Podemos tiene un plan para acabar con el yihadismo. Ha sido presentado en caliente, a la sombra de los atentados que asolaron París el pasado viernes, casi sin tiempo para la reflexión. En la presentación de las siete medidas no aparecen los que han redactado la propuesta, por lo que se desconoce si Julio Rodríguez, el exJEMAD que se presenta por el partido en la lista de Zaragoza, ha podido opinar en un documento que se encuentra circunscrito a su ámbito de conocimiento.
Las bases que marca Podemos no difieren demasiado de las de otros partidos, ni siquiera de las políticas que llevan a cabo la mayor parte de los países europeos. Son un conjunto de buenas intenciones con un desarrollo superficial, pues en el principio del documento afirman que son solo unos puntos de trabajo para ampliar posteriormente.
El líder de Podemos no quiere entrar en el Pacto Antiyihadista y propone a cambio crear un Consejo para la Paz
En la estrategia de este sorprendió la posición del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de no querer entrar en el Pacto Antiyihadista, la mesa de negociación desde la que se tratan estos temas desde hace tiempo, un lugar del que sí quiere formar parte Ciudadanos. A cambio de esa reunión de partidos Iglesia propone crear un Consejo de Paz, que no tiene presencia en el comunicado enviado sobre las estrategias para acabar con el ISIS más allá del encabezamiento “Una propuesta de agenda para el Consejo de la Paz”.
Se desconocen cuáles son las diferencias fundamentales entre el Consejo de Paz y el Pacto Antiyihadista, más allá de que en su propuesta aparece contemplada la presencia de expertos en la materia dentro de las conversaciones. Su excusa para diferenciarse del resto fue decir que “combatir el yihadismo implica defender más que nunca los valores europeos”.
Las propuestas de Podemos no contienen nada radicalmente diferente a muchas de las políticas que ya se han intentado, con escaso éxito, en Oriente Medio. La primera de ellas habla de “cortar las vías de financiación y abastecimiento logístico del Estado Islámico”, recordando que el grueso del dinero del que dispone el ISIS llega de donaciones privadas de países aliados de Europa como Arabia Saudí o Qatar. Piden el embargo de armas tanto para el EI como para quienes ayudan a promover el sectarismo. En teoría ya existen acuerdos internacionales que atacan esta problemática, pero Podemos cree que no son suficientes o, al menos, no se están desarrollando convenientemente.
Algo similar ocurre con la segunda propuesta, que versa sobre “neutralizar las redes de captación y adoctrinamiento del EI”. Cuenta la formación morada que la mayor parte de los terroristas son europeos de nacimiento, hijos de la inmigración radicalizados. Además de las medidas policiales, que se supone que ya se lleva a cabo, también hablan de la necesidad de una integración más efectiva para que se sientan partícipes de la sociedad así como de favorecer la moderación en el islamismo. Políticas cercanas al corpus económico fundamental de la formación, que habla de la igualdad y el equilibrio como solución para casi todas las cosas.
Los puntos tres, cuatro y cinco se centran en Siria e Irak. Hablan de apoyar a las fuerzas democráticas de esos países, reforzar a la sociedad civil y acabar con las guerras de ambos lugares. No son tampoco un cambio de paradigma en las políticas de la región, pues aunque Podemos duda de los intentos previos por crear un ambiente democrático en ambos países lo cierto es que oficialmente las autoridades mundiales han intentado siempre crear estructuras de gobierno propio, con poco acierto, eso sí. En cuanto a acabar con las guerras, las autoridades españolas, España no bombardea ninguno de los dos países, por lo que en la parte en la que podrían actuar activamente el cambio no sería significativo. Esas propuestas se revisten de buenas intenciones como las mesas de negociación, difíciles actualmente por las disensiones entre Rusia y los aliados de la OTAN en el caso de Siria.
Apoyo a los refugiados
En los dos últimos punto Podemos centra su estrategia en la protección a los refugiados y en la actuación contra las mafias que trafican con personas. La postura oficial de la UE con respecto a los refugiados ha virado hacia una mayor permisividad y comprensión, a pesar de que sigue siendo un problema enquistado y de que muchos de los países europeos ven con recelo la presencia de asilados en sus territorios. Un cambio de gobierno en España podría ayudar a la UE a transitar ese camino, pero es difícil saber cuál sería la estrategia negociadora con aquellos países que se cierran en banda a la acogida.
Ese último es uno de los grandes problemas que tiene la comunicación de buenas intenciones de Podemos. No deja de ser un documento obvio con propuestas bastante sencillas y aceptables para el común de partidos, pero no se estructura cómo desde España se puede hacer un desarrollo efectivo de ese compendio de medidas.