La automovilística alemana Audi había asignado la producción del A1 a la fábrica española de Seat en Martorell tras el éxito de producción anteriormente del modelo Q3, cuya producción comenzó en 2011 y que se mantuvo hasta mediados del año pasado. Casi siete años de producción en los que se fabricaron cerca de 800.000 unidades, cifra que superó las expectativas iniciales. Para el nuevo Q3, Audi decidió trasladar la producción a la fábrica Györ en Hungría, al tiempo que llevaba parte de la producción del pequeño A1 desde Bruselas a la planta barcelonesa de Martorell.
Sin embargo, el A1 no está cumpliendo con las expectativas de demanda previstas y ha obligado a Seat a ajustar a la baja las previsiones de producción en Martorell para este 2019, y dejarán de fabricar 12.200 unidades menos de las planificadas, con lo que la compañía ensamblará en todo el año algo más de 548.000 vehículos. La dirección de la compañía automovilística informó a los sindicatos de este ajuste de producción en la reunión mantenida hace unos días con el comité para cerrar el calendario de actividad del mes de abril, según fuentes sindicales.
Pese a la reducción de la producción inicial, Seat cerrará 2019 con un nuevo récord de producción, 548.897 coches. En concreto, la línea 1, en la que se ensamblan los modelos Ibiza y Arona, prevé alcanzar este año las 280.417 unidades; y en la 2, que fabrica el León, se llegará a las 170.530.
Por su parte, la línea 3, la responsable del A1, rebajará la producción en 12.200 unidades hasta quedarse en 97.950. La escasez de suministro de motores adecuados a la nueva normativa WLTP continúa afectando el ritmo de producción, mientras que la compañía se enfrenta además a una cierta atonía del mercado respecto al nuevo A1, según las fuentes.
El comité de empresa ha pedido a la dirección que acometa las inversiones necesarias para poder trasladar la producción de la línea 1, que se encuentra saturada al cien por cien, a la línea 3, para repartir así mejor la carga de trabajo.
