El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, redujo este domingo el tono de confrontación con sus socios europeos en París al asegurar que su intención es negociar con todas las instituciones que forman la troika "un nuevo contrato" gracias al cual su país dejará de costarle tanto al resto de los europeos. "No se trata de negociar los unos contra los otros" y sobre todo no oponer el norte de Europa con el sur, sino de ponerse todos "en el mismo lado de la mesa" para acordar "un nuevo contrato" porque el actual plan de salvamento griego "le cuesta demasiado a Europa", señaló Varufakis tras reunirse con su homólogo francés, Michel Sapin.
Justificó su rechazo a la troika porque dijo que, desde su punto de vista es "un grupo de tecnócratas" que van a Grecia simplemente a supervisar tal o cual punto de un programa de salvamento que le ha hecho mal al país, y que además no tiene mandato para negociar. Por eso, añadió que con quien quiere hablar es con las instituciones que la componen, y que espera reunirse con sus responsables en los próximos días, de la misma forma que va a desplazarse a capitales europeas, entre las que citó Berlín, Helsinki y Madrid, en alusión a tres países que se han manifestado tajantemente en contra de una nueva quita a Grecia.
Sobre la cuestión de la deuda, reconoció que el sector privado ya procedió a una condonación parcial, a su parecer fue "excesiva y demasiado tarde"
Precisamente, sobre la cuestión de la deuda, reconoció que el sector privado ya procedió a una condonación parcial, a su parecer fue "excesiva y demasiado tarde". El problema, de acuerdo con su análisis, no es que los acreedores dieran a Grecia una cantidad de dinero insuficiente, sino que con un programa de salvamento mal concebido ese dinero se perdía en un pozo sin fondo y que su país pasó a actuar "como un toxicómano" que sólo piensa en la próxima dosis, en este caso en el próximo paquete de ayuda exterior.
"Lo que queremos es reducir las pérdidas para nuestros socios", argumentó el ministro griego para justificar una renegociación de la deuda sobre la que no dio muchos detalles, más allá de la posición conocida de que quiere que los reembolsos estén vinculados al crecimiento económico de su país. En su discurso, esa revisión del programa de salvamento de Grecia lo enmarcó en un replanteamiento mucho más vasto de las prioridades económicas europeas, con un mayor acento en las inversiones que a su juicio son las que permitirán reactivar la economía y una crítica al plan de 315.000 millones de euros del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, por insuficiente.
Varufakis pidió "tiempo para formular (sus) propuestas" a los socios europeos, que se referirán a la deuda, pero también a otras cuestiones como "la situación humanitaria", para lo que dijo necesitar un mes o seis semanas. Puesto que por razones de vencimiento de algunas emisiones hay un plazo límite que es junio, dijo que estaría bien que el diálogo con los otros países y con las instituciones financieras permitieran llegar a un compromiso "que será beneficioso para todos" de aquí a finales de mayo.
Sapin dejó claro que "Francia descarta una anulación de la deuda, que sería una forma de desplazar la carga del contribuyente griego al contribuyente europeo"
Sapin, que en tanto que anfitrión se esforzó en presentar a su país como facilitador y mediador entre Grecia y los otros socios europeos, dejó claro en todo caso que "Francia descarta una anulación de la deuda, que sería una forma de desplazar la carga del contribuyente griego al contribuyente europeo". "La deuda es un tema entre otros", comentó el ministro francés para relajar la tensión sobre esta cuestión. Así, consideró que otros asuntos deberán figurar en el "nuevo contrato entre Grecia y sus socios", que en cualquier caso se tendrá que elaborar "con respeto de las reglas de Europa" pero también incluyendo unas reformas "que son indispensables".
Y en cuanto a la troika, el titular francés de Finanzas reconoció que para el actual Gobierno de Syriza, pero también para el conservador que le precedió "es un elemento extremadamente negativo" que hay que tener en cuenta. No obstante, a continuación añadió que el BCE, el FMI y la Comisión Europea van a seguir ahí y "el diálogo con esas tres instituciones perdurará".