Reino Unido celebra este jueves unas elecciones generales cruciales para el futuro político y económico del país.
Los británicos elegirán al Gobierno que debe encargarse de cerrar el tortuoso proceso de salida de la Unión Europea (UE) y negociar con Bruselas la forma que tendrá la futura relación entre ambos lados del canal de la Mancha, que está aún en el aire.
Estas son las principales claves que marcan la jornada de votación:
Johnson busca la mayoría absoluta
El primer ministro conservador, Boris Johnson, necesita más de la mitad de los escaños de la Cámara de los Comunes (326 de 650 asientos, aunque en la práctica puede bastar con algunos menos) para ratificar sin complicaciones su acuerdo del Brexit y ejecutar la salida de la UE en la fecha prevista, el próximo 31 de enero.
Ninguna otra fuerza respalda oficialmente el acuerdo de Johnson, incluido el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), antiguo socio de los tories.
Una mayoría simple paralizaría previsiblemente la aprobación del texto, a menos que Johnson pueda volver a contar con el apoyo de los 19 diputados laboristas favorables al Brexit que se rebelaron en octubre para apoyar al primer ministro.
Posible gobierno alternativo
En caso de que Johnson se quede corto para obtener una mayoría absoluta, se abriría la posibilidad de un Gobierno conservador en minoría, o bien de que el resto de formaciones pacten un Ejecutivo alternativo con el mandato de renegociar una vez más los términos de salida de la UE y, potencialmente, convocar un nuevo referéndum.
El diálogo para formar ese Gobierno multipartito resultaría, sin embargo, complejo. El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, necesitaría ganarse la confianza del Partido Nacionalista Escocés (SNP) y de los liberaldemócratas, además de la de otras fuerzas minoritarias.
¿Qué pronostican las encuestas?
El particular sistema electoral británico complica la tarea de las firmas demoscópicas. Por cada una de las 650 circunscripciones en las que está dividido el país, tan solo el candidato más votado accede a un asiento en el Parlamento.
Un puñado de votos en una pequeña región puede decantar un escaño, lo que supone una pesadilla para los encuestadores.
El sondeo más detallado realizado hasta ahora, en el que YouGov preguntó esta semana a más de 100.000 votantes, predice que los conservadores obtendrán 339 escaños, mayoría absoluta. El margen de error es, sin embargo, grande, y la horquilla abarca desde los 311 hasta los 367 asientos, lo que deja abierta cualquier posibilidad.
Importancia del voto táctico
Un gran número de británicos viven en circunscripciones en las que el partido por el que votarían tiene pocas opciones de ganar, por lo que su papeleta puede caer en saco roto.
El voto táctico, que puede jugar un papel clave en estas elecciones, significa que algunos ciudadanos deciden votar a una fuerza a la que normalmente no apoyarían para evitar que gane un candidato al que rechazan.
Esa práctica puede hacerse más pronunciada debido a la polarización política que ha provocado el Brexit.
Algunos votantes laboristas pueden preferir en esta ocasión a los liberaldemócratas, si creen que esa opción contribuye a frenar a un conservador partidario del Brexit, y viceversa.
De la misma forma, algunos simpatizantes del radical Partido del Brexit pueden respaldar esta vez a los conservadores para detener a un candidato favorable a continuar en la UE.
Mal tiempo y participación
Estas elecciones anticipadas son las primeras que se celebran desde 1923 durante el invierno en el Reino Unido, donde habitualmente se convocan los comicios en primavera para asegurarse una meteorología más benigna.
Tradicionalmente se ha pensado que una baja participación perjudica al Partido Laborista, aunque los expertos no son categóricos a la hora de anticipar los efectos del mal tiempo en los comicios.
Figuras de peso en peligro
Algunas figuras de peso en la política británica corren el riesgo de perder su escaño si el voto táctico contra ellos se impone en sus circunscripciones.
El ministro de Exteriores, el conservador Dominic Raab, la líder del Partido Liberal Demócrata, Jo Swinson, y el antiguo líder de los conservadores Iain Duncan Smith están en la lista de escaños en peligro.
El propio Johnson ha vivido cierta incertidumbre por el resultado en su circunscripción, Uxbridge and South Ruislip, aunque las últimas encuestas anticipan que obtendrá el 49 % de los votos, frente al 40 % los laboristas.
Principales argumentos de campaña
El Partido Conservador ha centrado su campaña en el lema "Get Brexit Done", algo así como "Vamos a finalizar el Brexit'", y se ha presentado como la única fuerza con un plan para materializar la ruptura con la UE a corto plazo.
Trata así de ganarse a los ciudadanos que han comenzado a dar signos de hartazgo con el Brexit, que monopoliza el debate político en el Reino Unido desde hace más de tres años.
El Partido Laborista, por su parte, ha subrayado sus propuestas económicas dirigidas a terminar con la década de austeridad impuesta por los Gobiernos conservadores, un argumentario con el que registró un avance inesperado en las elecciones de 2017.
Corbyn propone incrementar el gasto público hasta niveles no vistos desde la década de 1970 y nacionalizar empresas de servicios y de transporte.
La cuestión escocesa
El resultado electoral que obtenga el Partido Nacionalista Escocés (SNP) determinará su peso en la Cámara de los Comunes durante una legislatura en la que previsiblemente presionarán al Gobierno británico para convocar un segundo referéndum sobre la independencia.