Política

Sánchez mete más presión a Iglesias y Rivera: ahora quiere impedir por ley el bloqueo político

El PSOE recupera la propuesta de Madina de cambiar la ley para que sea investido el candidato más votado, como ocurre en el Parlamento Vasco

  • Sánchez e Iglesias en una de sus reuniones para negociar la investidura del socialista

En la guerra preventiva en la que se ha embarcado el PSOE contra Unidas Podemos y Ciudadanos, a propósito de quien tendrá la culpa de una investidura fallida en julio, todo vale. Y este jueves el equipo del presidente en funciones echó mano del argumento que menos cabría esperar por parte de quien abanderó en 2016 el "no es no" a Mariano Rajoy, hasta obligar entonces a una repetición de elecciones.

Tres años después, Ferraz ve necesario cambiar la Constitución y Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) para evitar que sea tan "fácil" impedir la investidura de un presidente del Gobierno, explican fuentes socialistas; algo que ya intentó la gestora presidida por Javier Fernández, justo tras la defenestración del hoy inquilino de La Moncloa, para evitar la situación que él había propiciado.

El cisma socialista lo frustró

De hecho, fue su adversario en las primarias de 2014, Eduardo Madina, posteriormente integrado en esa gestora y en el equipo de Susana Díaz para las primarias de 2017, quien abanderó una reforma constitucional para implantar una variante del modelo vasco: después de dos votaciones fallidas, solo sería posible votar sí o abstención al candidato a presidente, de forma que siempre saldría elegido el del partido mayoritario aunque sea rodeado de abstenciones.   

El asunto decayó después de la rotunda victoria de Sánchez frente a Díaz y Patxi López en esas primarias, y tras la dimisión de los dos autores de la ponencia, Madina y el economista José Carlos Díaz, los cuales renunciaron porque no querían contribuir a "la demolición del PSOE" (sic) por parte Sánchez y los suyos.   

Pero hoy los socialistas necesitan munición para poner el foco en quienes tienen, a priori, la llave de la investidura; en particular un Pablo Iglesias a quien los socialistas siguen llamando "socio preferente" pero, en privado, le llaman de todo menos bonito por asegurar que lo que quiere realmente el PSOE es pactar con Ciudadanos y así se lo habría comunicado el presidente a Iglesias, aunque Adriana Lastra lo niega.

El objetivo último de esa estrategia, dicen los morados, es sacar adelante su investidura sin tener las manos atadas por la izquierda en materia presupuestaria, pensiones y grandes líneas estratégicas de política económica.

Y la presión a Iglesias va desde avisarle de que, si no apoya la investidura de Sánchez ahora en julio, no habrá otra en "dos meses y medio" para arrancar al PSOE in extremis un "gobierno de coalición", e iremos a repetición de elecciones, hasta esa idea de reformar la Constitución para acabar con los bloqueos políticos.

Sin embargo, desde la coalición de izquierdas parecen aguantar el pulso. Este jueves, la portavoz parlamentaria, Irene Montero, mantuvo una breve charla a solas con Lastra antes de iniciarse el homenaje del Congreso a las Víctimas del Terrorismo, y luego evitó entrar a responder tanto a la portavoz socialista como las de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, avisando de que no habrá segunda investidura

La portavoz parlamentaria de Podemos, tras hablar con Lastra, insiste en que su apoyo se complica porque el PSOE quiere pactar con Ciudadanos la investidura

Irene Montero invita a tirar de hemeroteca para constatar que el propio Sánchez, la vicepresidenta, Carmen Calvo, y el número tres del partido, José Luis Ábalos, vienen transmitiendo a la ciudadanía que "quieren el apoyo de la derecha" para la investidura.

Unidas Podemos mantiene su "compromiso irrenunciable" para que se dé un gobierno que incluya a ambas fuerzas y que "garantice los derechos sociales", pero "la formación de Gobierno es una cuestión seria" y no se puede negociar con la izquierda mirando de reojo a Ciudadanos y PP por si se abstienen.

"Han transmitido que quieren la abstención o el voto favorable de PP o Ciudadanos para conseguir investir a Pedro Sánchez presidente, y a partir de ahí los cruces de acusaciones sobran", recordó Montero.

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