Este lunes, el expresidente de Estados Unidos y actual candidato republicano, Donald Trump, recurrió a X (antes Twitter) para impulsar su campaña electoral a través de una conversación en directo con Elon Musk. El evento, que prometía ser una oportunidad sin precedentes para que Trump expusiera sus críticas al actual gobierno demócrata y discutiera temas relevantes para su campaña, estuvo plagado de problemas técnicos.
Desde el anuncio del encuentro, el evento generó una gran expectativa tanto entre los seguidores de Trump como entre los usuarios de la red social X. Sin embargo, lo que prometía ser una conversación fluida y sin filtros se convirtió rápidamente en un desastre técnico que afectó la credibilidad de la plataforma y dejó a muchos cuestionando las verdaderas intenciones de Musk.
Errores técnicos y un retraso inesperado
La conversación, programada para comenzar a las 20:00 hora del este, finalmente dio inicio con un retraso de 45 minutos, lo que inmediatamente generó frustración entre los usuarios que esperaban ansiosamente el inicio. Elon Musk, visiblemente incómodo, explicó que el retraso se debió a lo que describió como un ataque de denegación de servicio (DDoS), un tipo de ciberataque que sobrecarga un servidor con tráfico falso, impidiendo el acceso a usuarios legítimos.
"Parecía que nuestra plataforma estaba bajo ataque", dijo Musk, en un tono que no lograba ocultar su nerviosismo. "Estamos trabajando para contenerlo, pero esto claramente ha afectado nuestra capacidad de transmitir en tiempo real". A pesar de las afirmaciones de Musk, algunos expertos en ciberseguridad han expresado sus dudas sobre la naturaleza del supuesto ataque, sugiriendo que los problemas podrían haber sido el resultado de una mala planificación técnica o un fallo en la infraestructura de la plataforma.
X había asegurado previamente que su sistema había sido probado con hasta ocho millones de oyentes simultáneos, lo que hace que el argumento del ataque parezca aún más cuestionable. Al final, la conversación fue seguida por aproximadamente 1,3 millones de personas, una cifra respetable pero lejos de las expectativas inicialmente planteadas por Musk y su equipo.
Una conversación sin guión, pero con un claro objetivo
Elon Musk había prometido que el encuentro sería un intercambio "sin guión ni límites", lo que parecía que iba a ser una conversación abierta sobre los temas más apremiantes para Estados Unidos. No obstante, a lo largo de las dos horas que duró la charla, se hizo evidente que los temas abordados favorecían abiertamente la narrativa de Trump, con Musk desempeñando un rol que algunos calificaron de "pelotillero".
Desde el inicio, Trump aprovechó la plataforma para criticar duramente a los demócratas, centrándose en temas como la "inmigración ilegal", un tópico que, según él, le "salvó la vida" durante un mitin en Pensilvania el pasado 13 de julio. En ese incidente, Trump fue objetivo de un intento de asesinato cuando un joven de 20 años disparó desde un tejado cercano, hiriendo a varias personas del público antes de ser abatido por la policía. Trump afirmó que giró la cabeza en el momento preciso para mostrar un gráfico que demostraba una disminución en la inmigración ilegal durante su mandato, lo que, según él, le salvó de recibir un disparo fatal.
El magnate no perdió tampoco la oportunidad de atacar a la vicepresidenta Kamala Harris, quien actualmente lo adelanta en las encuestas, según el promedio de la web FiveThirtyEight. "Si votas por ella, deberías hacerte mirar la cabeza", dijo Trump, mientras Musk respaldaba sus críticas, acusando a los demócratas de "reescribir la historia" para presentar a Harris como una candidata "moderada".
Elon Musk: ¿un moderado democrático o un apoyo incondicional a Trump?
Uno de los momentos más polémicos de la conversación fue cuando Musk manifestó públicamente su apoyo a Trump, a pesar de haberse considerado históricamente un "demócrata moderado". "Pero estamos realmente ante un punto de inflexión crítico para el país. Tú eres el camino de la prosperidad para Estados Unidos, y Kamala es lo contrario", afirmó Musk.
Esta afirmación del magnate fue interpretada por algunos como un intento descarado de influir en las elecciones a favor de Trump, utilizando su plataforma para favorecer a un candidato con el que comparte ciertos intereses económicos y políticos. El propio Trump no tardó en agradecer el respaldo de Musk, señalando que es "un honor" contar con el apoyo de alguien a quien siempre había visto como un rival ideológico.
La reacción de la Unión Europea y la respuesta de la campaña de Trump
Mientras la conversación entre Musk y Trump se desarrollaba, otro frente de polémico se abría en el ámbito internacional. La Unión Europea (UE), a través de su comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, emitió una advertencia directa a Elon Musk sobre su responsabilidad en la moderación de contenido en la plataforma X. Breton subrayó la preocupación de Bruselas por la posible difusión de contenido que incite al odio y la violencia, recordando que X, al igual que cualquier otra plataforma digital, está sujeta a las leyes europeas, incluidas las disposiciones de la Ley de Servicios Digitales.
La advertencia de la UE no fue tomada a la ligera por el equipo de campaña de Donald Trump. Steven Cheung, portavoz del expresidente, no tardó en responder enérgicamente, acusando a la Unión Europea de intentar interferir en las elecciones estadounidenses. "La Unión Europea debería ocuparse de sus propios asuntos en lugar de intentar interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos", afirmó Cheung en un mensaje publicado en X. "Seamos muy claros: la Unión Europea es enemiga de la libertad de expresión y no tiene autoridad de ningún tipo para dictar cómo hacemos campaña", recalcó.
La campaña de Trump fue más allá en sus acusaciones, sugiriendo que la advertencia de Bruselas es una consecuencia directa del actual liderazgo demócrata en la Casa Blanca. Según Cheung, "una organización extranjera no democrática" como la UE se siente envalentonada para dictar términos a Estados Unidos debido a la administración de Joe Biden y Kamala Harris. En su declaración, Cheung enfatizó que si Trump gana en noviembre, Estados Unidos no permitirá más abusos, utilizando de forma inteligente los aranceles y renegociando los acuerdos comerciales para poner a Estados Unidos en primer lugar.
'X' bajo la mirada de Bruselas
El comisario Thierry Breton ha sido claro en su advertencia a Elon Musk, subrayando que la Unión Europea está vigilando de cerca cualquier contenido que pueda incitar a la violencia o al odio, especialmente en el contexto de grandes eventos políticos y sociales, como debates y entrevistas electorales. Desde la entrada en vigor de la nueva Ley de Servicios Digitales, Bruselas ha iniciado investigaciones sobre la red social X por su papel en la diseminación de contenido ilegal en la UE y la efectividad de las medidas que ha implementado para frenar la desinformación.
Breton ha explicado que cualquier efecto negativo en la UE atribuible al incumplimiento de la legislación europea por parte de X será relevante en los expedientes abiertos contra la plataforma. Las consecuencias podrían ser significativas, incluyendo multas de hasta el 6 % de la facturación anual global de la red social.
Durante la conversación con Trump, Musk expresó su preocupación por los "muchos intentos de censura, incluso sobre los estadounidenses, por parte de otros países", una referencia velada a las advertencias de la UE. Trump, por su parte, aprovechó la oportunidad para criticar a la Unión Europea, acusándola de aprovecharse comercialmente de Estados Unidos. "Conozco muy bien la Unión Europea. Se aprovechan mucho comercialmente de Estados Unidos. Nosotros los protegemos, y, sin embargo, si fabricas un coche en Estados Unidos, no puedes venderlo allí. La UE suena muy bien, pero déjame decir, aunque no es tan dura como China, es mala. Por eso probablemente has sido notificado", comentó Trump, en una respuesta que resonó con su retórica habitual de "América Primero".
Al finalizar la conversación, Trump envió un mensaje a sus seguidores en el que reiteraba su mensaje central: bajo su liderazgo, Estados Unidos volverá a ser "rica, segura y grande de nuevo", y culpó a la administración actual por una economía "hecha añicos", una frontera "abierta" y un crimen "sin control". Sin embargo, para muchos, las declaraciones de Trump y Musk dejaron más preguntas que respuestas.