El médico cubano Jeovany Jiménez anunció el pasado 5 de marzo que iniciaba una huelga de hambre “que mantendrá hasta su muerte” si no se cumplen las condiciones recogidas en un documento dirigido al ministro de Sanidad Pública. En el texto se exige que vuelvan a ser habilitados los doctores Jovany Jiménez y Rodolfo Martínez, y que al primero se le readmita en el último año de la residencia en Medicina Interna que cursaba.
Asimismo, se solicita que el ciudadano cubano exiliado en Málaga, Alfredo Felipe Valdés, pueda "homologar debidamente" su título de doctor según lo pactado entre los gobiernos de Cuba y España en 2010.
El doctor Jeovany, junto a su compañero de trabajo Rodolfo Martínez Vigoa, fueron inhabilitados por “tiempo indefinido” para el ejercicio de la Medicina en Cuba en octubre de 2006, tras haber presentado una protesta firmada por 300 profesionales sobre los salarios del sector.
“Responsabilizo al Gobierno de mi muerte tras haber agotado todos los recursos posibles”
“Me declaro en huelga de hambre en pleno uso de mis facultades mentales, en buen estado de salud y sin tener asociada ninguna condición orgánica que pueda causar mi muerte durante los siguientes tres o cuatro meses”, reza el demoledor escrito. “Responsabilizo al Gobierno cubano, al Partido Comunista y al ministerio de Salud Pública de mi muerte, tras haber agotado absolutamente todos los recursos civilizados que como ciudadano común tuve a mi alcance”, concluye.
Inhabilitación frente a las protestas
En 2005, Jeovany Jiménez y su compañero decidieron protestar por la situación de los profesionales sanitarios en la isla: los bajos salarios, las condiciones precarias en las que se efectúan las guardias y la falta de reconocimiento por convenio de factores como la nocturnidad, la antigüedad o el riesgo biológico.
La misiva, firmada por 300 profesionales médicos, estomatólogos, enfermeros y técnicos, se entregó al ministro de Salud Pública en noviembre de 2005. Ese mismo día se entregó aparte un segundo documento, firmado exclusivamente por sus dos autores, donde se explicaban sus objetivos y las trabas a las que se habían enfrentado hasta ese momento.
Sin embargo, nunca recibieron una respuesta. Tras cinco meses de espera, dichos documentos se enviaron al Consejo de Estado y al Comité Central del Partido. Fue entonces cuando empezó el infierno para estos dos profesionales: Se les acusó de haber entregado un único escrito con consignas particulares falseado con la firma de 300 trabajadores que no comulgaban con las ideas propuestas.
El doctor Jeovany fue expulsado del Partido Comunista, tras diez años de militancia, y su residencia en Medicina Interna se suspendió antes de concluir el último año, sin que hubiera incurrido en falta alguna. Su compañero, Rodolfo Martínez fue trasladado desde el Servicio de Emergencias del Hospital a un consultorio rural. Cinco meses después, eran inhabilitados para el ejercicio de su profesión en todo el territorio nacional por tiempo indefinido.
Ciudadano Cero
Desde el blog 'Ciudadano Cero', el doctor Jeovany ilustra con documentos, vídeos y testimonios personales su particular lucha así como los progresos alcanzados desde que tomara la decisión de iniciar una huega de hambre.