"¿Qué demonios es eso?". Los científicos que el pasado 14 de abril seguían en directo las imágenes del rover Hércules no daban crédito a lo que estaban viendo en sus monitores. A 600 metros de profundidad, una sombra cruza por delante de las cámaras del rover hasta que se materializa en la cabeza de un enorme cachalote. "Guau", exclama uno de los científicos, "¿estáis haciendo capturas de eso?".
El equipo pertenece a la expedición Nautilus Live que toma imágenes de las aguas del Golfo de México para analizar las burbujas de metano que emergen a la superficie. En el momento de la grabación tomaban imágenes de las profundidades a unos 63 km de la costa de Luisiana. El robot tiene unos 3 metros de ancho mientras que el cetáceo, según calculan los biólogos de la expedición, podía medir alrededor de 10 metros. Durante varios minutos el animal curiosea alrededor del rover y lo hace tan cerca que en imagen se observan las cicatrices en la piel, provocadas quizá por el choque con un barco.
Los cachalotes son excelentes buceadores y se sumergen a grandes profundidades para cazar. Es posible que las luces del vehículo o los pulsos de su sónar llamaran su atención. No es la primera vez que sucede, pero los encuentros de este tipo son extremadamente raros.
Referencia: Rare Sperm Whale Encounter with ROV