España

La seguridad a bordo del tren: Renfe permite viajar con armas, pero sin balas

El ataque de un joven armado con un fusil en un tren en Francia ha hecho que tanto el país galo como Bélgica refuercen su seguridad. En España es obligatorio someter el equipaje a un escáner antes de acceder a los trenes de alta velocidad, aunque los controles carecen de arcos detectores de metales.

  • Varios pasajeros caminan por un andén del Ave en Atocha

El ataque protagonizado este viernes a bordo de un tren en Francia por el jóven marroquí Ayoub El Kahzzani ha puesto de manifiesto una vez más la vulnerabilidad que tienen los grandes medios de transporte como el ferrocarril ante los actos terroristas. España sufrió en primera persona los atentados de Atocha en marzo de 2004 y, desde entonces, la seguridad a bordo de los trenes se ha visto incrementada. Pero la pregunta es: ¿cómo pudo acceder este joven al convoy provisto de un fusil kalashnikov, nueve cargadores, una pistola y un cúter?

En los trenes españoles es posible viajar con un arma a bordo, pero debe ir desmontada, guardada en su caja y acompañada de la documentación

La normativa de Renfe señala que, en los trenes españoles, es posible viajar con un arma a bordo, siempre y cuando se cumpla con una serie de requisitos. El arma "debe ser reglamentada", por lo que el viajero tiene que llevar consigo la documentación exigida y su licencia de uso. Además, durante el viaje, las armas deben ir "desmontadas o guardadas dentro de sus cajas". En cuanto a la munición, Renfe no permite, en ningún caso, portar balas, puesto que la ley las califica como explosivos -prohibidos a bordo del tren-. Si el viajero pertenece a las Fuerzas Armadas o a los Cuerpos de Seguridad del Estado, bastará con que muestre su identificación

Controles de equipaje en el Ave

En las líneas de alta velocidad españolas es obligatorio pasar un control de equipaje antes de acceder al tren. Como es habitual en los aeropuertos, las maletas y los bolsos son sometidos a un control de rayos X para descartar que los viajeros porten armas no declaradas, explosivos u objetos peligrosos en su equipaje. Sin embargo, miembros del personal de seguridad de la estación de Atocha se quejan de que no cuentan con arcos detectores de metales. "No tenemos más que una 'raqueta' -detector de metales de mano- con el que hacemos controles aleatorios cuando el viajero nos parece sospechoso", aseguran a este periódico. El motivo podría deberse a que si los hubiera, las colas para acceder a los andenes se ralentizarían demasiado.

Fuentes de Adif, encargada de la seguridad en los accesos y estaciones, explican a este diario que, "en lugares como Madrid, Barcelona o Zaragoza, algunos trenes de larga distancia también cuentan con controles de equipaje". Sin embargo, en el resto de líneas ferroviarias, tanto de corta como de media distancia, estos controles son prácticamente inexistentes. Pero las revisiones antes del acceso al tren no son la única solución para tratar de garantizar la seguridad a bordo.

La Policía Nacional realiza a diario controles selectivos de viajeros a bordo de los trenes y en las estaciones 

La brigada móvil de la Policía Nacional realiza a diario cientos controles selectivos de viajeros, tanto en los trenes como en los andenes. Los agentes comprueban la documentación de los usuarios, verifican si tienen antecedentes y, en caso de sospechas, revisan a fondo sus equipajes. Las grandes estaciones representan un punto crítico en la lucha contra el terrorismo. Si durante el año no les falta trabajo, en verano la tarea se vuelve más intensa, debido a que miles de personas se desplazan por las vacaciones. En periodo estival, la seguridad se refuerza, por ejemplo, en trenes que provienen de Algeciras, con ciudadanos que han cruzado el Estrecho.

La circular 50, el protocolo ante un atentado 

Si todos los controles preventivos fallan y se produce una situación como la del pasado viernes en Francia, la Policía Nacional cuenta con un protocolo de actuación que garantiza la seguridad ciudadana en caso de alerta terrorista. Si inicialmente comenzó siendo un mecanismo de respuesta ante los atentados de ETA, actualmente está siendo adaptado a la amenaza yihadista. De hecho, el pasado mes de enero el protocolo tuvo que ser activado en la estación de Atocha, cuando un individuo amenazó con inmolarse dentro de un tren de Cercanías. El hombre aseguró portar explosivos, pero las autoridades no encontraron más que una botella de agua en la mochila con la que viajaba. Finalmente, se descubrió que estaba en tratamiento por un "trastorno de conducta". 

Cuando se activa este protocolo, se movilizan todos los cuerpos de emergencia: Policía Nacional, Policía Municipal, Samur y Bomberos. Tras una llamada al 112 alertando de una posible amenaza terrorista, se realiza una valoración de la misma y, en pocos minutos, comienza el despliegue de efectivos. La Policía se encarga de establecer un cordón de seguridad, que puede ir reduciéndose a medida que se descarta un posible peligro para los ciudadanos. Hasta el lugar de la amenaza se trasladan también los Guías Caninos, los TédaxPolicía Científica y Policía Judicial. Además, para mantener el orden y efectuar la evacuación de la zona también acuden las Unidades de Intervención Policial.

Francia y Bélgica reforzarán la vigilancia

El Gobierno francés ya ha movilizado todos sus recursos para tratar de garantizar la seguridad en los transportes públicos. El plan antiterrorista Vigipirate se encuentra en el nivel máximo de alerta terrorista desde el pasado 7 de enero, lo que se traduce en patrullas constantes de estaciones, controles aleatorios de identidad e inspecciones de equipaje. En el operativo participan unos 7.000 militares, 3.000 agentes de seguridad de la SNCF y hay movilizados 30.000 policías y gendarmes para proteger 5.000 zonas sensibles. Por su parte, el gobierno de Bélgica ya ha anunciado que reforzará de manera inmediata las medidas de seguridad a bordo de los Thalys, incrementando las patrullas belgo-francesas en los trenes. Ni en Bélgica ni en Francia se realizan controles de rayos X a las maletas, ni está restringido el acceso a los andenes, a excepción de los Eurostar París-Londres.

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