En TVE siempre han producido más ruido las omisiones que las acciones. El que una televisión pública censure o tergiverse debería ser la excepción, dada su naturaleza y la procedencia de su financiación. Pero en el caso de la española este tipo de fenómenos han sido muy habituales y han enturbiado su imagen y dilapidado su prestigio. El último ejemplo en este sentido se ha producido esta semana con el bloqueo de la emisión del documental Yo, Juan Carlos I, según su presidente, por razones de interés general y, según varios medios, por motivos políticos. Pero la lista de programas vetados e informaciones manipuladas es muy extensa y, en algunos casos, los hechos producen cierto sonrojo.
El ‘Cuervo ingenuo’: un Felipe González intocable
El ejemplo de censura más popular quizá sea el que sufrieron Javier Krahe y Joaquín Sabina en 1986, con Felipe González en la Moncloa y los hombres del PSOE a los mandos de una televisión pública que, en una época en la que aún no existían las cadenas privadas, resultaba demasiado apetitosa como para dejarla volar libre. Los dos cantautores participaron en un concierto de homenaje a Sabina celebrado en el Teatro Salamanca de la capital madrileña y, durante su actuación, interpretaron la canción Cuervo ingenuo, en la que se critica a los socialistas por su renuncio en el asunto de la salida de la OTAN.
En cuanto salieron al escenario, el realizador de aquella retransmisión, José María Quero, decidió cortar la señal, lo que privó a los televidentes de escuchar a los artistas. A la cabeza de RTVE se encontraba entonces José María Calviño, hombre fuerte del 'felipismo' en la televisión pública y a quien se atribuyen diversos episodios de censura. Entre ellos, la retirada por razones de línea editorial del programa La clave, de José Luis Balbín.
En el momento en que Krahe y Sabina comenzaron a cantar una canción contra Felipe González, el realizador ordenó cortar la señal
Antes de alcanzar el Gobierno, el PSOE denunció en reiteradas ocasiones la instrumentalización de TVE por parte de UCD. Tras la llegada a la Moncloa de González, empleó la misma táctica y la mantuvo hasta que, en 1996, dejó el Gobierno. Por el camino, un enorme rastro de acusaciones de manipulación informativa, de ocultación de la corrupción y el terrorismo de Estado; y de ensalzamiento de la figura del presidente. Especialmente recordada es la entrevista “masaje” que le realizó Victoria Prego en 1987, que fue duramente criticada por periódicos como El País o ABC.
Aznar: censura en la huelga general y países sin corresponsal
Durante el período de José María Aznar como jefe del Ejecutivo también se produjeron varios episodios de censura en la televisión pública que los partidos de izquierda y los sindicatos denunciaron con una mayor vehemencia que en la ‘era González’. El más recordado es el tratamiento que efectuaron los telediarios de La 1 sobre la huelga general del 20 de junio de 2002, que impulsó a Comisiones Obreras a demandar a RTVE por causar un “grave daño a la actividad de difusión, publicidad e información veraz”. Los tribunales le dieron la razón y el entonces director de informativos del ente público, Alfredo Urdaci, se vio obligado a leer la sentencia en el noticiario de las 21.00 horas.
Dentro de esta etapa, también resultó polémico el modo de informar de todo lo relacionado con la guerra de Iraq. A Urdaci y su equipo se les acusó de silenciar la marcha del exministro Manuel Pimentel del Partido Popular por su desacuerdo con esta intervención militar. También de ofrecer una información sesgada de las manifestaciones contra este conflicto, de censurar la crónicas de los corresponsales de países contrarios al criterio de los aliados y de conceder un excesivo protagonismo al punto de vista de las autoridades estadounidenses.
Los vetos de la TVE de Rodríguez Zapatero
Las dos legislaturas con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Ejecutivo son recordadas por una buena parte de los trabajadores de Torrespaña como las menos afectadas por el control gubernamental. Si bien los resultados de audiencia fueron positivos, no se puede decir que los telediarios estuvieran libres de manipulación. De hecho, existen múltiples ejemplos de ocultación de información sensible para Moncloa. Entre los vetos que más trascendencia adquirieron se encuentra el que el director de TVE, Javier Pons, aplicó a una entrevista de Jesús Quintero a José María García que contenía “descalificaciones” a políticos, empresarios y periodistas.
Durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en Televisión Española se prohibió la emisión de una entrevista a José María García
Durante esta etapa, a Radiotelevisión Española se le acusó de servir de correa de transmisión de los argumentos que utilizaba Rodríguez Zapatero para negar la crisis cuando había comenzado la debacle económica. También de tratar de restar importancia a casos de corrupción que afectaron al PSOE, como el de los ERE de Andalucía. O de silenciar las protestas contra el Ejecutivo que se produjeron durante la entrega de los Premios Goya en 2010, de censurar la parte de una entrevista a Esteban González Pons en la que mencionaba el caso Faisán o de otorgar un trato preferencial a Jaime Lissavetzky en las informaciones sobre las elecciones municipales madrileñas de 2011.
Mariano Rajoy: la censura llega a ‘The New York Times’
Los cuatro años con Mariano Rajoy en la Moncloa han destacado por la falta de voluntad del Gobierno para conformar un grupo de medios de comunicación afines –al contrario que hicieron sus antecesores- y por la alarmante decadencia de Radiotelevisión Española, que ha alcanzado mínimos históricos de influencia y audiencia. Las denuncias que durante esta última parte de la legislatura ha recibido la corporación por el sesgo progubernamental de sus telediarios han sido múltiples e incluso han llegado a periódicos extranjeros como Financial Times y The New York Times.
Frente al “martilleo continuado” que han realizado las cadenas privadas sobre los casos de corrupción que han afectado al Partido Popular durante los últimos años, en Televisión Española se ha aplicado una línea editorial en la que se les ha restado toda la importancia posible. En muchos casos, esto ha derivado en denuncias por parte de la oposición parlamentaria y de su Consejo de Informativos por esconder en los telediarios operaciones policiales y procesos judiciales de una trascendencia incuestionable.
Cuando Luis Bárcenas salió de la cárcel y se dirigió a los medios de comunicación allí presentes para pronunciar sus primeras palabras en libertad, el realizador del Telediario cortó la señal. Cuando se presentó el cómic de Mortadelo y Filemón en el que se parodiaba al extesorero del PP, los responsables de los servicios informativos se negaron a ofrecer información en los noticiarios. Y cuando los tribunales ordenaron la reapertura de la causa por el supuesto borrado de la información que contenían de los ordenadores de Bárcenas, sólo le dedicaron 13 segundos. Curiosamente, el nombre del presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, aparece en los papeles que incluyen la contabilidad en B del PP.
Los responsables de los telediarios se negaron a emitir la noticia de la presentación de un cómic de Mortadelo y Filemón protagonizado por Luis Bárcenas
Pero el más sonado de los vetos que se han producido en la corporación durante la última legislatura es el que denunció Podemos sobre Pablo Iglesias, puesto que el candidato no fue entrevistado en la televisión pública hasta varios meses después de la irrupción de su partido en el panorama político. Y, cuando fue invitado, era viernes por la noche, en vísperas del puente de diciembre y en el minoritario Canal 24 Horas. El periodista encargado de la tarea fue Sergio Martín, quien inició la conversación del siguiente modo: “Hemos visto a Pablo Iglesias defender la salida de los presos de ETA de las cárceles. Esta semana está usted de enhorabuena, entonces…”. Horas después de la finalización del programa, el Consejo de Informativos pidió la dimisión del entrevistador.
De cara a la próxima legislatura, partidos como el PSOE, Podemos y Ciudadanos han expresado su posición favorable a que RTVE se despolitice y a que se creen organismos para evitar la manipulación de la información, como el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales. Pero, a tenor de los precedentes anteriores, resulta difícil de concebir que el próximo Ejecutivo renuncie a utilizar la televisión pública en su propio beneficio.