El Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos vuelve su mirada al bloque de investidura. Tras unos primeros reproches internos, con el partido morado intentando endosar al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, la "caótica" aprobación de la reforma laboral por haber elegido a Ciudadanos y la derecha regionalista navarra de UPN como socios -pese al voto en contra de sus diputados díscolos-, en lugar de ERC, Bildu y el PNV, ahora ambas partes se aferran a la insistencia de estos en que la mayoría de investidura no peligra.
De entrada, y para aprobar los dos próximos hitos legislativos, la Ley de Vivienda y la Ley de Libertad sexual, dicen ambas partes, todos los partidos de esa mayoría vuelven a ser indispensables. "El futuro de Pedro Sánchez está amarrado a ella", señala de forma gráfica a Vozpópuli una fuente de Podemos.
El proyecto de Ley de Vivienda fue aprobado este martes por el Consejo de Ministros con el informe en contra del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), lo cual permite augurar problemas en el Tribunal Constitucional tras los casi seguros recursos de PP y Vox por atentar supuestamente contra el derecho a la propiedad privada. Así que los dos socios del Ejecutivo de izquierda han decidido darle un acelerón: quieren que entre en vigor en el tercer trimestre de este año 2022 y para ello han pedido a las Cortes su tramitación por vía de urgencia.
Cuando se debata, esa Ley de Vivienda solo podrá ser aprobada con los votos procedentes de partidos de ese bloque de investidura porque ambos partidos de la derecha, además de Ciudadanos, son abiertamente contrarios a cualquier control de alquileres. Por eso, y para evitar lo ocurrido con la reforma laboral, la ministra de Fomento, Raquel Sánchez, y En Comú Podem, el socio catalán de Podemos liderado por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se van a emplear a fondo "desde ya" para convencer, sobre todo, a ERC y a Bildu.
El Gobierno cuenta con que a ERC a le interesa más que a nadie que la norma paraguas estatal salga adelante y puentear así el fiasco que les ha supuesto que el Tribunal Constitucional haya admitido a trámite el recurso contra su decreto
Y es que el Gobierno cuenta en esta ocasión con que a los republicanos catalanes, que ostentan la Presidencia de la Generalitat en la persona de Pere Aragonès, les interesa más que a ningún otro partido que la norma paraguas estatal salga adelante para puentear el fiasco que les ha supuesto que el Tribunal Constitucional haya admitido a trámite los recursos contra el decreto-ley de alquileres del Govern por una supuesta invasión de competencias.
Por lo que respecta a la Ley de Libertad Sexual, más conocida como la ley del solo sí es sí, del Ministerio de Igualdad que lidera Irene Montero, la cual también ha tenido serias dificultades incluso en el seno del Ejecutivo para salir adelante y cuenta con el rechazo unánime de todos los vocales del Poder Judicial, el partido morado cree que el PSOE también tiene asumido que "no va a poder contar con la derecha" para sacarla adelante.
El martes 25 de enero se reactivó esa ley en ponencia en el Congreso, junto con la denominada Ley Zerolo de igualdad de trato, pero el Gobierno va a tener que trabajarse mucho la negociación parlamentaria de la misma porque no solo cuenta con la oposición del PP y de Vox; como la nueva norma del solo sí es sí intenta legislar, además, sobre el espinoso debate de la abolición de la prostitución -con la izquierda dividida entre quienes consideran, como el PSOE, que es un ejemplo de violencia machista, y quienes defienden su libre ejercicio, como En Comú Podem, ERC, EH Bildu, JxCat o la CUP-, la luz verde parlamentaria a la Ley de Libertad Sexual no está ahora mismo asegurada.
Y el PSOE, que aprobó la abolición de la prostitución en su reciente 40 Congreso Federal, no quiere correr riesgos de ver tumbada, como casi ocurre este jueves con la reforma laboral, una de las propuestas estrella del pacto de gobierno de noviembre de 2019; por eso está proponiendo a Irene Montero y a la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, posponer la abolición de la prostitución a una futura Ley contra la Trata de seres humanos.
Los socialistas responden al ataque de Podemos contra Bolaños por el fiasco de UPN recordando que el "exceso de protagonismo" de Yolanda Díaz casi 'tumba' la reforma laboral
En todo caso, señala una fuente del partido minoritario del Gobierno de coalición, la experiencia vivida esta semana en el Congreso de los Diputados ha hecho que Pedro Sánchez ya se haya dado cuenta de que si quiere agotar la legislatura hasta otoño de 2023 -como reiteró el miércoles pasado en Dubái, adonde acudió a visitar la Expo-, "no puede fiarse de la geometría variable", ahora con el bloque de investidura, ahora con Ciudadanos.
Claro que a ese razonamiento, fuentes socialistas replican que en Podemos hay interés en no dar por roto el bloque de investidura no solo por razones ideológicas sino porque el proyecto de liderazgo de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, dista mucho de estar consolidado. A este respecto, recuerdan la "frialdad" de los morados con el resultado del pacto de reforma laboral con los agentes sociales y la necesidad de que hasta Pablo Iglesias saliera en su defensa.
Sostienen estas fuentes, en respuesta a las críticas al ministro Bolaños, que lo que ha torpedeado durante semanas la negociación de la reforma laboral -hasta que Pedro Sánchez impuso la entrada de Nadia Calviño en la misma para equilibrar- ha sido el "exceso de protagonismo" de la ministra de Trabajo, que hizo que el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, premonitorio de lo visto el jueves en el Congreso, la advirtiera ya hace semanas: "No votamos proyectos personales".