El mundo se mantiene en vilo ante la situación que enfrenta Japón. Los expertos han hablado y las autoridades se han pronunciado: en los próximos días, un megaterremoto podría afectar al país asiático, dejando miles de heridos, fallecidos y daños incalculables. Ante el primer aviso de la agencia de meteorología japonesa de su historia, los japoneses se mantienen alerta a la espera de nuevas noticias que esclarezcan la situación.
El origen de la alarma reside en el reciente terremoto que sacudía el país el pasado jueves 8 de agosto. De magnitud 7.1, el seísmo no causó daños mayores, pero el lugar de su epicentro puso alerta a los expertos. Cercano a la fosa Nankai, esta zona es conocida por su potencial para generar terremotos devastadores, algo que ya ocurría en 1949 y se saldaba con más de 1.300 víctimas.
Una posible evacuación
La previsión es, cuanto menos, preocupante. Ante desastres naturales de este calibre, no hay manera posible de prepararse: las previsiones apuntan a un seísmo de, como mínimo, 8 grados en la escala Richter, catalogado como 'épico o catastrófico'. Al hablar de estas magnitudes, los daños pueden afectar a varios cientos de kilómetros desde su epicentro, y a miles de kilómetros en el caso de superar los 9 grados.
Por el momento, las autoridades no han ordenado una evacuación, pero sí instan a los japoneses a revisar los planes de emergencia y mantenerse pendientes de la situación durante los próximos días. A su vez, consecuencias posteriores al terremoto también preocupan y ponen en riesgo a Japón: el seísmo puede desatar un tsunami que afectaría gravemente a las costas del país.
Previsiones de megaterremoto
Las previsiones de los expertos apuntan desde hace años a un desastre de este tipo en Japón. Sus estimaciones afirman que terremotos de este calibre pueden sacudir el país en periodos de tiempo de 100 a 150 años. Según los registros, el último fue en el año 1946, donde se registraba un seísmo de magnitud 8 que generaba un tsunami de olas de hasta 7 metros.
Estudios afirman que un desastre natural de este calibre podría dejar más de 320.000 fallecidos. Según el Instituto Geofísico, ante estas situaciones hay pequeñas acciones que pueden ayudar. Echarse al suelo y cubrirse con algo resistente, como una mesa, son dos de los pasos más básicos a la hora de protegerse durante un temblor, al igual que mantenerse alejado de ventanas, vidrios y espejos. Aún así, en escalas tan grandes la preparación es clave para reducir los daños.
A pesar de que Japón es país preparado para minimizar las consecuencias de temblores, y sus construcciones están preparadas para ello, la magnitud de un megaterremoto exige mucho más que eso. De igual manera, es importante recalcar que predecir con exactitud un desastre natural es todo un desafío para la comunidad científica, por lo que solo queda esperar a ver la evolución de la situación.
