Los dirigentes de la Generalitat han sostenido durante los últimos años, a golpe de subvención, una amplia red de pequeñas publicaciones que han contribuido a difundir el independentismo en una gran parte de Cataluña. Una de estas revistas es El Vallenc, investigada por la Guardia Civil por haber imprimido –presuntamente- material electoral del referéndum que prevén celebrar los partidos secesionistas el próximo 1 de octubre. La editora de esta publicación ha recibido, al menos, 25 subvenciones desde que en 2010 se iniciara el proceso soberanista.
Según los datos que figuran en el Diario Oficial de la Generalitat, El Vallenc S.L. ha ingresado un total de 234.960 euros desde su fundación, a través de 36 partidas presupuestarias aprobadas por el Departamento de la Presidencia de la Generalitat. La mayoría de estas ayudas –en concreto, 25- las ha recibido desde que se inició el procés.
El Gobierno autonómico ha repartido decenas de millones de euros entre los grupos mediáticos durante los últimos años, principalmente, con el propósito de apoyar la edición de publicaciones en catalán. El principal beneficiario ha sido Godó (La Vanguardia), aunque una parte de estas ayudas públicas ha llegado a la red de pequeñas revistas locales y portales digitales que se editan con el dominio ‘.cat’.
El Vallenc S.L. ha recibido desde 1999 subvenciones por valor de 81.167,8 euros para la publicación El Vallenc y de 60.829,89 euros para el semanario Nova Conca. Las páginas web de estos medios de comunicación han sido apoyadas, respectivamente, con 33.859,77 y 22.644,22 euros de dinero público, mientras que el portal El Travesser ha percibido 7.475,8 euros.
Subvenciones para cambiar los ordenadores
Las partidas presupuestarias de la Generalitat también han ayudado a sufragar algunos de los gastos corrientes que ha tenido que afrontar este grupo durante los últimos años. Sin ir más lejos, en 2011 recibió una partida de 11.000 euros para el “cambio de diseño y actualización de programas informáticos de los semanarios El Vallenc y Nova Conca”, y un año antes otra de 6.000 euros para renovar los equipos de dichos semanarios.
La subvención de mayor cuantía la ingresó en 2006, cuando le correspondió una partida de 12.000 euros para la edición de un DVD para “la promoción cultural, lingüística y pedagógica” de sus publicaciones.
La empresa editora de estas revistas está administrada desde 1996 por Francisco José Fábregas Bonet, investigado por la Guardia Civil por imprimir –supuestamente- material sobre la consulta del próximo 1 de octubre. El último movimiento importante que comunicó la empresa al Registro Mercantil data del pasado marzo, cuando completó una ampliación de capital de 180.303,63 euros.
“Se empieza atacando los medios de comunicación y se acaba quemando bibliotecas”, afirmaba este lunes uno de los periodistas de 'El Vallenc'.
El juzgado de guardia de Tarragona abrió durante el pasado fin de semana una investigación contra Fábregas Bonet ante la sospecha de que puede haber cometido tres delitos de prevaricación, malversación de caudales públicos y desobediencia. El implicado ha negado este lunes -en declaraciones a La Sexta- que tenga en su poder las papeletas del referéndum, aunque ha incidido en que, en caso de que sea necesario, imprimirán el material necesario para que los ciudadanos de Cataluña puedan votar el próximo 1 de octubre.
Cabe señalar que la hija del director de El Vallenc es la segunda teniente de alcalde del municipio tarraconense del municipio de Valls. El primer edil, Albert Batet, es diputado por Junts pel Sí y fue cabeza de lista de CiU en las elecciones autonómicas de 2012. El pasado domingo, calificó el registro de la Guardia Civil a la sede de la revista como una actuación “cómica, esperpéntica y alucinante”, en declaraciones recogidas por el diario ‘El Mundo’.
La web del semanario incluía este lunes una noticia en la que enumeraba la lista de políticos que han criticado la acción de la Guardia Civil en las dependencias de la publicación, entre los que se encuentran Carles Puigdemont, Juan José Ibarretxe, Arnaldo Otegi, Pablo Echenique y Ada Colau.
Un texto de opinión, firmado por el periodista Sergi Zorrilla criticaba con dureza el hecho de “ver tricornios armados", que consideraba "inaceptable en esta hipotética democracia". Y añadía: “Se empieza atacando los medios de comunicación y se acaba quemando bibliotecas”.
