, según los sectores más críticos de En Comú Podem. Y en las generales hubo divisiones y hasta dificultad en movilizar a algunos militantes.

Colau resiste

El pacto a nivel nacional entre Iglesias y Ada Colau, no obstante, resiste. La regidora de la ciudad condal es una de las pocas del bloque de los “alcaldes del cambio” que no prescinde del apoyo del líder de Podemos. Pero el precio pagado por Iglesias es que de facto la facción de Podemos ha sido reducido a lo mínimo.

Es más, Colau se ha desprendido también de todas las figuras que han destacado en estos cuatro años de gobierno para evitar que “alguien le haga sombras”, afirman miembros de los comunes. Estos son Jaume Asens y Gerardo Pisarello, los dos ex tenientes de alcalde de Barcelona y ahora diputados de las Cortes que no repiten en la lista electoral de Colau.

Aun así, las perspectivas demoscópicas son positivas para Colau. La encuesta del CIS le da una victoria por la mínima en una reñida pugna con Esquerra Republicana para ser el partido más votado. El PSC también mejoraría, mientras que el ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, no obtendría los apoyos suficientes como poderse postular como regidor.

Iglesias y Colau esperan hacer de Barcelona su feudo en el que confirmar el llamado ayuntamiento del cambio. Aun así, el Consistorio catalán determinará si las fuerzas del cambio  serán mayoritarias o si la ganará la continuidad a nivel local. De ser así, la idea de un referéndum sobre la independencia catalana no puede considerarse lejana. Digan lo que digan los aperturistas del PSC o el mismo Pedro Sánchez con su discurso de diálogo con el irredentismo catalán.

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