Política

Feijóo redobla la presión sobre Von der Leyen: "Si quiere ser presidenta de la Comisión, nos tiene que escuchar"

El líder de la oposición aterrizará en Bruselas este lunes con un poder renovado dentro del PPE tras el 9-J. En Génova recuerdan el precedente de Weber y hablan del 'factor Adrián Vázquez'

  • Ursula Von der Leyen conversa con Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Rueda y Dolors Montserrat en Santiago de Compostela, el pasado 1 de junio. -

Alberto Núñez Feijóo aterrizará este lunes en Bruselas con nueve eurodiputados más que la última vez que visitó la capital comunitaria y la misión de imponer un cambio de paradigma dentro del Partido Popular Europeo (PPE). El grupo de conservadores y democristianos en el Parlamento Europeo se reunirá este 17 de junio antes que los líderes de gobierno de los 27 países de la Unión, que celebrarán la tradicional cena informal que inaugura las negociaciones para elegir las presidencias de la Comisión Europea, del Consejo Europeo y de la Eurocámara y al Alto Representante. Una comida en la que sí estará Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España que es, y con la importancia añadida de haber sido nombrado por la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas como su negociador junto a Olaf Scholz, canciller alemán.

Feijóo, si bien sin credenciales para compartir mesa con los miembros del Consejo Europeo, oteará lo que allí suceda con ojo avizor. Porque el principal objetivo del líder del PP en política exterior es ganar peso en Bruselas, más aún tras el resultado obtenido el 9-J, y más aún cuando la Ley de Amnistía y el ultimátum lanzado por Sánchez para renovar el CGPJ tienen su eco en el principal centro de decisión europea. De todo ello advertirá a sus socios. "No es igual introducir temas siendo un partido con 13 escaños que con 22", exponen con lógica en conversación con Vozpópuli desde el entorno de Feijóo.

"Por eso pediremos mayor sensibilidad con nuestras demandas dentro del PPE y, por tanto, que quien gobierne Europa nos tenga en cuenta", añaden en clara referencia a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, inmersa en pleno proceso de reelección y con quien Feijóo mantiene una relación cordial, pero con tiranteces, habida cuenta de la sintonía exhibida entre la alemana y Sánchez en sus múltiples encuentros diplomáticos. De todo ello estuvieron hablando el pasado 1 de junio, en plena carrera hacia las elecciones europeas, cuando Feijóo y Von der Leyen compartieron, entre Galicia y Madrid, 14 horas de campaña.

Porque es la alemana quien debe escuchar las "demandas" del segundo partido con mayor caudal político en el seno del PPE –sólo por detrás de la CDU alemana, el partido de Angela Merkel y, precisamente, también de la presidenta de la Comisión– y el tercero del conjunto del Parlamento Europeo los próximos cinco años. "Ursula no conocía a Feijóo cuando llegó al PP y sí a Pedro Sánchez. Acababa de llegar y tenía 12 escaños que no eran suyos. Ahora Von der Leyen ya ha visto que este Feijóo, al que no conocía, ha ganado a Sánchez en unas elecciones municipales, generales y europeas", acotan la trasmutación de equilibrios en Génova.

Este periódico ya informó que Feijóo exigirá a la presidenta de la Comisión Europea que avale su ofensiva contra la amnistía y que finiquite "su cercanía" con Sánchez. No obstante, conforme se acrecienta la tensión interna en España también lo hace la presión hacia Bruselas. Es el motivo por el que Feijóo, con interés en mantener una reunión bilateral con Von der Leyen este lunes, aún no confirmada, titubea, incluso, con el apoyo de su delegación. "Si quiere ser presidenta de la Comisión, nos tiene que escuchar", retan las fuentes consultadas. "Mis eurodiputados te hacen presidenta o no te hacen", ahondan.

El caso de Weber y el 'factor Adrián Vázquez'

En el entorno de Feijóo llegan a poner de ejemplo lo sucedido hace cinco años con Manfred Weber, actual presidente del PPE. El dirigente de la CSU –la Unión Social Cristiana de Baviera, la delegación con más peso dentro de la CDU–, con muy buena relación con el líder del PP y caricaturizado por el PSOE en la última campaña, fue el cabeza de cartel de la familia popular europea en las elecciones europeas de 2019. No obstante, un veto de la Alianza Progresista lo apeó de presidir la Comisión Europea. La candidata de consenso encontrada por populares, socialistas y los liberales de Renew fue Ursula von der Leyen.

La alemana necesitará reeditar el mismo pacto –la llamada mayoría Von der Leyen– para seguir cinco años más en el puesto. La próxima Eurocámara estará formada por 720 eurodiputados y entre el PPE (190), S&D (136) y Renew (80) suman 406 diputados, 45 por encima de la mayoría absoluta. Una combinación no tan holgada como parece, habida cuenta de la cantidad de piezas a ensamblar, si bien Von der Leyen también buscará el apoyo del Grupo de los Verdes, con 52 eurodiputados. Además, aunque la consideración hacia la presidenta de la Comisión es amplia, también lo son las voces críticas con su gestión. Los menguantes Republicanos franceses, sin ir más lejos, votaron en contra de su nominación en el Congreso del PPE celebrado el pasado marzo en Bucarest (Rumanía).

En Génova, en definitiva, insisten en que van "a jugar con cartas nuevas" y que estas son "mejores" que las de hace cinco años. Y entre sus naipes, Adrián Vázquez, exsecretario general de Ciudadanos, uno de los principales alfiles de Renew en la última legislatura europea y número 10 en la papeleta del PP el pasado 9-J. "Tendrá la capacidad de hacer de enlace con los liberales, lo que nos aporta valor añadido", aseguran sobre una "llave" que les aportaría valor estratégico en la brega parlamentaria de Estrasburgo y Bruselas. "Vamos a sentar a Feijóo en el sanedrín del PPE", se conjuran en la dirección nacional del PP.

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