La agenda de don Juan Carlos, 79 años, se ha convertido en foco de atención tras el escándalo de su ausencia en la celebración de las primeras elecciones democráticas. La tormenta apenas duró 48 horas. Este sábado, el Rey emérito asistió, junto a su esposa, a los funerales en memoria de Helmut Khol celebrados en Estrasburgo.
Los Reyes eméritos sustituían inopinadamente a Mariano Rajoy, quien al final se cayó de cartel a causa de un viaje oficial a Polonia y del partido de España en la final sub 21. No es frecuente que don Juan Carlos sustituya al presidente del Gobierno. Tampoco era habitual contemplar juntos a los Reyes eméritos en comparecencias públicas. Algo está cambiando en Zarzuela. ¿Reconciliación? Cada cual sigue haciendo su vida pero ya no se evitan en público, más bien lo contrario, comentan en fuentes familiares.
La agenda de don Juan Carlos, liviana y menguante, acoge cada vez con mayor frecuencia actos compartidos con doña Sofía, 78. Después de años de distanciamiento y desapego, en especial tras el escándalo de Botsuana y Corinna, la imagen de los Reyes eméritos compareciendo juntos en público empieza a ser algo habitual. De la fría lejanía se ha pasado a una recuperada unidad.
Lo primero, lo más importante, es la institución, señalan en fuentes familiares. Don Juan Carlos está empeñado en dar carpetazo a los inhóspitos años de la práctica ruptura, cuando cada uno iba por su lado, cuando doña Sofía estaba prácticamente desaparecida.
Cada cual sigue haciendo su vida pero ya no se evitan en público, más bien lo contrario, comentan en fuentes familiares
La absolución de la infanta Cristina en el jucio del 'caso Nóos' ha propiciado este cambio de aires en la Zarzuela. Ha descendido la tensión y empiezan a respirarse vientos de normalidad. Los Reyes también alientan esta aparente reconciliación entre sus padres. Aunque no viven juntos, en estas últimas semanas don Juan Carlos y doña Sofía han aparecido del brazo en numerosas oportunidades. En el cumpleaños del rey Harald de Noruega, en la entrega de la medalla de oro de la Academia Nacional de Medicina a doña Margarita, en el funeral por la infanta Alicia de Borbón. Y, por supuesto, en la primera comunión de su nieta la infanta Sofía.
La redención de Cristina
La fotografía oficial del nacimiento de la nueva era bien podría ser la del pasado 22 de mayo. La Fundación Reina Sofía celebró su 40 cumpleaños, el mismo día en que los Reyes Felipe y Letizia cumplían el 13 aniversario de su boda. Fue una jornada muy especial, una estampa ya casi olvidada: los cuatro reyes juntos de nuevo, como una familia unida, cómplice, entregada a la causa de la Institución.
Don Juan Carlos es el impulsor de este gran cambio. Su agenda se acorta pero siempre que se puede se hace un hueco para aparecer con doña Sofía. Así ocurrió este sábado en Estrasburgo. El primer año tras su abdicación, el Rey emérito asistió a 35 actos oficiales. El segundo, a la mitad. El tercero, alguno menos. Y así progresivamente, comentan en fuentes de su entorno. Nunca se niega a nada, nunca rechaza un compromiso. Pero los viajes traslatlánticos para comparecer en tomas de posesión de primeros ministros iberoamericanos han pasado a ser negociado de don Felipe o del propio Rajoy.
También impulsa el viejo monarca un paulatino y discreto acercamiento de la infanta Cristina al núcleo familiar. Cerrado sin castigo su paso por los tribunales, el Rey padre cree llegado el momento de iniciar la operación retorno de su hija. Aquí se pisa terreno minado. Esta estrategia puede chocar con el criterio impuesto por don Felipe desde su proclamación. A la espera de que se despeje el horizonte penal de Iñaki Urdangarín, no se darán pasos importantes en esa dirección.
Felipe VI se encontró con su hermana y cuñado este fin de semana en Londres, en el cumpleaños de su primo Pablo de Grecia. No consta que hubiera intercambio de saludos. El formal reencuentro entre los Reyes eméritos marcha a buen ritmo. La redención de Cristina llevará más tiempo.
