Los probióticos han llegado a nuestra vida para quedarse. Es probable que usted conozca a alguien que consuma este tipo de suplementos alimenticios, incluso cabe la posibilidad que los haya adquirido en los últimos tiempos para regular su flora intestinal o cualquier otro tipo de problema similar. En una era, la nuestra, en la que solo se potencia el aspecto exterior, todo con una función de pose y falsos encantos, hemos dejado de lado una de las partes fundamentales de la salud, que no es otra que una dieta equilibrada y sana.
La falta de tiempo ha hecho que la gente deje su alimentación en manos de cadenas, secciones de comida preparada y todo tipo de platos que aportan poco a nuestra vida, incluso nos generan problemas a corto medio plazo. Sin embargo, este estresante ritmo de vida que existe en la actualidad, ha hecho que los probióticos salten a la primera línea de batalla.
La ciencia define a los probióticos como "alimentos, suplementos alimenticios o medicamentos formados por microorganismos vivos que pueden tener efecto beneficioso para el huésped cuando se ingieren en una cantidad adecuada". Están al alcance de todo el mundo, en cualquier farmacia puedes hacerte con el probiótico adecuado para tus necesidades.
Una moda que está haciendo ganar mucho dinero a las empresas del sector. El boca a boca y la idea de dejar nuestro equilibrio en manos de terceros, ha hecho de los probióticos un imprescindible en nuestros hogares.
La consultora IQVIA ha compartido varios datos que no hacen, sino exponer el éxito de estos suplementos que miman nuestra microbiota. Según IQVIA, los españoles gastaron 75 millones de euros en probióticos en el 2022. También aumenta el consumo de vitaminas, especialmente de la B12, con el objetivo de reforzar la salud y prevenir problemas de cansancio y fatiga.
Probióticos, un negocio al alza
Este nuevo 'dorado' de las farmacéuticas no ha hecho más que empezar. Las empresas están invirtiendo en desarrollo e investigación. Las estimaciones apuntan que el potencial mercado de los probióticos puede incrementarse de forma exponencial, llegando hasta los 9.700 millones de euros en 2027 en nuestro país, un 20 % más que en 2022. A nivel global, el año pasado se superó la barrera de los 100.000 millones de dólares en facturación.
Aunque su uso está muy extendido, todavía existen grandes lagunas de desconocimiento acerca de los probióticos. La creencia generalizada es que todos los suplementos sirven para todo, y que esto cubre por completo las carencias que podamos tener en nuestra salud. Y no es así, en absoluto. Los farmacéuticos y médicos apuntan que no todas las personas los toleran bien, ni para todo el mundo se adecúan los mismos probióticos.
El beneficio para nuestra microbiota es más que evidente en la mayoría de los casos, pero hay que recalcar que los probióticos no son universales. En palabras de los profesionales, son "cepadependientes". Esto significa que cada cepa nos aporta un elemento diferente. Su precio es elevado, lo que hace que muchas personas decidan pensárselo antes de comprarlos en la farmacia.
¿Cómo actúan los probióticos?
La microbiota es “el conjunto de microorganismos vivos que colonizan la piel y las mucosas”. En función del problema que tengamos, habrá que elegir, siempre aconsejados por profesionales, una cepa de probióticos u otra. Su función es, básicamente, mejorar y equilibrar el sistema inmune e intestinal de las personas, tanto sanas como con alguna patología. Los probióticos buscan reforzar la respuesta inmunitaria del cuerpo humano.
Entre los beneficios se encuentra una remisión de síntomas en las malas digestiones, reposición de la microbiota después de que la residente haya sido eliminada por cualquier causa, prevención de la mastitis durante la lactancia y otros como la enterocolitis necrotizante, enfermedad inflamatoria intestinal y colitis pseudomembranosa.
Se pueden ingerir probióticos de forma natural mediante alimentos como el yogur, que se obtiene de la fermentación de la leche con diferentes bacterias que quedan en el producto final. También los encontramos en otros alimentos, menos usados en los países occidentales, como el chucrut, la kombucha y el kimchi.
Sin embargo, y aunque no se han reportado en todo este tiempo efectos secundarios importantes, los organismos de salud recomiendan un consumo moderado. Incorporar estos suplementos a nuestra dieta diaria se está volviendo algo cada vez más habitual, lo que hace que las empresas potencien esta área con motivo del enorme beneficio económico que deja.
Si acudimos al volumen de búsquedas por Internet, se aprecia un enorme interés por parte de los españoles en los probióticos y elementos relacionados. En todo el mundo, un estudio de Lumina Intelligence explicó cómo, a raíz de la pandemia sanitaria de la COVID-19, ha aumentado el interés por los probióticos de cara a mejorar su salud. Antes del estallido del virus, hubo en torno a 3.900 búsquedas relacionadas. Desde marzo de 2020, se multiplicaron hasta superar las 20.000.