¿Qué sería de Kim Kardashian si no tuviese el trasero más voluminoso del show business? Pues, posiblemente, estaría en su mansión de Beverly Hills maquinando cómo darle esquinazo a su 'amiga' Paris Hilton. Las curvas exageradas de la socialité le han garantizado su posición como sinónimo de éxito. Kim ya venía de una familia acomodada y con cierto aire de celebrity -su padre, el difunto Robert Kardashian, fue uno de los abogados de O. J. Simpson- cuando se filtró aquel ya mítico vídeo íntimo en el que la futura socialité mantenía relaciones sexuales con el que era su novio. El morbo inicial hizo que saltara a las páginas de la crónica social, pero ella se encargó del resto. Ella y el misterio de su trasero creciente.
De la noche a la mañana, todo el mundo hablaba del culo de Kim. De un plumazo desaparecieron las redondeces de Jennifer Lopez, musa de la retaguardia y pionera en esto de los rumores de asegurar partes del cuerpo por cantidades desorbitadas, para rendirse culto al exceso físico de la socialité. Kim tuvo que desmentir que se hubiese implantado volumen quirúrgicamente y sus hermanas, celosas del éxito, recurrieron a la misma técnica -inyectar grasa corporal- para aumentar sus traseros de la noche a la mañana. Así comenzaba la leyenda de las curvas más rentables del mundo del espectáculo. Unas curvas que no están al alcance de todos. O bueno, tal vez sí...
Sabemos que no están las economías domésticas para invertir unos cuantos miles de euros en una operación estética, así que hemos decidido recopilar algunos trucos caseros para que puedan conseguir las curvas de Kim Kardashian y hacer que el mundo se rinda a sus pies. Siéntanse como una socialité por un día, sepan lo que es tener chófer personal, asistente, entrenador, cocinero y paparazzis a su alrededor. Tan fácil como seguir estos 6 consejos:
Curvas de porexpan
Como si de una Falla de las de ahora se tratase -las de antes se realizaban con cartón-, pueden conseguir las curvas de Kim Kardashian en un abrir y cerrar de ojos. Tan fácil como conseguir una buena cantidad de porexpan, una máquina para cortarlo -basta un buen antebrazo y mucho papel de lija- y un ingeniero industrial que nos calcule las proporciones. En cuanto tengamos las piezas, colocarlas debajo de la ropa con ayuda de un cinturón y a la calle -mejor evitarlo durante la ola de calor para que no nos dé una lipotimia-. Una peluca negra y un poco de gracia en el conturing y se sentirán una auténtica Kim Kardashian.
El viejo rollo de papel
Si no tienen tiempo que perder, ni conocimientos suficientes para diseñar piezas, lo suyo es el remedio clásico. Montañas de papel higiénico en forma de graciosas bolitas para crear volumen -la otra opción, tal vez más ecológica, es el uso de calcetines-. Pueden perder el tiempo equilibrando las cantidades, fijando los rellenos para no perderlos cómicamente por la calle y admirando la esponjosidad del resultado. No se les ocurra repetir la experiencia día sí, día también, ya que es casi un trabajo a tiempo completo. Si tuviesen tantos asistentes como Kim Kardashian, otro gallo les cantaría.
Moda renacentista
¿No les parece que la figura de Kim Kardashian parece sacada, directamente, de otra época? La socialité podría haber brillado igual en el Renacimiento que en la actualidad. Curvas exageradas, cintura de avispa, pechos abundantes y caderas perfectas para las enaguas. Imaginamos a la socialité con corsés, cancanes y ballenas para exagerar la figura y ejercer de dama de la corte. Tal vez es el momento perfecto para rescatar del armario de la abuela todas esas prendas y complementos que nunca hubiésemos pensado en llevar y aprovecharlos para nuestras 'kardanización'. Piensen que respirar está sobrevalorado y aprieten el corsé un poco más.
Unos socorridos cojines
La opción más cómoda y la menos eficiente. Siempre correrán el riesgo de acabar más cerca de la Mammy de Lo que el viento se llevó que de Kim Kardashian, así que actúen con mesura. Elijan un par de cojines no demasiado voluminosos y átenselos a la cintura. Con un vestido negro ceñido y un abrigo por encima podrán hacerse un Kardashian en cuestión de minutos. Pónganse unas gafas de sol de tamaño maxi y aprendan los movimientos de la socialité gracias a sus diez temporadas al frente de Keeping up with the Kardashians. Seguro que consiguen que un par de paparazzis se despisten y les sigan hasta su portal.
Prótesis de silicona
Aquí ya entramos en palabras mayores. Si de verdad están pensando en hacerse pasar por Kim Kardashian durante una buena temporada, inviertan algo de dinero en conseguir una prótesis de silicona de cuerpo entero, como las que se utilizan en los rodajes para alterar el cuerpo de los actores. Nuestra recomendación es de rodilla a cuello, siguiendo las medidas exactas de la socialité -necesitarán a un experto para ponerse y quitarse la prótesis, se lo advertimos-. Luego ya llegan los trucos de maquillaje y no abrir mucho la boca para no delatarse con la voz. Seguro que más de uno ya lo ha intentado.
Dinamitar la dieta
Parece la panacea, pero no les va a funcionar. Los que creen que Kim Karashian consigue esas redondeces saltándose la dieta van apañados. Los quilos no van donde uno quiere, sino donde menos se les espera. ¿Creen que si comen más de lo habitual se les ensanchará el trasero? Ya les decimos que no. La genética es muy caprichosa y acabarán teniendo que volver al gimnasio -esta vez para hacer algo más que renovar la matrícula- para quitarse de encima su capricho de celebrity. Eso les pasa por querer ser una Kardashian más. ¿Ven qué necesidades nos crea la sociedad actual?