Ana Julia Quezada, condenada por el asesinato, en 2018, del niño Gabriel Cruz, fue sometida a un registro en la cárcel abulense de Brieva, donde cumple condena, después de que la madre de la víctima anunciara que interpondrá querellas judiciales contra la reclusa por supuestamente haber mantenido entrevistas para una serie. Según las mismas fuentes, el registro no arrojó ninguna evidencia en este sentido ni teléfonos móviles que hubieran permitido la comunicación.
Fuentes penitenciarias han indicado que Quezada fue sometida a un registro corporal antes de que se le trasladara el pasado sábado a una celda de aislamiento dentro de la misma cárcel en la que está interna.
En esa celda, la reclusa solo dispone de las pertenencias más elementales, han añadido las mismas fuentes, que han reiterado que el registro fue muy exhaustivo y que no se ha encontrado dispositivo telefónico.
Además, han insistido en que, de momento, no hay indicio alguno que permita aventurar que Quezada disponga de un teléfono con el que negociar su participación en un documental, como asegura la madre de Gabriel, Patricia Ramírez.
Esta anunció ese mismo sábado que interpondrá diferentes querellas judiciales por un posible delito de cohecho al asegurar que se han realizado entrevistas en la cárcel, que "presuntamente bordean la legalidad", a Ana Julia Quezada para su inclusión en un documental sobre el caso de su hijo.
En una rueda de prensa en Almería, Ramírez explicó que las querellas se deben a supuestas "irregularidades" en la cárcel de Brieva por "un presunto delito de cohecho en el que estarían implicados, por lo que saben de una fuente directa, funcionarios, personas relacionadas con la prensa fuera de la cárcel, la propia interna y, de forma subsidiaria sus guardadores, que serían Instituciones Penitenciarias.