La Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) considera "objetivos" de espionaje a aliados como Alemania Francia, Japón, Italia o España, según documentos filtrados por el extrabajador de la NSA Edward Snowden al semanario alemán 'Der Spiegel'.
La información completa será publicada este domingo por la revista alemana, pero ha adelantado un extracto en su página web en el que se explica que la NSA clasifica a los países en función de su interés en función de una escala que va del 1, "máximo interés", al 5, "mínimo interés".
Estos documentos confirman que la Unión Europea es uno de los principales objetivos del espionaje estadounidense, con especial atención a la política exterior, el comercio exterior o la estabilidad económica (nivel 3). En esta lista destacan como países prioritarios China, Rusia, Irán, Pakistán, Corea del Norte y Afganistán (nivel 1).
Posición intermedia
Alemania estaría en una posición intermedia, como Francia o Japón, por delante de otras potencias europeas como Italia o España, según un documento fechado en abril de 2013 en el que se establecen las "prioridades de inteligencia" de Estados Unidos filtrado por Snowden. Por detrás quedarían países como Camboya, Laos, Vaticano, Finlandia, Croacia, Dinamarca o República Checa, clasificados en el nivel 5.
En cuanto a Alemania, el texto señala como de especial importancia la política exterior y la situación económica, particularmente la estabilidad financiera, todos ellos marcados con el nivel 3. Están en nivel 4, de menor importancia, aspectos como nuevas tecnologías, la exportación de armamento o el comercio exterior alemán. En cambio, la NSA menosprecia la capacidad del contraespionaje alemán o la posibilidad de un ciberataque contra Estados Unidos (nivel 5).
Snowden ha filtrado desde principios de junio numerosos documentos de los servicios secretos que han revelado la existencia de un programa global de espionaje de las comunicaciones telefónicas y del tráfico de internet, lo que ha desatado un debate a nivel global sobre el derecho a la privacidad de los ciudadanos y sobre el comportamiento de Washington con sus supuestos aliados. Estados Unidos defiende en cambio que estos métodos han permitido abortar atentados terroristas también en países aliados.