Noviembre de 2024: La ciudad de Dakhla, anteriormente conocida como Villa Cisneros, presenta una nueva normalidad. Las jóvenes pasean en jeans, y las centenares de banderas marroquíes ya no son necesarias, destacándose más como un destino turístico. Este año, Dakhla ha sido elegida como la Mejor Bahía del Mundo, acentuando su atractivo. Sorprendentemente, se observan más melfas en las calles de Las Palmas que en Dakhla, tras la retirada española de 1975 y la posterior cesión a Marruecos por Mauritania bajo la presión del Polisario. Mientras tanto, el Frente Polisario continúa pidiendo un referéndum de autodeterminación, aunque han pasado 50 años desde la retirada española.
También a finales de noviembre de 2024, la modernización y ampliación del Al Oualae (Lealtad) Boulevard en Dakhla se han confiado a la empresa Grands Travaux Routiers (GTR), filial del grupo francés Colas, del grupo Bouygues, en la que trabaja Alberto Ruiz Gallardón, presidente de la filial en España, supervisa este proyecto de 28,2 millones de euros como parte de una cascada de contratos lanzados por Dakhla Aménagement et Développement. Este desarrollo local incluye tanto inversiones públicas como privadas, consolidando a Dakhla como un futuro emporio turístico y logístico frente a Canarias, justo a tiempo para los nuevos vuelos de Ryanair desde Madrid, donde el Aeropuerto de Dakhla desde 2021 ha recibido una inyección estatal de 11 millones de euros para su remozamiento, gestionada por Colas.
El conflicto entre Marruecos y Argelia, centrado en la disputa por el Sáhara Occidental, ha mantenido una hostilidad latente por más de 30 años. Aunque el conflicto formalmente consta desde 1975, las fronteras terrestres entre ambos países están cerradas desde 1994, afectando sus relaciones comerciales y estratégicas.
Fue hace tres décadas cuando el hielo surgió tras una disputa por un tiroteo que mató a dos turistas españoles en el hotel Atlas-Asni en Marrakech. Salvador Torras y Antonia Cuevas Garca fallecieron en agosto de 1994 como consecuencia de los disparos efectuados por tres encapuchados. Además, durante el tiroteo resultó herida Doris Ocaña Marín, cuñada de la fallecida, que fue ingresada en el Hospital Sud de esa ciudad marroquí con una herida de bala en un muslo.
Dos de los hombres detenidos por el ataque eran ciudadanos franceses de origen argelino (el tercero era un francés de ascendencia marroquí). El Ministerio del Interior marroquí acusó al ejército argelino de estar detrás del ataque, y Rabat pronto comenzó a exigir visas de entrada a los ciudadanos argelinos en Marruecos. Argelia negó su responsabilidad, impuso sus propios requisitos de visa a los ciudadanos marroquíes y cerró su frontera terrestre con Marruecos. Durante las siguientes dos décadas, los dos países reanudaron gradualmente la cooperación bilateral en algunas áreas, en particular para combatir el contrabando y el tráfico de drogas. Finalmente abolieron los requisitos de visa de entrada, aunque sin abrir la frontera terrestre. Las relaciones se mantuvieron irritables pero tranquilas.
Desde el Plan de Acuerdo de la ONU de 1991, que estableció un alto el fuego y una zona de amortiguación, no ha habido avances significativos hacia una solución. Marruecos controla el 80 % del territorio, mientras que el Frente Polisario lucha por la independencia. Carmelo Ramírez, consejero de Solidaridad Internacional del Cabildo de Gran Canaria, subraya que la lucha por la autodeterminación del Sáhara Occidental lleva más de 50 años, frenada por la negativa de Marruecos a realizar un referéndum que incluya todas las opciones. Ramírez también señala que una resolución de 2014 de la Audiencia Nacional de España considera a España como la Potencia Administradora de iure del Sáhara Occidental firmada por Grande Marlaska.
El último informe del International Crisis Group subraya que, aunque la presión mutua y el papel de Estados Unidos han evitado una escalada mayor, los riesgos persisten. Las fricciones también están alimentadas por el resurgimiento de la idea del 'Gran Marruecos', que incluye territorios en Argelia como Béchar y Tinduf, avivando temores de expansionismo. Ambos países han utilizado estas tensiones para movilizar sentimientos nacionalistas, desviando la atención de sus problemas internos.
Una carrera armamentista, la radicalización de jóvenes independentistas y el cambio en la política exterior estadounidense son factores que podrían intensificar las tensiones. "El autocontrol mutuo y la presión estadounidense han ayudado a contener las tensiones entre los países, pero una escalada de presiones podría socavar el status quo. Los factores de riesgo incluyen una carrera armamentista bilateral, la difusión de información falsa en línea, un aumento de la militancia entre los jóvenes en el Frente Polisario del Sáhara Occidental y el cambio en las administraciones estadounidenses", detalla International Crisis Group financiado, ente otros, por Open Society de George Soros y Chevron.
Movimiento Saharauis por la Paz (MSP)
En 2020, justo cuando el Polisario acaba con el alto el fuego, un grupo de políticos saharauis formaron el Movimiento Saharauis por la Paz (MSP), que irrumpió en la escena criticando el "agotamiento" del proyecto del Frente Polisario. En 2024, el MSP obtuvo la condición de observador en la Internacional Socialista, lo que refuerza su propuesta de diálogo.
A juicio de Mohamed Cherif, responsable del aparato internacional del MSP y que este mes de diciembre ha estado sondeando en Canarias a notables saharauis, "esto no va de vencedores ni vencidos, es un tema moral y ético, queremos que todos estemos juntos en nuestra tierra y 2025 será el año de la consolidación de nuestro reconocimiento internacional", señala a Vozpópuli.
El manifiesto fundacional critica que no existe tampoco "voluntad para abrirse a ideas o iniciativas nuevas que saquen en el que se encuentra y lo encaminen hacia un futuro mejor, un futuro de libertad y de progreso". "Todas las iniciativas y esfuerzos en este sentido han terminado chocando contra la intransigencia y soberbia de un viejo autoritarismo y la antidemocracia". El MSP ha obtenido en diciembre de 2024 luz verde de la Inernacional Socialista para que se incorpore como observador.
Según Mohamed Cherif su organización ha solicitado su incorporación como miembro observador de la Internacional Socialista (IS) "para fortalecer su propuesta de diálogo y multipartidismo", alejándose de "discursos monolíticos". "Esto no va de vencedores o vencidos, nosotros hacíamos guardia en Tinduff escuchando a Jesús Quintero, 'El Loco de la Colina', nuestra tesis va de una apuesta que las nuevas generaciones de saharauis regresen a su hogar, simplemente, no sé qué ven en España para meterse con nosotros".
A finales de 2024, además de la entrada como observador de MSP en la Internacional Socialista, ha ocurrido la no constitución del intergrupo en el Parlamento Europeo ha supuesto un revés significativo para Argelia y el Frente Polisario, que durante décadas utilizaron esta plataforma para influir en la política comunitaria. El cambio refuerza el compromiso europeo con soluciones viables que promuevan la estabilidad y el desarrollo en el Magreb. La comunidad internacional enfrenta el desafío de encontrar una solución que equilibre los intereses de todas las partes, promoviendo la estabilidad y el desarrollo en la región. Mientras tanto, el MSP emerge como una alternativa para romper el estancamiento y construir un futuro más pacífico.
En 2015 la IS hizo una gira por el Sáhara Occidental, Tinduf y Marruecos formada por Juan Antonio Yáñez-Barnuevo (PSOE), Mustapha Ben Jaafar (líder del Ettakatol de Túnez); Adelia de Carvalho (MPLA de Angola) y, como secretario, Claudio Herrera, profesor de la Universidad de Chile. En sus conclusiones del viaje, la IS afirmaba que "la relación con sus partidos miembros en ambas partes" cuando entonces el Frente Polisario era y es el único interlocutor con Marruecos y la ONU, al tiempo que pedía "lograr una solución justa y duradera del conflicto conforme al marco establecido por las Naciones Unidas".
La no constitución del intergrupo en el Parlamento Europeo supone un serio revés para los intereses de Argelia y el Frente Polisario en la Eurocámara. Durante décadas, estas partes habían utilizado el intergrupo como una herramienta que captase la atención internacional. Para Ramírez, "desde el punto de vista de los intereses de Canarias, lo peor es que tenga un Sáhara marroquí a 100 kilómetros de las islas, con la estrategia expansionista de Marruecos que pretende incrementar su mar territorial en aguas del Sáhara Occidental cercanas a Canarias".