El señor Errejón hasta hace nada nos taladraba con enunciados del tipo: “no hay denuncias falsas, hay una derecha fanática cuyo trabajo es criminalizar a las mujeres”. Ahora, sin embargo, cuando le han denunciado a él, acusa de denuncia falsa a Elisa Mouliáa y de mala fe para prolongar la causa. Imagino que la cabeza de Errejón se estará castigando ahora por su mala suerte, pensando qué cruel es el destino y que mala pata tiene para que le haya tocado a él la primera denuncia falsa de la historia.
La cosa se podría quedar ahí, retratando únicamente la hipocresía de quien pretende responsabilizar de sus conductas nefastas con las mujeres a una adicción a las drogas y a un modo de vivir neoliberal y heteropatriarcal impuesto por la sociedad. Supongo que esto es como querer defender en un juicio a un pandillero de Baltimore, acusado de docena y media de homicidios, basando su defensa en que es culpa de la sociedad, que le ha fallado al chaval.
Es que no entiendo muy bien cómo se puede pasar, de la noche a la mañana, de ser de ultra izquierda a ser fascista, pero solo si eres hombre y te denuncia una mujer.
Pero no, no se queda ahí la historia, porque la izquierda, cuando de hipocresía se trata, va cuesta abajo y sin frenos.
Para completar esta comedia, aparece en escena Isabel Serra, recordándonos a todos que Errejón decía que las denuncias falsas no existían y que afirmar que hay mala fe por parte de una mujer que ha denunciado unos hechos es un discurso de la ultraderecha. Así es como, por lo visto, se pasa de ser ultra izquierda a ser ultra derecha.
De lo que supongo que no se quiere acordar la señorita Serra es que ella fue denunciada por una mujer policía, por agresiones, y condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Lo que tampoco nos recuerda es que ella siempre sostuvo que la denuncia de esa mujer policía era falsa.
Isabel, ¿podemos decir que tú también eres de ultra derecha o eso solo atañe a los hombres? Es que no entiendo muy bien cómo se puede pasar, de la noche a la mañana, de ser de ultra izquierda a ser fascista, pero solo si eres hombre y te denuncia una mujer.
Hay gente sucia, vil, reastrera, violenta e incluso peligrosa en todos los ámbitos, tanto en un lado como en el otro, aunque en el lado de la izquierda hay que añadir también el cinismo a ese dechado de virtudes
La cuestión es que aquellos que predicaban y legislaban de tal forma que el piropo a una mujer se considere casi un delito, que el pico desafortunado de un patán a una jugdora de la selección española sea considerado delito sexual y esté en los juzgados, tienen también la extraña capacidad de volverse fachas de un día para otro. Lo que sea con tal de no reconocer que su discurso es absurdo y que ni siquiera ellos son capaces de creerlo y vivir en consonancia con el mimo. Lo que haga falta con tal de no reconocer que hay gente sucia, vil, reastrera, violenta e incluso peligrosa en todos los ámbitos, tanto en un lado como en el otro, aunque en el lado de la izquierda hay que añadir también el cinismo a ese dechado de virtudes.
¿No eres un ser de luz? Entonces no eres de izquierda, eres de derechas. Es lo que nos vienen a decir. Y entonces ya da igual tu ideología, tus principios, lo que defiendas, en lo que creas, si eres monárquico o republicano... En el momento en el que eres acusado de un delito, pasas automáticamente a ser de la ultra derecha, por la gracia divina del dictado moralista superior de estos gurús de la política.
La metamorfosis del banquillo
Si no nos hemos echado ya suficientes carcajadas con el manido “no era auténtico comunismo”, cada vez que se demuestra que esas políticas autoritarias solo llevan a los pueblos a la ruina más absoluta, si no nos reímos ya bastante cuando los personajes más relevantes y a la vez inquietantes defensores de la izquierda salían en masa a vendernos, en sus medios digitales y en sus tertulias televisivas, que el problema de Venezuela no es el socialismo, porque Maduro y su Partido Socialista Unido de Venezuela no es verdadero socialismo, nos cuentan ahora el chiste de que los diputados zurdos se convierten a la ultra derecha en cuanto ven que les toca entrar por la puerta de un juzgado y sentarse en un banquillo.
Y, sin darse cuenta, nos han dado la fórmula para curar a esta sociedad de los disparates de la izquierda: el antídoto para este veneno son las denuncias. Les ponen una denuncia y se vuelven adoradores de Franco y fieles creyentes de la virgen de Guadalupe.
Quizá así es como han conseguido, a base de machacarnos con esta falacia durante décadas, que se asocie que lo bueno es de izquierdas y ser de derechas es malo. Es su manera de tratar de desvincular a las personas de toda responsabilidad por su actos y adjudicársela a la política que hace el contrario. Pero, como pasa con todas las mentiras, tarde o temprano, se derrumban.
Y mucho me temo que esto de Errejón es solo la primera cabeza que veremos rodar mientras la patean para tratar de alejarla a toda vinculación con la izquierda. Va a ser más difícil que algunas cabezas rueden tan lejos, aunque se les hayan cortado la coleta para hacer menos resistencia en el rodamiento. Tiempo al tiempo.
jm15xy
21/11/2024 03:47
A la izquierda española siempre se le ha reprochado (y con razón) su infantilismo (c.f. V.I. Ul'yanov Lenin). Esto es una crítica que puede hacerse también a todo el izquierdismo fuera del bloque soviético (además de a los disidentes dentro del mismo bloque) y desde una perspectiva no ideológica (es decir, como lo hacían los comunistas dew verdad en su época) sino objetiva. Saludos.