El equipo de Guy Williams está investigando las aguas densas y profundas que se sitúan bajo los casquetes polares y que tienen un papel fundamental en la circulación de las aguas oceánicas. Estas aguas con alto contenido de sal se forman en su mayoría en unos sistemas llamados polinias, que son grandes acumulaciones de agua sobre el hielo que permanecen en estado líquido durante gran parte del año. Una de las zonas de mayor concentración de polinias es la bahía de Prydz, en la Antártida oriental, pero investigar aquí presenta un importante inconveniente: las condiciones climatológicas hacen imposible la recogida de muestras durante todo el año.
¿Cómo han sorteado este problema los investigadores? Aprovechando la red de recogida de datos del consorcio MEOP, un grupo de científicos que acoplan sensores en animales como los elefantes marinos y recogen datos sobre salinidad y temperatura de las aguas polares. En el trabajo publicado este martes en Nature Communications, los científicos analizan los centenares de mediciones realizadas por los elefantes marinos en las aguas de la bahía de Prydz y han comprobado que aunque las polinias de esta zona producen aguas densas, la densidad se está viendo paulatinamente reducida por la presencia de agua fresca procedente del deshielo. Y esto, consecuencia del aumento de la temperatura registrado en las últimas décadas, indica de forma evidente que el deshielo puede amenazar la formación de aguas densas y tener consecuencias en la circulación oceánica.
Referencia: The suppression of Antarctic Bottom Water formation by melting ice shelves in Prydz Bay (Nature Communications) DOI 10.1038/ncomms12577