Aunque tiene un aspecto especial, esta receta se caracteriza por ser muy fácil y sencilla de preparar. El hojaldre de espárragos y queso no necesita mucho tiempo de elaboración, siempre que compremos la masa ya preparada. Además, estamos ante ingredientes baratos y fáciles de encontrar, ya que si no disponemos de algunos de los que se indican en la receta, estos se pueden variar por otros.En mi caso sí he elegido un queso gamoneu y una mermelada de pimientos, ambos productos asturianos y que pueden resultar más difíciles de adquirir, pero que podrían cambiarse perfectamente por un parmesano y una mermelada de tomate o incluso una clásica de fresa. Los tomates cherry también podrían cambiarse por tomates normales, pero el punto del cherry pega especialmente bien con el resto de ingredientes.Esta receta está indicada para la cena, como plato único, o para la comida, pero como primero o de acompañamiento de, por ejemplo, un pescado.
Ingredientes del hojaldre de espárragos con queso
- Una placa de Hojaldre
- Seis cucharadas soperas de mascarpone
- 50 gramos de queso gamoneu
- Tres cucharadas de café de albahaca picada
- Ralladura de medio limón
- Tres tomates cherry
- Un manojo de espárragos trigueros
- Una cucharada sopera de aceite
- La yema de un huevo
- Hojas de brotes variados
- Mermelada de pimiento
Preparación
- Precalentamos el horno a 180º. Mientras, mezclamos el mascarpone (que se ha sacado 15 minutos antes del frigorífico) con la albahaca y la ralladura del limón. Se sazona la mezcla al gusto.
- Se corta por la mitad la placa de hojaldre y se doblan los bordes resultantes para hacer un ribete delgado (se puede doblar una vez o dos, dependiendo de cómo se quiera el borde). Se extiende la mezcla con el mascarpone cubriendo el interior del hojaldre. Además, añadimos el queso gamoneu cortado en daditos pequeños.
- Se cortan los tomates cherry en tres partes iguales y se colocan en los extremos en el centro de la mezcla. Mientras, mezclamos el aceite con los espárragos trigueros y se sitúan encima del hojaldre, intentando que abarquen toda la superficie pero sin pisar los bordes.
- Se bate la yema del huevo y con un pincel se unta los bordes del hojaldre para que al hornearlos queden más dorados. Introducimos los hojaldres en una placa sobre papel de horno durante unos 25 minutos o hasta que el hojaldre esté dorado.
- Una vez que los hojaldres están tibios se añaden los brotes variados (en este caso he utilizado canónigos y rúcula) y se reparte una cucharada sopera de mermelada de pimiento por encima de los brotes.