Opinión

¿Adoctrinamiento? ¿Qué adoctrinamiento?

Martes en el Congreso. Se debate una moción de Ciudadanos que pide medidas para acabar con el adoctrinamiento nacionalista en las escuelas. Realmente, ¿quién podría estar en contra de la

  • El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban.

Martes en el Congreso. Se debate una moción de Ciudadanos que pide medidas para acabar con el adoctrinamiento nacionalista en las escuelas. Realmente, ¿quién podría estar en contra de la iniciativa? ¿Es razonable que haya centros que supediten la educación a la inoculación del odio? ¿Se debe continuar tolerando la utilización de los niños? Pues parece ser que sí.

El Partido Popular defendió que está haciendo todo muy bien, y el Partido Socialista que tampoco hace falta montar tanto lío por un par de casos aislados. ¡Aislados! Quizás no sea tan extraña su posición: ha sido su inacción durante décadas la que ha llevado a esta situación. Por su parte, Podemos y nacionalistas, cada vez menos diferenciables, se limitaron a negar con total desfachatez que el adoctrinamiento infantil exista. Con frecuencia usaron la falacia de la extensión: ¿están los de Ciudadanos diciendo que todos los docentes son manipuladores? No, obviamente no: ¿deberíamos, entonces, dejar de perseguir el robo ante la evidencia de que no todas las personas son ladronas?

Toni Cantó, que la defendía, fue llamado “sectario”, “incendiario”, “fundamentalista” e incluso “racista”. Este último insulto, curiosamente, se lo dedicó Aitor Esteban, del partido fundado por el furibundo racista –éste sí- Sabino Arana

Más creativo fue el argumento del diputado de Podemos: ¿cómo vamos a manipular si no tenemos tiempo con tanto corregir exámenes? Y todo en medio de un gran enfado, lo que parece demostrar que la moción toca una parte esencial del proyecto nacionalista. Toni Cantó, que la defendía, fue llamado “sectario”, “incendiario”, “fundamentalista” e incluso “racista”. Este último insulto, curiosamente, se lo dedicó Aitor Esteban, del partido fundado por el furibundo racista –éste sí- Sabino Arana. Además, Lourdes Ciuró, diputada de la antigua Convergencia, le lanzó un vistoso corte de mangas. Posiblemente era el único argumento a su alcance. Por extensión, el resto de los diputados de Cs fuimos llamados fascistas y falangistas.

Y todo entre grandes ovaciones. La manipulación de los niños era refrendada entre entusiastas aplausos de Podemos a los nacionalistas y de los nacionalistas a Podemos; curiosamente, las primeras filas del PSOE parecían sincronizadas con el partido morado.

De modo que ya saben:cuando lean ustedes que los hijos de guardias civiles están siendo acosados por sus profesores en institutos de Cataluña y que han tenido que ser defendidos por sus propios compañeros; cuando comprueben que el IES Pau Casesnoves (Inca, Baleares) distingue entre España y los Països Catalans; cuando vean a los profesores del IES Mossèn Alcover (Manacor, Baleares) manifestándose con sus alumnos a favor de la secesión catalana; o cuando directamente adviertan que se suspenden las clases para llevar a niños a protestar ante edificios públicos, sepan que no se está anteponiendo la ideología a la educación. Es que ustedes sufren alucinaciones. Y no rechisten, no vaya a ser que les llamen fascistas.

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