La vuelta al cole es una época de retos tanto para las familias, como para los más pequeños. Más allá de las dificultades económicas, los jóvenes tienden a experimentar estrés y presión social, lo que se traduce en un aumento del 65% en las consultas de psicología y psiquiatría infantil, respecto a 2021, según Top Doctors.
Tratar la salud mental de los niños y adolescentes es clave para que estos puedan tener un buen desarrollo académico. Entre un 15% y un 20% de los jóvenes sufren trastornos mentales, teniendo el mayor pico a los 14 años. “Cuando los trastornos mentales no son tratados, existe un mayor riesgo de altas tasas de abandono escolar, baja productividad, problemas familiares, sociales y legales, aumento de tasas de suicidio y resultados desfavorables que afectan a los individuos, las familias y la sociedad en general”, apunta la Dra. Paloma Varela Casal, especialista en Psiquiatría y miembro de Grupo Top Doctors.
Ansiedad por separación de los padres, desconexión de pantallas, estrés académico y de adaptación, problemas de identidad, autoestima o imagen corporal o bullying son algunas de las causas que llevan a niños y adolescentes a consultas de psicología. Asimismo, desde Top Doctors hacen especial hincapié en los diagnósticos de Trastorno Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en edades tempranas y cómo sigue viéndose como 'problemático' "al niño que no es capaz de permanecer quieto y prestando atención durante un tiempo prolongado". "Se trata del más frecuente de estos cuadros y afecta a un 5% de los niños y niñas en edad escolar", comenta el Dr. Gorrotxategi de la AEPap.
En la adolescencia se pueden encontrar Trastornos del Espectro Autista (TEA), además del TDAH, y otros relativos al procesamiento sensorial y de emociones. Respecto al TEA, trastorno con el que el niño adquiere dificultades para entender los mensajes y hay diferentes grados -como el Síndrome de Asperger-, "están aumentando en los últimos años y afectan a un 1% de la población pediátrica", apunta la Dra. Teresa Cenarro, vicepresidenta de Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).
"Todo ello nos lleva a problemas de gestión emocional y control de la ira, a trastornos de alimentación y otros de tipo obsesivo compulsivos y/o autolesivos como la tricotilomanía (arrancarse el pelo). También cabe señalar en este apartado la manera saludable, o no, en que se establecen las primeras relaciones de pareja", indica la psicóloga especialista en salud integrativa y miembro de Top Doctors Olga Albaladejo Juárez.
La psicóloga Albaladejo señala también la influencia del aislamiento de la pandemia y el cambio que se ha producido en los últimos diez años hacia una sociedad "niño-céntrica". Según la experta, este modelo hace que el niño llegue a la adolescencia sin resistencia a la frustración, con poca valoración de la importancia del esfuerzo y con un sistema de valores confuso.
Por otra parte, los expertos apuntan al mayor acceso a información que no saben gestionar y la exposición a contenidos digitales inapropiados, como la pornografía online así como el sobreuso de pantallas y las redes sociales, como atenuante de trastornos por el impacto que producen en la salud mental.
Los trastornos de neurodesarrollo en la psicología infantil
La Asociación Española de Atención Primaria señala un aumento de los trastornos de neurodesarrollo y otros problemas de aprendizaje tras la pandemia. "Se conoce cómo neurodesarrollo la maduración física y emocional normal de un niño o niña desde que nace hasta su adolescencia. Un niño tiene un desarrollo madurativo neurológico o psicomotor normal si adquiere sus capacidades motoras, cognitivas, sensoriales, de lenguaje y comunicación a la edad que lo hace la mayoría de los otros niños", explica el Dr. Pedro Gorrotxategi, presidente de AEPap.
Las enfermedades que afectan al neurodesarrollo incluyen trastornos que afectan a las capacidades motores -aprendizaje no verbal y se incluyen la parálisis cerebrales en distintos grados-, cognitivas -disminución de la competencia intelectual o asociada a algún síndrome, como el de Down-, sensoriales -problemas de audición y visión-, del lenguaje -con un 4% de incidencia en la población infantil y en aumento-, de comunicación -donde entran los TEA- y otros cuadros, como el TDAH.
Desde la AEPap destacan la importante labor del pediatra para elaborar un correcto diagnóstico que sirva de orientación tanto a padres como profesores, asimismo es importante hacer "un seguimiento y seguir consejos de prevención de complicaciones". Dentro de las escuelas, recomienda una educación personalizada e integradora, además de que el número de alumnos por aula no sea elevado y que el profesorado tenga una relación cercana con el niño o niña y su familia. Los colegios deben ser "un lugar seguro y feliz para los niños”, señala la Dra. Teresa Cenarro.
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¿En serio que ahora los niños tienen que ir al psicólogo antes de empezar el cole?. Verdaderamente, esta sociedad está enferma.