Noelia, veterinaria: “¿Somos independientes? Pues mira, no me había enterado”. Jennifer, cajera: “No va a pasar nada, la independencia no llegará hasta dentro de unos años”. Montse, transportista: “Prefiero que me digan la verdad, creo que así no iremos muy lejos”. Santiago, agente inmobiliario: “Son actos simbólicos”. Todos ellos son vecinos de los cuatro municipios catalanes en los que la pasada semana se constituyeron los llamados Consejos Locales por la República. Se declaran soberanos, ajenos al Estado y su plan es materializar la independencia” y “restituir el Gobierno legítimo”.
Esta es la última iniciativa que emana de Bélgica y el expresidente huido Carles Puigdemont. El objetivo último es sacar el procés de las instituciones y establecer una asamblea ciudadana paralela. Son conscientes de que seguir en la misma vía que llevó a prisión a los líderes independentistas genera temores y bajas en la causa. Los ayuntamientos y alcaldes no apoyan oficialmente, pero sí auspician estos consejos ciudadanos en los que se pueden apuntar los vecinos estampando su nombre en un registro.
De cara al futuro, estos consejos serán llamados a ejercer de correa de transmisión de las decisiones que adopte el Consejo por la República. Puigdemont y Toni Comín encabezan la lista del Gobierno de este organismo, compuesta por 14 personas. Hasta ahora se han sumado solo las localidades de Amer (2.256 habitantes censados), Vilobi d’Onyar (3.196), Cornellá del Terri (2.322) y Sant Cebria de Vallalta (3.344).
Las tres primeras son de Gerona y la última está situada en la provincia de Barcelona. Entre las cuatro llenarían un fondo del Camp Nou con sus vecinos. Un lateral del estadio, en cambio, ya se les quedaría grande a estas cuatro villas convertidas desde hace días la Galia de Asterix, pero en versión Cataluña postreferéndum donde nunca queda claro dónde acaba lo simbólico y empieza lo real.
No atendemos a los medios españoles. Sí hablamos con los medios catalanes o prensa internacional
“No atendemos a los medios españoles. Sí hablamos con los medios catalanes o a la prensa internacional, pero no a los medios españoles”, dice un regidor de Amer, tierra natal de Puigdemont. No es sencillo recabar la versión de los cuatro alcaldes. “¿De qué medio dice que llama?”. Música de espera. “¿Y qué era, para eso de la República, no?”. Más música de espera. “Ahora no puede, está reunido. Déjeme su número y ya le llamarán”, “mande un correo”, “llame más tarde”... El vuelva usted mañana se practica de igual forma a ambos lados del Ebro. No será ahí donde se manifieste el hecho diferencial.
Se basan en el mandato del 1-O
El documento hecho público en Amer se basa en el mandato del 1-O y se constituyen un Consejo Local por la República. “Será la única institución no sometida a los poderes del Estado español” (...) Reconocerá únicamente al Consejo de la República como institución libre y soberana de la República catalana hasta alcanzar la independencia efectiva de Cataluña”. Desde Bélgica, Puigdemont anunció durante el aniversario del referéndum una asamblea de cargos electos de Cataluña para preparar la fase posterior a una eventual sentencia condenatoria del Tribunal Supremo sobre el proceso independentista.
Montse tiene 60 años, es de Cornellá del Terri y trabaja en una empresa de transportes y pone de relieve que nadie les ha preguntado por esta iniciativa: “Yo lo hubiese consultado”. Su pueblo se sumó a esta nueva aventura con un acto en el que el principal reclamo fueron la esposa de Puigdemont y la de su amigo el empresario Jami Matamala. Junto a ellas posó alegre el alcalde, Salvador Coll. “Prefiero que me digan la verdad”, responde Montse, quien lamenta llevar muchos años escuchando promesas que no se cumplen.
Amb @ToporMarcela @jami_matamala @KRLS a #cornelladelterri recordant aquell dia històric que seguirà viu per sempre més . Seguirem protegint el vot del #President @ACDretsCivils #LlibertatPresosPolitics @ConsellxRep #1Oct2017 pic.twitter.com/iFyJEcvs6G
— Salvador Coll (@SalvadorColl) October 1, 2019
Se reconoce independentista, pero admite que lo era “más antes que ahora". “No me gusta cómo nos trata el Estado español, pero tampoco me gusta cómo nuestros dirigentes están llevando el procés”. “Que nos digan la verdad, si no se puede no se puede, creo que así no vamos muy lejos”. Montse dice que tiene una hija en el Ayuntamiento que piensa lo mismo que ella. “Yo no me iré a apuntar y eso que soy muy catalana, eh”, aclara.
"La independencia llegará dentro de unos años, pero no ahora"
La mayoría de opiniones circulan entre el escepticismo de Montse y su hija o el desconocimiento de Jennifer, trabajadora en un supermercado de Sant Cebria de Vallalta. “No me había enterado”. Tiene 36 años y no cree que esta iniciativa vaya a cambiar las cosas. “La independencia se quedará stand by (modo de espera), llegará dentro de unos años, pero no ahora”, opina.
La sensibilidad independentista en estos cuatro municipios es palpable, incluso en quienes no se consideran soberanistas, pero ven el desafío una forma de expresar el descontento. Es el caso de Santiago, agente inmobiliario de 47 años, también de Sant Cebria. Tampoco conocía que era eso del Consejo Local por la República, pero le parece bien “como protesta”. Tanto que acudiría apuntarse “por la actitud de España a lo que es su forma de gestionar una protesta política”. Preguntado acerca de a quién considera su presidente, dice que Joaquim Torra o Pedro Sánchez, pero no Puigdemont.
Los impuestos, para Cataluña
Montse, tiene 56 años y trabaja en un bar de Cornellá del Terri donde la gente se junta a ver el fútbol y otros deportes. La llamada le coge en pleno servicio de comidas y pide hablar pasadas unas horas. Ella tiene claro que su presidente debería ser Puigdemont y explica que “se ha tenido que ir por todos los problemas que ha habido”. Sobre los Consejos Locales por la República, tampoco tenía conocimiento, pero sostiene que “sería mejor no formar parte de España”.
¿Y si un sector de ciudadanos de Cornellá del Terri decide el día de mañana mantenerse en España? “Es de muy mal hacer”, replica Montse, echando mano de una expresión que significa que sería un escenario complicado. Entre las medidas que proponen los Consejos Locales se incluye culminar la aprobación de la Constitución Catalana que, al menos Montse, admite no conocer. Todavía son una incógnita el resto de decisiones que adoptará el Consejo por la República. Preguntada por un extremo como el de dejar de pagar impuestos al resto de España, Montse es partidaria de aportar, “pero para Cataluña”. “Que se queden para la tierra porque ahora se derrocha”
Piensa lo mismo Albert, de 50 años y trabajador en un taller de Vilobí d’Onyar: “Para mi es importante que el dinero que se produce se quedase en Cataluña” Está a favor del Consejo y se declara independentista aunque dice que se conformaría con un Estado Federal "como Estados Unidos". ¿Y no cree que en Cataluña hay un alto grado de autonomía?. “No lo sé, no me importa”, concluye.