El pulso sevillano que mantienen el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido y quien fuera su mentor en el PP, Javier Arenas, ha alcanzado un punto álgido esta semana a propósito de una encuesta publicada por la edición sevillana del diario ABC. Como fondo a la bronca desatada el cartel electoral que los populares sevillanos deberán elegir en un intento desesperado por recuperar el poder electoral que el equipo Zoido dilapidó en cuatro años.
Como ya se ha contado, la rivalidad entre quienes fueron grandes amigos, Arenas y Zoido, ha ido in crescendo desde que Zoido no quiso ejercer como mando a distancia de Arenas en Madrid presidiendo el PP andaluz. “Ahora las cosas están fatal entre ellos”, asegura alguien que conoce el percal. La culpa de este divorcio político sevillano se la echan a una mujer, María Dolores Cospedal, vieja enemiga de Arenas y “mamá política” de Juan Ignacio.
El eje actual del enfrentamiento pasa por la nominación del candidato del PP en las municipales para enfrentarse al socialista Juan Espadas"
El núcleo actual de la batalla entre el zoidismo y el arenismo está en la nominación del candidato del PP en las municipales para enfrentarse al socialista Juan Espadas, bien situado en las encuestas pese a una discreta gestión que, al menos, no levanta algaradas vecinales. Recuérdese que el primer choque de trenes en el PP de Sevilla se produjo con motivo del último congreso provincial, a cara de perro, en el que resultó vencedora por poco la candidatura arenista, liderada por la abogada Virginia Pérez, mujer resolutiva, con carácter y criterio, según quienes la tratan a diario. El zoidismo oficialista, con Juan Bueno al frente, tuvo que replegarse a sus cuarteles de invierno, pero en absoluto dispuestos a tirar la toalla. La última oportunidad de la temporada se les presenta con la elección del candidato, y esa es la que ha hecho saltar la semana pasada las alarmas de la confrontación y a campo abierto, coscorrones incluidos para la prensa.
ABC y la derecha sevillana
Es difícil entender desde lejos el importante papel que un periódico como ABC de Sevilla ha venido jugando en la historia reciente respecto de las distintas etapas vividas por la derecha política local. Ha sido, sin duda, un medio influyente en el electorado de derechas y, por tanto, su posición editorial fue muy a menudo tenida en cuenta por los dirigentes políticos de turno. ABC siempre fue para el PP un medio de confianza, un aliado fiel con el que encenderle la hoguera al PSOE, a IU o Podemos. Ahí está su hemeroteca.
Para contextualizarlo todo, fue el periódico más beneficiado por la publicidad institucional durante la alcaldía de Zoido.
Claro que nunca, hasta ahora, el periódico se había visto en el dilema de tomar partido y pegar tiros en su propia trinchera, cosa que ha terminado pasando. ABC de Sevilla ha venido manteniendo una frontal oposición contra quienes, finalmente, acabaron ganando el congreso y la dirección provincial del PP de Sevilla, creándose una situación bastante surrealista antes nunca vista. De tal manera que el medio de comunicación más influyente entre los electores del PP sevillano está provocando gran irritación en al menos la mitad del partido, cuyos dirigentes se sientes “ofendidos, calumniados y ridiculizados” por el periódico en la crisis interna del PP, a la vez que piensan que es la gente de Juan Ignacio Zoido, sin capacidad para ser portavoces de nada, la que usa los medios a su alcance para manipular a la opinión pública.
El director de Abc de Sevilla, Álvaro Ybarra, daba cuenta del acoso padecido en las redes desde un sector del PP, dedicándole un tuit al asunto y también una nota editorial, amén de varios artículos de opinión.
Espero que a lo largo del día los jefes del PP de Sevilla y su súperjefe Arenas dejen de enviarme a sus “hooligans” y tengan la vergüenza torera de reflexionar sobre el por qué una parte de sus votantes les da la espalda.
— AlvaroYbarraPacheco (@aybarrapacheco) February 18, 2018
“Peleas de familia”. Así se describen gráficamente en ámbitos periodísticos los ataques a ABC, periódico que no ha recibido el apoyo asociativo de otras situaciones similares aunque con distintos protagonistas. La Asociación de la Prensa de Sevilla difícilmente se enfrenta a un partido político para defender a periodistas.
Dos jugadas con gol
Pero al margen de cuestiones más o menos familiares, aunque ruidosas, la verdad del cuento es que el candidato de Arenas, Beltrán Pérez, va en cabeza en la carrera por la nominación frente al candidato para todo de Zoido, José Luis Sanz, actual alcalde de Tomares y senador, patrocinado en su momento por el hoy ministro como presidente regional, antes del dedazo de Rajoy imponiendo a Moreno Bonilla.
La primera jugada del último partido que se libra fue la protagonizó Javier Arenas llevándose a Mariano Rajoy a Sevilla, a un acto, raro, en el que quien brilló con luz propia fue el pre candidato Beltrán, quedando desde ese día para muchos nominado mediática y políticamente, con gran rebote del zoidismo. Algunos dijeron, “ya veremos qué pasa al final, que hasta el rabo todo es toro”.
La tensión ha llegado al extremo de que uno de los sectores en conflicto arremetiera con insólita dureza contra el ‘ABC de Sevilla’, posicionado contra Javier Arenas"
Hubo una segunda jugada a continuación, esta de mayor rentabilidad a medio plazo para Beltrán Pérez: pactar los presupuestos municipales de Sevilla con Juan Espadas, arrancando de ese pacto una serie de cuestiones de gran proyección popular, como proseguir con el metro. Y de paso amortiguar la influencia por la izquierda de Podemos-IU, pero sobre todo de Ciudadanos.
Ese ha sido un gesto que no solo ha beneficiado a un Juan Espadas muy inquieto por Ciudadanos -ya le ha avisado Susana-, también a las aspiraciones del joven Beltrán Pérez, al que este pacto le ha vestido de niño mayor, su mayoría de edad política, ante la sociedad sevillana.
Puestas como están las cosas, parece claro que en esta batalla final habrá nuevamente vencedores y vencidos en el PP, nada más y nada menos que en la capital de Andalucía, un lujo electoral que no se puede permitir Moreno Bonilla -“llamadme Juanma”- en unas autonómicas de 2019 sobre las que planea en el PP andaluz el fantasma del albiolismo o el de Cagancho en Almagro.