La relación entre Antonio Caño y sus periodistas no atraviesa por su mejor momento y corre el riesgo de romperse próximamente. El director de El País impidió hace unas semanas la realización de una consulta con la que sus periodistas querían pronunciarse sobre la “incongruente” línea editorial adoptada por el rotativo de Prisa y dejar patente la desmotivación generalizada de la plantilla. Ahora, poco después, el Comité de Redacción prepara una encuesta con la que, a través de 60 preguntas, quiere “calibrar el estado de ánimo, las inquietudes de los trabajadores y su opinión sobre aspectos tan relevantes como la independencia del periódico”. Es decir, pretende trasladar a Caño el malestar generalizado en la redacción con las decisiones tomadas por la cúpula de la cabecera y por la falta de un proyecto consistente de futuro.
Este tipo de encuestas no son nuevas en El País, puesto que se han realizado varias veces a lo largo de su historia y con diferentes directores en su despacho principal. El problema es que la que se celebrará en las próximas semanas será especialmente polémica, dada la “poca predisposición que ha demostrado Caño a escuchar la opinión de la plantilla a través de estos cauces”, explican fuentes internas. De hecho, el director se ha negado recientemente a dar paso a una votación en la que sus periodistas querían trasladarle oficialmente su preocupación por el rumbo tomado por el rotativo bajo su dirección.
La censura de una información sobre Soraya Sáenz de Santamaría causó un gran revuelo en el periódico y provocó la marcha de dos redactores
Esta última iniciativa surgió después de que la cúpula del diario censurara una crónica en la que se aludía al supuesto conflicto de intereses que ocasiona el que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se pronuncie en el Consejo de Ministros sobre las decisiones relativas a Telefónica, toda vez que su cónyuge, Iván Rosa, es asesor jurídico en la empresa. La decisión causó un grave malestar en la sede del diario en la madrileña calle de Miguel Yuste, lo que llevó al Comité de Redacción a pedir explicaciones a Antonio Caño. Lejos de calmar los ánimos, el máximo responsable de El País la emprendió contra sus autores y criticó su mal hacer profesional.
La encuestra que Caño prohibió
También la emprendió contra el Comité de Redacción, al que retó a plantear un referéndum entre los periodistas de la plantilla para saber si estaban de acuerdo con las quejas que este órgano le había trasladado sobre la pérdida de independencia del periódico, ante su convicción de que “sólo sirve a los intereses de ocho o diez descontentos”. Tras escuchar estas palabras, el Comité se puso manos a la obra pero, en el momento en que informó al director de que iba a realizar esta consulta, éste se lo impidió, al alegar que la plantilla no se puede pronunciar sobre la línea editorial de la cabecera de Prisa.
Unos días después de que tuviera lugar esta polémica, varios redactores firmaron su baja voluntaria del diario. Entre ellos, los dos autores de la noticia censurada sobre Sáenz de Santamaría.
La encuesta que ahora quiere realizar la plantilla tendrá alrededor de 60 preguntas “que serán idénticas” a las que incluían las que se plantearon hace unos años. Es decir, se consultará su opinión sobre aspectos “tan relevantes” como “la independencia del periódico, la línea editorial, la dirección, las primeras páginas y las secciones”. Como novedad, “incorporará cuestiones relacionadas con aspectos que no se han contemplado en anteriores encuestas, fundamentalmente sobre el proceso de integración digital y todo cuanto está relacionado con el incierto futuro de los medios de comunicación”.
La consulta se planteará en un momento histórico en el que la cúpula de Prisa transmite optimismo sobre la salud y la capacidad de influencia de El País en España y Latinoamérica, pero en el que los datos inciden en que su difusión cada vez es menor y los ingresos de su versión digital aún no son capaces de compensar las pérdidas que genera el papel. A esto se une una “tibieza” editorial y un “desnorte” en lo informativo sobre el que sus redactores quieren trasladar su punto de vista a Antonio Caño y Juan Luis Cebrián.